-Última hora: David Barral podría haberse pasado por Gijón de cara a una inminente mudanza a Turquia. La operación podría ser anunciada en breve, tras varios días esperando por los avales exigidos por el Sporting. La cifra final del traspaso superaría los dos millones de euros.
-El Sporting podría disputar el 8 de julio una especie de triangular frente al Celta y al Lugo en el estadio de estos ultimos.
-Se cerró el círculo. españa ha conseguido lo que ninguna otra selección en el Mundo ha llegado a alcanzar. Tres triunfos consecutivos en grandes torneos. Lo que comenzó en 2008 de la mano de Luis Aragonés ha encontrado la continuidad con Vicente Del Bosque y la selección española ha vuelto a proclamarse campeona de Europa.
La selección se ha sido sobreponiendo a un sinfín de vicisitudes, la mayor parte externas que llegaban desde los agoreros y cenizos que clamaban por una mayor brillantez y una menor sibriedad, por el espectáculo de antaño, por los bailes de salón. Todos ellos eran los mismos que ensalzaban a aquellos combinados nacionales que iban a campeonar en cada torneo internacional y tras el acostumbrado tropiezo de cuartos sacaban la varita de avellano y comenzaban a atizar a diestro y siniestro. La respuesta de nuestros internacionales y sobre todo del seleccionador, que ha dado una lección de elegancia, planteamiento e inteligencia ha sido la declaración conciliadora, siempre desde el aire de la sabiduría y profética en su concepto.
Es cierto que el juego de España en esta Eurocopa no es todo lo brillante que acostumbraba a ser. Los partidos pesan en las piernas de los jeugadores, los rivales ya no se sorprenden ante un estilo que hace 4 años les desarboló por completo y la competitividad en este tipo de torneos es brutal. Los planteamientos de Del Bosque han sido claros desde el principio, para gusto de todos y si bien es cierto que hay 45 millones de entrenadores en España, sólo uno es el seleccionador, y en sus dos grandes torneos se ha alzado con el título, por lo que algo más que nosotros debe saber.
En un clima de confianza y calma tensa, esta noche ante Italia se ha producido el desquite en el partido más completo de la selección en los últimos años. Si Casillas decía que La Roja era como un tetris donde encajaban las piezas, en el día de hoy el puzzle ha sido espectacular. Partiendo de una defensa descomunal, con probablemente el mejor central de Europa de la actualidad en la figura de Sergio Ramos, con un Jordi Alba llamado a ser el dueño de la banda izquierda por los dos próximos lustros y con el que el Barcelona ha hecho el negocio de su vida. Piqué y Arbeloa, muy serios, han ido creciendo cada partido, si bien el lateral madridista ha mostrado ciertas lagunas ofensivas, ha rendido muy bien como marcador.Apareció Xavi, liberado por fin y siendo, como el quería, trascendental, con sus espaldas bien cubiertas por Alonso y Busquets, armadura en pecho y guante en el pie. Iniesta volvió a ser cabeza de león, y de sus botas salió el primer gol del partido. Pase a Cesc que se interna en el área y cuyo centro lo remata Silva a la red. Había pasado un cuarto de hora e Italia había intentado imponer su ley sobre el campo. Este gol cambiaba el escenario por completo y sería el principio del fin para la Azzurra.
La lesión de Chiellini complicaba aún más las cosas a los transalpinos, que intentaban perdurar con el fútbol de toque ante un rival que lo lleva en la sangre. Era como un duelo entre hermano mayor y pequeño, con clara ventaja para el primero. La presión española a la salida de balón italiana surtía efecto, impidiendo la circulación de balón y las pérdidas del combinado de Prandelli eran constantes. en sus escasas llegadas se toparon con el muro amarillo de hormigón que lleva seis años sin recibir gol en eliminatorias, Iker Casillas. el de Móstoles es un auténtico seguro de vida, donde se comienzan a ganar los partidos, desde atrás. El dominio español era total, con Xavi mandando en el centro del campo, libre e ataduras, vencedor de un combate ante su homónimo italiano, Andrea Pirlo. Poco antes de descanso llegó el segundo tanto. Combinación de Jordia Alba con Xavi, que duerme la pelota en su pie hasta que el lateral, tras una tremenda aceleración se encuentra en posición inmejorable. Fantástico gol que volvía a demostrar a los italianos la jerarquía del hermano mayor.
A la vuelta de vestuarios el panorama no cambió, si bien empeoró para los azzurri. Con los tres cambios realizados y sometidos a un dominio total, Thiago Motta cayó lesionado y el equipo se quedó con diez hombres. Ahí fue cuando se pasó del dominio, al baile. En superioridad la selección es imbatible, y su movimiento rápido de balón desgastaba aún más a unos entregados oponentes, que arriaban bandera blanca sin encontrar piedad alguna, aunque si dio la sensación que los españoles no querían hacer leña del árbol caído. Cesc flotaba por la media luna del área, partido colosal el suyo, y Silva volvía a ser el sacrificado para que entrara Pedro. El del City se fue cabizbajo, tras un torneo de más a menos y siempre el primer cambio de del Bosque. Torres entraría poco después por Cesc y el niño volvería a marcar en una gran final. Gran asistencia de Xavi que el jugador del Chelsea aprovechó para marcar su tercer gol en el torneo e igualar a los pichichis. Italia estaba en la UVI, indefensa, aturdida y con respiración artificial. El centro del campo español seguía con su martillo pilón, implacable, como un tren de mercancías con un rumbo inalterable. Casi con el tiempo cumplido, Mata, que debutaba en el torneo, hizo el cuarto tras generosa asistencia de Torres. Tremendo año el de los dos en el Chelsea y colofón para el burgalés, que añadía su nombre a las letras de oro de la finalísima. Entre los olés del público se terminó el partido, otra exhibición más de un equipo histórico, equiparable a los más grandes de todos los tiempos y por el que no se pone el Sol. La generación de futbolistas españoles aún tiene cuerda para rato, y lo que es mejor, lo que viene por detrás reforzará el estilo y mantendrá el legado futbolístico de estos futbolistas que no parecen conscientes de sus logros, pero que provocan admiración en todo el mundo por su sencillez y su sublime forma de jugar al fútbol.