15 mar 2011 . Actualizado a las 11:43 h.
Cala es un central fuerte, veloz, con capacidad de anticipación, gran poderío aéreo y se desenvuelve solventemente con el balón en los pies. Es un jugador goleador dentro de la que es su posición en el campo. Joven y prometedor, proviene de una familia con gran tradición futbolística. No obstante ha sido internacional sub-19.
Juan comenzó su carrera en las categorías inferiores del Sevilla F.C., y aún siendo juvenil se afianzó en el filial sevillista en la temporada 07/08 en Segunda División. Ese año el Sevilla Atlético acabo noveno en liga, algo con mucho mérito. Ese mismo año se proclamó campeón de la Copa del Rey de juveniles ganándole al Barça en la final. Tras un verano de celebraciones, hizo la pretemporada con el primer equipo, pero la mala suerte se cebó con él y una lesión de rodilla le apartó de los terrenos de juego durante seis meses.
Ya en el año 2009 debutó en Liga de Campeones y en 2010 en Primera División, con la peculiaridad, de que lo hizo como lateral derecho. Posteriormente jugó semifinales de Copa del Rey, siendo uno de los más destacados, y continuo disputando partidos con el primer equipo. Actualmente es el único defensa sevillista que ha conseguido marcar en tres partidos consecutivos (el tercero a nosotros), lo que le valió para aparecer en las agendas del Barça y del Arsenal. Tras no entrar en los planes del entrenador y tras desestimar ofertas de Primera División, más el mosqueo de toda la prensa de la ciudad, Cala se marcha cedido al Cartagena donde hasta hace poco era titular indiscutible. Tras un malentendido con su entrenador y una pequeña lesión, ha pasado a un segundo plano en su equipo, lo que no le resta proyección a este joven pero a la vez maduro futbolista.
Cala tiene contrato con el Sevilla C.F. hasta el 2014 y una cláusula de 12 millones. Su intención es volver al club que le vio nacer, donde lo tendrá complicado dada la nómina de centrales que posee siempre el conjunto sevillista. Con los rumores sobre la marcha de Botía y viendo lo bien que se le da a De Dios negociar con los grandes sus descartes ¿no sería un buen recambio?