La arquitecta ovetense que triunfa con sus dibujos de Asturias: «Tuve la afición de pintar desde pequeña»
LA VOZ DE OVIEDO
Raquel Díez Armas trabajó para varios estudios antes de montar el suyo propio, en el que ha logrado hacer un hueco importante a sus obras pictóricas, centradas en los paisajes y edificios de la región: «Lo que tenemos es un lujo»
09 abr 2024 . Actualizado a las 09:45 h.La belleza de los paisajes asturianos es indudable. Igual que el atractivo de sus construcciones tradicionales y el esplendor de sus edificios más ilustres. Los recovecos de la costa y la majestuosidad de las montañas dejan paso a aldeas de cuento y ciudades con infinitos encantos. Una realidad que convierte a los vecinos de la región en unos enamorados de su tierra y despierta las ganas de visitarla a quienes aún no han tenido la suerte de descubrirla. Todo ello se ve reflejado en los dibujos de la ovetense Raquel Díez Armas, que se han convertido en todo un éxito y contribuyen a la divulgación del paraíso natural.
La arquitecta ovetense acumula miles de «me gusta» con sus obras, en las que recrea emblemáticos paisajes y edificios de Asturias. Quienes conocen el lugar y se sienten identificados con él se suman a los que encuentran las ganas de explorarlo gracias a sus trabajos. Tal está siendo la acogida, que ha conseguido convertir la parte pictórica en un pilar fundamental de su estudio. Cada vez son más los encargos y la pintura va ganando terreno en su dedicación laboral.
La pintura es su pasión desde que era una niña. «Llevo dibujando toda la vida, tuve la afición de pintar desde que era pequeña y siempre que tenía tiempo libre, lo hacía», admite Raquel, quien eligió estudiar Arquitectura porque tiene «una parte creativa». Descubrió que las dos disciplinas tenían mucho que ver desde su primer trabajo, en el que organizó una exposición para el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid: «Vi que la pintura se puede compaginar muy bien con la pintura», celebra.
Estudió en la capital pero tuvo «la suerte» de volver a su tierra para seguir desarrollando aquí su carrera profesional. Antes de montar su propio estudio trabajó con otros arquitectos y descubrió que «la parte creativa queda muchas veces relegada a un segundo plano». Y esa era, precisamente, la cualidad que quería potenciar. A raíz de la pandemia, Raquel dio un paso al frente y montó su propio negocio, que lleva sus apellidos, Díez Armas. «En ese momento decidí que iba a intentar que esa faceta artística que tenía como una afición se convirtiera en una parte importante de mi trabajo como arquitecta», relata.
Dicho y hecho. Porque el boca a boca y las redes sociales hicieron que sus dibujos fueran ganando popularidad. La temática asturiana continúa siendo la protagonista. «Desde la carrera lo tuve en mente para cuando tuviese un poco de tiempo libre», admite. Además, cuenta que tiene una parte «algo egoísta», ya que el hecho de dibujar Asturias fue una forma de obligarse a descubrir rincones en los que nunca había estado: «Proponerme pintarlos era una especie de justificación para conocerlos», asegura.
También encontró en estos dibujos una forma de divulgar la región en redes sociales. «Había muchas cuentas de fotografía, pero la pintura no era un campo tan explorado. Decidí meter la cabeza ahí porque creo que lo que tenemos es un lujo y me apetecía mucho interpretar los paisajes y la arquitectura de aquí», subraya. Una de las vistas más conocidas de la Catedral de Oviedo, desde la escultura de El Viajero de la plaza Porlier, es el primer dibujo publicado en su cuenta de Instagram.
A través de Instagram sus dibujos han conquistado a propios y extraños. «Estoy muy contenta y muy agradecida de la acogida que han tenido. A raíz de las redes sociales me han llegado muchos encargos», celebra. Unos pedidos que comenzaron por familiares y gente cercana y se han ido extendiendo hasta convertirse en alrededor de un 40 por ciento de la actividad de su estudio.
Los edificios y las zonas más emblemáticas de Gijón, Oviedo y Avilés se dan la mano con el verde de Taramundi o la magia de Covadonga y el puente medieval de Cangas de Onís. Pero si hay una zona de la que Raquel Díez Armas está especialmente enamorada esa es, sin duda, la que abarca el concejo de Llanes. Allí ha pasado los veranos desde que era niña: «Aquello es muy fotogénico y muy dibujable. Desde la basílica de Llanes a las playas. Yo creo que es la zona que más he trabajado y con la que más identificada me siento», admite al ser preguntada por el lugar más especial de Asturias que ha pintado.
Dos tipos de trabajos
La obra pictórica de Raquel está dividida en dos estilos claramente diferenciados. Por una parte, realiza trabajos figurativos en los que utiliza acuarela, tinta y otras técnicas para representar con todo lujo de detalles edificios y paisajes. Algunos de estos dibujos los realiza in situ y al aire libre, siempre que sean «más pequeñitos». Si requieren de más tiempo, los completa en su propio estudio.«Voy al sitio, hago fotos y me empapo, porque me gusta dibujar lo que conozco de primera mano», explica la arquitecta ovetense.
Por otra parte, realiza pinturas más limpias y abstractas, con un formato más grande pero sin perder la temática principal de todo su trabajo: Asturias. Son cuadros de moda en el mundo de la decoración, realizados con texturas y líneas que representan desde la costa al skyline de una ciudad o los picos de una montaña. «Últimamente en proyectos en los que también hago el interiorismo me los encargan y es la guinda del pastel. Se pueden hacer en función de la tonalidad de la estancia, del tamaño de la pared o del mobiliario. Se adaptan perfectamente al lugar en el que van a ser ubicados», explica Raquel Díez Armas. «Si es un salón con tonalidades azules me piden mucho una línea de costa específica para esa persona. Es algo diferente y, dentro de lo abstracto, es un paisaje especial para quien vive ahí», reconoce.
Arquitectura y dibujo, dos artes que se complementan
El estudio Raquel Díez Armas está especializado en arquitectura residencial, que engloba las reformas y el interiorismo. Tras estar trabajando en otros ámbitos, la ovetense apostó por la parte en la que puede dar más rienda suelta a su imaginación: «Me di cuenta de que lo mío era algo de la arquitectura en lo que poder desarrollar mi creatividad y me metí de lleno en el campo residencial y de reformas. Es como pintar de manera tridimensional», celebra. De forma paralela, comenzó a formarse en diseño de interiores.
Para ella, arquitectura y dibujo «se complementan muy bien», por lo que espera poder seguir dedicándose a ambos durante mucho tiempo más. Raquel confía en que en un futuro próximo la parte artística vaya cogiendo «un poco más de altura», mientras ya proyecta alguna exposición. «Espero seguir con encargos y en esta línea, que descubrí que me gusta y es muy vocacional», confía agradecida por la acogida que están teniendo en Asturias todos sus dibujos.