¿Cómo van las obras en la Fábrica de Gas de Oviedo?: esto es lo que todavía queda por hacer
LA VOZ DE OVIEDO
El pasado mes de junio comenzaron las labores para dar una segunda vida a este espacio de más de 12.000 metros cadrados. El afamado arquitecto navarro Patxi Mangado es quien ha diseñado el proyecto de transformación
17 ene 2025 . Actualizado a las 09:34 h.Va a hacer 40 años que se puso punto y final a la actividad industrial de la Fábrica de Gas de Oviedo. La factoría dejó, por tanto, de abastecer de agua potable y de suministro eléctrico a la ciudad después de más de un siglo haciéndolo. Este espacio que en realidad abarca más de 12.000 metros cuadrados lleva desde entonces en desuso. Pero, ahora, se prepara para tener una segunda vida. El fondo europeo de inversión, Ginkgo Advisor, comenzó el pasado mes de junio y tras casi un lustro de espera las obras para acondicionar el terreno que adquirió a EDP por 4,5 millones de euros, con el objetivo de dotar a la capital asturiana de un nuevo motor de desarrollo económico, cultural y social.
Hasta la fecha, las labores para rehabilitar este complejo situado entre las calles Paraíso, Postigo y Azcárraga van según los plazos previstos. Se han demolido aquellos elementos que estaban en estado de ruina y se ha eliminado ya el «70 por ciento» de uno de los elementos más nocivos para la salud como es el amianto. Acabar con gran parte del asbesto —también se conoce así a estos minerales— ha llevado «tres meses» de intensos trabajos, que además requieren seguir estrictos protocolos para prevenir riesgos y proteger tanto al personal como al entorno.
Como han sido muchos años de intensa actividad industrial en este terreno todavía se encuentran otras muchas sustancias tóxicas como son los hidrocarburos y los hidrocarbonos. Estos elementos, evidentemente, van a ser suprimidos al cien por cien. En esta segunda fase de eliminación de residuos perniciosos, se acabará también con el amianto que todavía se puede encontrar entre las paredes de la marquesina, así como en la infraestructura del gasómetro.
Se descontaminará también el horno, el depósito de aguas y la sede de la Popular Ovetense. Estas construcciones que han sido catalogadas como elementos protegidos están «completamente impregnadas» de sustancias tóxicas debido a que en su día servían a la propia actividad industrial de una forma más intensa. En resumidas cuentas, el objetivo es que no quede ni un solo material contaminante en todo el espacio fabril.
Aparte de los trabajos de descontaminación, se han realizado también tareas para eliminar las tuberías que salían desde el horno industrial y que atravesaban todo el recinto. Esta cañería, según fuentes de la empresa, se encontraba en muy mal estado: «estaba completamente oxidada». Ahora tan solo queda sustituir la tubería de hierro que transporta gas por una de PVC que lleva un recubrimiento especial para ser «muy sostenible». Este material permitirá que «pueda estar ahí más de 100 años dando servicio».
Una vez realizadas todas y cada una de las tareas que conlleva la descontaminación se procederá a terminar de nivelar el terreno y a dejarlo en condiciones para poder comenzar el proceso de urbanización. «Calculamos tener para finales de julio o principios de agosto el espacio completamente limpio, saneado y sostenible», señalan las fuentes consultadas por este medio, antes de resaltar que estos trabajos «a nivel técnico» están siendo «bastante complicados».
En el momento que el espacio se encuentre en unas condiciones «muy aceptables», a partir de ahí es cuando se llevará a cabo el proyecto de transformación que ha diseñado el afamado arquitecto navarro Patxi Mangado, uno de los grandes especialistas en economía circular y biodiversidad del mundo, para dar una segunda vida a la factoría ovetense, además de revitalizar así una parte de la ciudad que ha perdido relevancia en los últimos años.
Desde el fondo propietario, especialista en la regeneración urbana de este tipo de ámbitos, planean abrir «completamente» al público este complejo que no ha estado ni siquiera a la vista en sus más de 100 años de historia. Habilitarán para ello un total de cinco vías de acceso que irán a parar a una plaza pública, la cual conectará «directamente» con la zona de la Catedral de Oviedo gracias a la pasarela que se construirá. Habrá además zonas verdes para que quien lo desee pueda desconectar del bullicio de la ciudad y respirar un poco de oxígeno.
El recinto fabril tendrá además una zona destinada a viviendas para así «solventar el problema y la necesidad que tiene la ciudad de contar con un espacio residencial». Contará también con comercios que permitirán impulsar en cierta manera la actividad económica en este punto de la capital asturiana.
Por supuesto, se conservarán aquellos elementos que son símbolo de la fábrica de gas como la chimenea, el depósito de agua o la sede de la Popular Ovetense. La estructura de la puerta de entrada, que data de 1890, también se mantendrá. Eso sí, después de darle un buen lavado de cara.
El gasómetro, que cuenta con más de 6.000 metros cúbicos, también será rehabilitado para, en un futuro, convertirse en un espacio funcional similar a los tanques de gas de las antiguas factorías de Austria, Alemania, Reino Unido o Irlanda. «Hay muchas alternativas para darle una segunda vida. La segunda vida puede tener un carácter de servicios como de vivienda», aseguran las fuentes consultadas, antes de señalar que primero tendrán que ver en qué condiciones se encuentra la estructura metálica.
La firma de inversión de impacto medioambiental especializada en la adquisición y regeneración sostenible para el uso urbano de solares contaminados calcula que la aportación total en este proyecto superará los 50 millones de euros cuando se haya completado. Esta actuación al fin y al cabo permitirá recuperar diversos elementos arquitectónicos en desuso, respetar y preservar los valores culturales del recinto, además de construir espacios públicos, zonas ajardinadas, viviendas y comercios.