El poliamor está en el aire. Especialmente desde que Nuria Roca y Juan del Val han abierto la boca para poner sobre la mesa el adjetivo de su relación. Ellos, dicen, están abiertos a que el deseo vaya por libre y se lo monte con otros. Cuatro expertos responden: ¿Son pareja más de dos?
21 oct 2017 . Actualizado a las 11:37 h.Ese tándem tan guapo y erocreativo formado por Nuria Roca y Juan del Val llegó a El Hormiguero feliz con su nuevo libro, abierto bajo el brazo. Y arrimaron el ascua a su sardina, la novela Parece mentira. La chispa prendió cuando ella, «calentita», y él, lanza’o, picaron el anzuelo de Motos: «Sois una pareja abierta...». Dijeron «sí». Y vimos llover ranas, sapos y culebras. Conmoción. La declaración, aún de vanguardia, nos pilló por sorpresa y confesa’os.
La cuestión, más allá de tu cerrazón o tu «ancha es Castilla» sentimental, es: ¿funcionan o no las parejas abiertas, mejor o peor? «¡Cómo no van a funcionar si las hay y funcionan...!», plantea la sexóloga Nayara Malnero, psicóloga clínica y autora del blog Sexperimentando. «Puede ser más complejo mantener una relación abierta que moverse en otra convencional, porque hay que manejarse en términos nuevos que no nos han enseñado. Pero una pareja abierta no tiene por qué ser menos exitosa», asegura Malnero.
Si se abre el menú de alcoba, hay variedad: parejas abiertas que establecen un pacto que consiente relaciones con otras personas (cada uno por su lado), swingers (que participan juntas en intercambios con otras), triejas o el poliamor (mantener simultáneamente varias relaciones de diverso calado emocional) que pisa fuerte como revelación literaria con el título Ya vamos, de Ronja Von Rönne. En una relación abierta, como en otras, las reglas las establece cada pareja: podemos contárnoslo todo o no entrar en detalles. Este último caso sería el de Roca-Del Val. «Y si no quieres que te cuenten... ¿por qué es? Eso te indica algo... ¿Será porque te hace sufrir?», plantea la sexóloga Aránzazu García, de la Clínica Vida, de Vigo.
Cada pareja, un modelo
Ética promiscua, de Dossie Easton, puede ser una manera de introducirse a fondo en los dominios del deseo y el amor. Si se quiere, o se desea hacerlo. Los expertos advierten que no hay fórmulas perfectas en una relación. «El enamoramiento es cosa de dos», se pronuncia categórica Aránzazu García. Y, en cualquier caso, advierte, «la atracción por una persona es algo que acaba pasándose», llegue a consumarse o no.
Las que hemos nacido antes del 2.0 y crecido entre los lobos y las hadas de los cuentos sentimos la presión del ideal único, el «de una vez y para siempre», el juntos y revueltos en que amor y deseo oh no no no no se pueden separar. Pero el enamoramiento, ese subidón brutal que, por suerte y por desgracia (¡todo a la vez!), no se prolonga en el tiempo, es solo uno de los principios activos del amor. La estupidez transitoria (ya me entiendes) que nos ciega con tules y mariposas tiene sus diferencias con una relación madura y estable. «El subidón químico que sentimos al inicio de las relaciones se estima en torno a los 2 años. Hay a quien le dura más o menos, dependiendo de las circunstancias y de cómo sea la relación. Pero el amor por sí solo no es suficiente para que una relación funcione; hay que cultivarla, regarla, abonarla, y siempre estaremos expuestos a las inclemencias del tiempo», advierte la psicóloga y terapeuta de pareja Martina González Veiga, directora de Con Mucho Gusto, en Santiago.
«La pareja que mejor funciona es siempre la que satisface a la pareja, sea una relación abierta, cerrada o mediopensionista», dice con humor el psicoanalista y psicólogo clínico del Chuac Manuel Fernández Blanco, que apunta que defender las virtudes de un modelo de pareja es ignorar «profundamente» lo que hace pareja en el ser humano. «No elegimos libremente -argumenta-; la vida amorosa se gobierna por condiciones muy particulares, y la elección que haces responde a una condición o un rasgo erótico, que tienen todas esas personas que eliges. Es un rasgo inconsciente. No hay nada más ajeno a la libertad que el flechazo».
¿Podemos estar enamorados de dos o más personas a la vez? «Sí -dice el psicoanalista-. Y en realidad todos somos monógamos. Podemos ser monógamos... con 30 a la vez, porque esas 30 personas que nos gustan compartirán el mismo rasgo erótico».
Una relación abierta implica un mayor trabajo de gestión emocional, expone Martina González. «Implica comunicarte de manera íntima y honesta con tu pareja; implica aprender a pensar en tu bienestar y en el de las otras personas; implica respeto. Si se hace de la mejor manera implica tratarse bien, lo mismo que debería implicar una relación cerrada entre dos... que, por desgracia, no es lo más habitual. Aprendemos que el amor es limitado, que si tú lo depositas en una persona no te queda nada para otras, pero no es así».
La diferencia entre infidelidad y relación abierta es clara: la primera implica engaño, un hacerlo a espaldas del otro (según el informe elaborado por el Instituto Francés de Opinión Pública este 2017, una de cada tres mujeres es infiel); la segunda, un pacto con la verdad por delante para ser equitativos.
Con Motos (y un buen pedazo de tarta de la audiencia) por testigo, Nuria Roca y Juan del Val han puesto sobre la mesa su acuerdo matrimonial. Es una actitud que valora Martina González, «porque nos lleva a revisar nuestras maneras de relacionarnos». Pero «parece que hoy todo debe ser expuesto. Y cómo organiza su vida íntima una pareja es una cuestión íntima. Hay que cerrar la puerta de la alcoba. Nuestra vida sexual no debería rebasar la barrera del pudor», reflexiona Manuel Fernández Blanco.
Sea como sea, pareja abierta, cerrada o equidistante, ninguna opción previene de una declaración unilateral de independencia. No atiende a leyes... el amor.
1. Nuria Roca y Juan del Val
Hace 10 días se declararon pareja abierta en «El Hormiguero».
2. Mónica Bellucci y Vicente Cassel
La fidelidad no era prioritaria en su relación, ya finalizada.
3. Will Smith y Jada Pinkett
Dicen que el secreto de su éxito es decirse la verdad en todo
4 Frank y Claire Underwood
La pareja abierta tiene su éxito en la serie «House of Cards»