Del McDonald's de Oviedo a protagonizar una serie sobre el 11M: «No sabía que Asturias estaba implicada»
LA VOZ DE OVIEDO
El asturiano Roberto Gutiérrez recrea junto con el catalán Pol López la trama asturiana de los atentados terroristas sucedidos en Madrid. Nunca se le había pasado por la cabeza ser actor, pero gracias a interpretar a Baby descubrió realmente su vocación: «Me encantaría hacer buenos papeles y, por supuesto, que me salgan bien»
15 nov 2024 . Actualizado a las 08:34 h.A Roberto Gutiérrez no le hace falta usar una gran cantidad de palabras para definirse, tan solo le basta un par de ellas. «Un superviviente». Así es como se considera este ovetense y puede que razón no le falte. Este joven de 20 años nació y se crió en una de las zonas con más «mala fama» de Asturias: el Barrio de San Roque, en Anieves. Es por ello que «nunca» ha tenido a su alcance «ni todos los medios ni todas las facilidades» que cualquier persona de su edad puede tener. Pero, aún así, «siempre» se las ingeniado para salir adelante.
«Si soy un poco más maduro o un poco más responsable en según qué aspectos es por todo lo que vi y viví. Ahí en la barriada aprendí la mayoría de cosas que sé», asegura el de Tudela Veguín. Aunque la suerte casi nunca le ha sonreído, sobre todo, cuando apenas tenía uso de razón, por casualidades del destino su vida dio hace unos meses un giro de 180 grados. Por supuesto, fue un cambio para bien. Sin llegar nunca a imaginárselo, de la noche a la mañana le ofrecieron protagonizar la serie basada en la parte asturiana de los atentados del 11M, Nos vemos en otra vida, de Disney+. Cabe recordar que la dinamita que se colocó en las mochilas fue suministrada por el exminero avilesino Emilio Trashorras.
«Estaba saliendo por la puerta del McDonald 's de la calle Uría de Oviedo para ir a dar una vuelta por ahí con mis amigos cuando de repente se me acercó una chica que andaba buscando a gente joven por la calle para un casting callejero. Me lo comentó y le pedí su número porque yo de primeras lo veía muy raro. Quedé luego con ella y ahí ya me lo explico muy bien todo», cuenta Roberto. Jamás se le había pasado por la cabeza ser actor, pero eso no quitó que decidiera presentarse a las audiciones y, para su sorpresa, el papel fuese suyo.
Como nunca antes había estado delante de una cámara y mucho menos había interpretado, comenzó a trabajar mano a mano con la actriz y coach María Cantuel. «Me explicaba técnicas para relajar la voz, el cuerpo, la respiración, además de enseñarme a diferenciar cada momento de mi personaje, porque había veces que tenía que ser un poco más macarrilla, otras más bien un niño y algunas ya más bien un adulto», dice Roberto. Así es como en tan solo tres meses el ovetense se convirtió en un verdadero actor.
En esta nueva serie, basada en la novela Nos vemos en esta vida o en la otra, de Manuel Jabois, el de Tudela Veguín recrea al protagonista de este thriller Gabriel Montoya Vidal, más conocido como Baby. Este adolescente de dieciséis años y residente en Avilés fue quien ayudó al exminero Emilio Trashorras a llevar los explosivos que se utilizarían en la red de cercanías de Madrid el 11 de marzo del 2004. Apodado también como El gitanillo, el joven fue el primer condenado por el mayor atentado yihadista cometido en suelo europeo y su testimonio fue además considerado clave en el macrojuicio que tuvo lugar en el año 2007.
Ese día, el del 11M, todo el país quedó sin respiración. Cerca de doscientas personas perdieron la vida y más de 2.000 resultaron heridas como consecuencia de los ataques con bomba a cuatro trenes de la capital. Cientos de españoles siguen todavía, dos décadas después, sufriendo las consecuencias psicológicas de esta tragedia sin precedentes en territorio nacional. Por su magnitud y brutalidad, todo el mundo conoce en mayor o menor medida el acontecer de este dramático suceso. En cambio, Roberto Gutiérrez antes de recrear la trama apenas tenía conocimiento sobre el peor atentado de la historia de España.
«No tenía ni idea de nada. Sabía que el 11M había sido un atentado que ocurrió en España hace muchos años, pero no tenía absolutamente idea de nada. Hasta que leí la novela, y ya luego con la serie me fui enterando de todo. Me quedé alucinado, porque yo no sabía que Asturias estaba implicada», confiesa el ovetense. El hecho de no conocer todos los detalles sobre el segundo mayor atentado cometido en Europa —por detrás del atentado de Lockerbie— fue a la hora de interpretar un punto a favor para el ovetense. «De hecho me mandaron informarme lo justo porque había momentos en los que mi personaje se enteraba por primera vez de las cosas y querían entonces que me sorprendiese cuando viese, por ejemplo, ciertas imágenes», dice.
