Los carteles que garantizan la procedencia de las fresas inundan las fruterías de Oviedo: «No quieren nada que sea de Marruecos»
LA VOZ DE OVIEDO
La detección de hepatitis A en dos tandas de este productos llegadas del país africano ha provocado una ola de «desconfianza» entre los consumidores que llevan semanas notando los comerciantes
28 mar 2024 . Actualizado a las 10:19 h.«¿De dónde son las fresas?» «¿No vendrán de Marruecos?» «¿Son españolas?» Esas son las preguntas que llevan semanas contestando en las fruterías de Oviedo. La detección de hepatitis A en dos lotes de esta fruta procedentes del país africano ha hecho saltar las alarmas entre los consumidores, que miran con lupa el origen de este producto.
Para tratar de atajar el descenso de ventas de los primeros días, muchos negocios han colgado numerosos carteles con los que tratan de disipar toda duda sobre el origen de las fresas. «Nuestras fresas, 100 % origen España», se lee en el letrero más repetido en los establecimientos ovetenses. Cuelga sobre el mostrador, en las estanterías donde se encuentra la fruta e incluso en el escaparate.
No es el único. Muchas fruterías de Oviedo han decidido añadir también rótulos a mano en los que se indica que la fresa es «de Huelva» junto al precio de la caja o del kilo. Aún así y pese a los innumerables carteles que se pueden ver en estos establecimientos, los consumidores están intranquilos y continúan cuestionando la procedencia de la fruta. «Hay gente que pese a ver los carteles pregunta y desconfía», aseguran desde la Despensa de Lita.
Con carteles incluidos, en esta frutería aseguran que «se está vendiendo menos fresa que otros años» y algunos clientes desconfían de la procedencia. Para quienes, más allá de los carteles, quieren comprobar que la fresa que van a comprar es española, en este establecimiento invitan a consultar la misma caja, «donde está toda la información» sobre el origen de la fruta.
«La gente sí pregunta mucho, pero enseñando la caja con el código de España impreso, porque en las fresas viene grabado y no es una pegatina, se queda tranquila», asegura en la misma línea Mónica desde la frutería que lleva su nombre. Ella también ha visto la necesidad de colgar carteles informativos sobre este producto. «Cuando lo pone en la caja la gente se fía», garantiza.
Estos establecimientos suelen tener además una clientela recurrente, vecinos de la zona: «Somos de toda la vida y ya saben que no les vamos a engañar», determina. En su caso, vende el producto «barato», a 2,95 euros el kilo y «español», garantiza. Por esas dos cosas asegura que no ha notado un descenso en la venta de fresas este año.
Sin embargo, asegura que la preocupación por la procedencia de la fruta es cada vez mayor. Y no solo en lo referido a la fresa. En su negocio ha notado que la clientela se fija últimamente más en el origen de todos los productos que ofrece. «Cuando los precios de la fruta son muy bajos se les enciende la bombilla y preguntan de dónde viene», confiesa Mónica.
El rechazo principal es hacia las frutas y verduras de procedencia marroquí, que se ha incrementado más si cabe con el problema de las fresas contaminadas de hepatitis A. «No quieren nada que sea de Marruecos», subraya Mónica.
Según informa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) el origen más probable de la contaminación de las fresas es el riego con aguas contaminadas. Desde en enero del pasado 2023, las dos incidencias recientes con este producto son las únicas detectadas con alimentos procedentes de Marruecos.
Ante esta alerta, aseguran que no se debe dejar de consumir fresas, un producto de temporada que está estos meses en su mejor momento. No obstante, recomiendan que para consumirla cruda, como el resto de frutas, y prevenir riesgos es necesario lavarlas en el momento previo a ingerirlas y eliminar las zonas dañadas. También se puede frotar la piel para eliminar la mayor cantidad de residuos y otros posibles contaminantes, siempre y cuando la superficie de la fruta lo permita, por ejemplo en manzanas, peras o calabacines.