Más de 100 años de historia: las primeras fotografías a color tomadas en Oviedo

LA VOZ DE OVIEDO

Las instantáneas forman parte de «Archivos del planeta», un proyecto cinematográfico llevado a cabo por uno de los banqueros más famosos del siglo XX

19 oct 2024 . Actualizado a las 10:23 h.

Se dedicaba a las finanzas pero su verdadera pasión era la fotografía. El banquero y filántropo francés Albert Kahn dedicó buena parte de su fortuna a inmortalizar la vida cotidiana de miles de personas de principios del siglo XX. Financió un inmenso proyecto fotográfico que resultó ser una colección de 72.000 instantáneas en color y 200.000 metros de película en blanco y negro. Parte de este contenido multimedia fue captado en Asturias, concretamente en Oviedo. En la capital asturiana y sus alrededores se tomaron hace más de cien años varias imágenes que contribuyeron a enriquecer esta monumental obra conocida como los «Archivos del planeta».

Con el objeto de documentar la diversidad cultural, étnica y geográfica de la tierra, en los primeros años del siglo pasado, Albert Kahn envió un total de dieciséis fotógrafos a varios países para que inmortalizaran la forma de vida y los paisajes de diferentes regiones del mundo. El francés Georges Chevalier fue el encargado de retratar la España de hace más de cien años. Con la compañía del geógrafo Jean Bruhen, recorrió algunos lugares del país y captó en estos territorios cientos de imágenes. Como era de esperar, hizo parada en Asturias, donde cayó rendido a los encantos de su capital.

Los comisarios de Kahn recalaron en Oviedo en plena Primera Guerra Mundial. Llegaron un sábado 26 de mayo de 1917 a la ciudad y lo hicieron cargados de ilusión, pues su propósito era conseguir testimonios visuales que enriqueciesen aún más si cabía el archivo mundial de imágenes en color del banquero francés. Durante dos días capturaron la esencia de la capital asturiana en toda su gama cromática, marcando así un antes y un después en su historia, ya que eran las primeras fotografías que se hacían en color en territorio carbayón.

El casco urbano y su entorno son los verdaderos protagonistas de esta pequeña muestra fotográfica. Las calles y los edificios del centro de Oviedo se convirtieron en el principal objetivo de Chevalier, quien también puso el foco de su lente en grupos de escolares e inmortalizó la vida de la infancia por las vías ovetenses. Eso sí, centró su especial atención a la catedral y, sobre todo, a los monumentos del prerrománico asturiano. La arquitectura tradicional, representada por el hórreo asturiano, tampoco pasó desapercibida ante las cámaras del francés.

Un antiguo hórreo en Oviedo
Un antiguo hórreo en Oviedo

Estas imágenes son especialmente valiosas porque documentan el Oviedo de principios del siglo XX. Muestran cómo eran antiguamente las calles de la ciudad, además de permitir testificar qué edificios ya estaban levantados por aquel entonces. Reflejan también la importancia que daba la sociedad a la arquitectura al captar pequeños detalles en grandes inmuebles. De la misma manera, dan a conocer, en cierta manera a imaginar, cómo vivían los carbayones de la época, desde cómo vestían a cuáles eran sus costumbres.

En total fueron 30 las fotografías tomadas en Oviedo durante los días 26 y 27 de mayo de 1917. Captadas gracias a la pionera técnica del sistema de autocromo, patentada por los hermanos Lumière, estas forman parte de la colección de imágenes a color más grandes y tempranas de la época. Componen además el importante portafolio que retrata la historia humana en un momento en el que las sociedades estaban cambiando rápidamente debido a la industrialización y las tensiones políticas que desencadenaron en la Primera Guerra Mundial.

Más allá de Oviedo

George Chevalier no solo inmortalizó la esencia de la capital asturiana sino que retrató ciudades como Madrid o Barcelona, a parte de tomar instantáneas en Galicia, el País Vasco o Castilla y León. Mientras, Auguste Léon, Camille Sauvageot, Stéphane Passet o Lucien Le Saint, entre otros muchos fotógrafos franceses, se responsabilizaron de captar la forma de vida y el entorno de otros lugares del planeta para configurar así un atlas cinematográfico y fotográfico del mundo.

Entre 1909 y 1931, los fotógrafos contratados por Albert Kahn visitaron más de cincuenta países de todos los continentes para dar cuenta de «los aspectos y las prácticas de la actividad humana que inevitablemente desaparecerán con el tiempo». No se pudo seguir documentando la diversidad cultural del mundo y aumentar así la colección de «Archivos del paraíso» porque la crisis económica de la Gran Depresión arruinó al banquero francés y se puso, por tanto, fin al ambicioso proyecto.

El legado fotográfico y cinematográfico del afamado filántropo se conserva actualmente en el Museo Departamental Albert-Kahn de Boulogne-Billancourt, cerca de París. Las instantáneas con las que Albert Kahn pretendía que hubiese una mayor tolerancia y respeto entre los pueblos están además a consulta pública. En este enlace se pueden visualizar todas las fotografías testimoniales tomadas a principios del siglo XX en Oviedo. En la propia web de la pinacoteca que busca dar a conocer la obra del banquero francés gran parte de la colección es accesible.