En el momento en el que se puso por primera vez delante de la cámara para dar vida a Baby, el ovetense sintió como un cosquilleo invadía todo su cuerpo. «Me daba cosilla», reconoce. Y no es para menos, porque al fin y al cabo nunca antes se había empleado y menos aún como actor. «Me sentía un poco presionado, porque claro, nunca había trabajado en absolutamente nada y de repente me pusieron un papel protagonista para Disney+. Entonces era: o lo hago bien o lo hago bien», confiesa. Es por este motivo que el joven solo pensaba en dejarse «la piel» con el papel.
A medida que pasaban los días, Roberto poco a poco iba soltándose y disfrutando de la experiencia. Una vez que consiguió relajar todo su cuerpo, más que trabajar lo veía como un hobbie. «En realidad el proceso de rodaje me lo pasé como un niño pequeño», revela. Pero, como con todo, hubo momentos en los que no lo pasó nada bien. «Hubo una escena en la que me tenía que reír un montón con otro actor y me costó hacerlo. No porque no me saliera la emoción, sino porque era verano y estábamos encerrados en una habitación muy pequeña y llevábamos las cazadoras puestas, porque estamos simulando que era invierno en Asturias. Además, había muchas personas ahí dentro metidas», cuenta.
Recrear el momento en el que Baby se reencuentra con su madre en el centro de menores de Rosales, donde cumplió condena por su implicación en el 11M, fue para Roberto el mayor de los desafíos. «Era el único momento en el que mi personaje se rompía a llorar y eso para mí fue como un reto. Desde el primer día de rodaje me propuse llorar mucho cuando me tocara hacer esa escena y cuando llegó el momento lloré como un bebé», confiesa.
Grabar secuencias en las que la adrenalina era la principal protagonista era como hacerle un regalo al ovetense. «En esos momentos estaba en el set de rodaje como un niño pequeño diciendo: “venga, acción, acción, que quiero grabar, quiero grabar”», dice sin ser capaz de evitar recordar esas escenas en las que tenía que gritar, discutir o incluso pelearse. Parte de esas escenas fueron rodadas en varias localizaciones de Avilés y de Gijón.
A medida que fue dando vida a Baby, este joven ovetense descubrió su verdadera vocación. «A mí todo esto me pilló mucho por sorpresa, pero me sirvió para darme cuenta que lo de interpretar es lo mío y que es además una buena salida para dar el paso a una vida adulta y empezar con buen pie», manifiesta. Gracias también a interpretar al joven implicado en el ataque terrorista, Roberto se ha abierto «un poco más al mundo en general». «Hasta entonces yo era una persona muy cerrada», reconoce.
Por su magnífica actuación en Nos vemos en otra vida, a Roberto Gutiérrez se le considera ya como un actor revelación. Este reconocimiento es «una manera de de decirme que he hecho bien mi trabajo y de animarme a seguir haciendo más papeles», dice el ovetense, quien desea dedicarse de lleno a este mundo. Ya ha hecho algún curso de formación y se encuentra inmerso en la búsqueda de un representante, mientras trabaja como mozo de almacén a la espera de que le ofrezcan algún que otro papel.
«De momento no hay nada así a la vista, pero yo confío en que se pueda», dice con la esperanza de ser en un futuro no muy lejano un actor «reconocido». «Me encantaría hacer buenos papeles y, por supuesto, que me salgan bien», manifiesta. Y de volver a rodar, le gustaría poder hacerlo en su tierra. «Asturias es lo más bonito que hay en toda España», resalta el ovetense. «Se deberían de hacer muchas más películas y series aquí», insiste.
Su mayor ejemplo actualmente es el actor Pol López, quien hizo de Emilio Trashorras en la miniserie de Disney+. «Es increíble cómo actúa, por eso yo me fijaba mucho en él a la hora de actuar. Como él es catalán tenía que hacer ciertos ejercicios de voz para que no se le notase la L catalana. Aunque a mí no me sale pronunciar de esa manera la L, también hacía esos ejercicios por imitarle», dice, antes de resaltar que el protagonista de Esperando a Dalí es «tanto como persona, como actor, un tío de 10».
Si tuviese que darle algún consejo a un joven actor o actriz que también sueña con tener la oportunidad que él tuvo, Roberto Gutiérrez recomienda «cuando uno se vea derrotado en la vida» grabarse en la cabeza y en mayúscula las palabras: SE PUEDE. «Eso es una de las cosas que más aprendí», dice . Da igual el entorno, de donde vengas, donde estés y a donde vayas, si quieres con esfuerzo, sacrificio y un pelín de suerte, todo se consigue»