El asturiano que imprime piezas de cerámica en 3D: «Me veo obligado a llevar mi trabajo al límite»
LA VOZ DE OVIEDO
Es de las pocas personas en nuestro país que domina esta técnica. Fue tras la pandemia cuando empezó a «jugar» con materiales más nobles después de llevar años creando piezas plásticas en tres dimensiones. A día de hoy imprime con cerámica auténticas obras de arte
22 ene 2024 . Actualizado a las 09:37 h.Uno de los trabajos más ancestrales del mundo es la alfarería. Desde tiempo inmemorables, este oficio ha permitido al ser humano crear todo tipo de objetos, incluidos los enseres domésticos. Para elaborar cada una de estas piezas únicas, antiguamente, los artesanos moldeaban a mano barro o arcilla que después cocían para darle la consistencia necesaria. Una técnica que a día de hoy sigue presente e incluso podemos decir que se ha modernizado. Debido al crecimiento exponencial de la fabricación aditiva es posible crear en 3D figuras de cerámica. Un vecino de Oviedo ya lo hace. Asegura ser una de las pocas personas de nuestro país que utiliza estos materiales para reproducir en tres dimensiones.
Marcos Pérez siempre se sintió atraído por todo lo relacionado con la creatividad. Esto sumado a su amor a la tecnología hizo que en el año 2011 se adentrase en el mundo de la impresión plástica en tres dimensiones. Por aquel entonces, la fabricación por adición era algo desconocido: «En España se hacía bastante poco y toda la información venía de fuera». Por este motivo, este gijonés afincado en Oviedo se vio obligado a aprender esta novedosa técnica de forma autodidacta.
Una vez adquiridos los conocimientos necesarios y puestos en práctica los mismos, Marcos impartió alguna que otra clase de diseño en Oviedo. También imprimió piezas para aquellas empresas que se lo solicitaron, hasta que llegó un momento que el tema de producir empezó a cansarle. Al final, se pasaba las 24 horas del día produciendo, dado que en su puesto de trabajo también «hacía lo mismo».
A partir de ese momento, decidió focalizarse en el lado artístico de la fabricación aditiva. Con el tiempo también se replanteó cambiar de material. «Por mucho que algunos plásticos los etiqueten como biodegradables, en realidad, siguen siendo plásticos», asegura. Para hacer una producción más respetuosa con el medio ambiente, este vecino de Oviedo empezó a «jugar» con materiales más nobles después de la pandemia. En el momento que se comenzaron a comercializar las primeras impresoras de arcilla decidió adquirir una.
Para poder imprimir en tres dimensiones a partir de todos aquellos materiales utilizados en la alfarería tradicional, tales como arcilla, porcelana, barro rojo o gres, Marcos tuvo que «olvidar bastantes conceptos» que había aprendido con la impresión 3D de plástico. No fue hasta pasado un año cuando las primeras piezas de cerámica se convirtieron en realidad.
¿Cómo es el proceso de fabricación?
Para poder materializar cualquier tipo de jarrón, taza o vaso, antes que nada se debe hacer un diseño en tres dimensiones en un ordenador. Una vez esbozado, con todo lujo de detalles, se procede a la impresión en arcilla del mismo. En este caso, el proceso es «mucho más complejo» que si se emplease plástico. Al igual que en la alfarería tradicional, se cuece la cerámica y, una vez seca, se esmalta y se vuelve a hornear.
En función del diseño, el tamaño y la altura de la capa, entre otras variables, Marcos puede tardar hasta dos horas en imprimir una pieza de cerámica. «Si es algo simple, en 15 minutos ya lo tengo, pero por ejemplo los jarrones entrenzados tardo mucho más en hacerlos», asegura antes de señalar que siempre procura que las piezas tengan una textura que un ceramista tradicional no sería capaz de realizar. «Me veo obligado a llevar mi trabajo al límite», asevera.
El tamaño de las creaciones depende también de las dimensiones de la impresora. «Ahora mismo estoy fabricando mis propias impresoras, entonces puedo imprimir piezas de un metro de altura, pero el problema es que luego no me caben en el horno a la hora de cocerlas. Pero de 70 centímetros, sí, y de ahí hasta piezas muy pequeñas para hacer joyería», detalla.
Al igual que todo lo relacionado con la impresión 3D, en este tipo de fabricación aditiva «hay bastantes limitaciones». Pero, el «mayor problema» al que se enfrenta Marcos es la densidad del material. «Puedes hacer un jarrón de 60 centímetros, pero puede que llegues a los 50 centímetros y se te venga abajo porque no tiene la suficiente fuerza debido a que el material no es demasiado consistente, porque te has pasado con el agua o lo que sea. Eso es lo más frustrante, pero también la gravedad te limita. Cualquier cosa que pase de cierto ángulo de voladizo se hunde», asegura.
Estas limitaciones no impiden que Marcos pueda imprimir piezas de cerámica para venderlas como obras de arte o realizar una exposición con las mismas. También crea objetos para aquellas personas dedicadas al interiorismo: «Según lo que precisan personalizo el diseño. A lo mejor necesitan una lámpara en concreto para un salón o mismamente tienen una idea o un dibujo y yo lo hago realidad».
Para «democratizar un poco el asunto», dado que «muy poca gente» se dedica a la creación de piezas de cerámica mediante la impresión en 3D, Marcos también imparte talleres al respecto. Para poder seguir dando a conocer la impresión en tres dimensiones, el gijonés deberá seguir compaginando su trabajo a turnos en Arcelor Mittal. Y, mientras pueda, continuará superándose a sí mismo, artísticamente hablando. «Esto es lo que más me gusta hacer», confiesa.