Vigil Escalera cierra después de 88 años en Oviedo: «Nos vamos orgullosos del trabajo bien hecho»
LA VOZ DE OVIEDO
La emblemática tienda de la calle del Rosal fue «la primera en Asturias en dedicarse a la venta de materiales de construcción». Ahora su historia ha llegado su fin
20 sep 2023 . Actualizado a las 09:34 h.Uno de los comercios más veteranos de Oviedo pone punto y final a su historia. Se trata de la octogenaria tienda de materiales de construcción Vigil Escalera. El motivo de su cierre es por falta de relevo generacional. A su propietario Carlos de Prado Vega ya le ha llegado el momento de disfrutar de la ansiada y más que merecida jubilación y no hay ningún pariente dispuesto a coger las riendas de este emblemático negocio familiar. Es por ello que las persianas de este almacén se bajarán este viernes y no se volverán a subir nunca más.
Una noticia que ha caído como un jarro de agua fría entre la amplia y fiel clientela, quienes en las últimas semanas no han dejado de entrar y salir de la tienda para aprovechar los últimos descuentos por la liquidación del stock, pero también para decirle adiós a Carlos de Prado y desearle mucha suerte en su nueva etapa. «No paran de venir por aquí para despedirse, algunos incluso han llorado. A mi también me da pena, pero en el fondo estoy muy feliz porque nos vamos orgullosos del trabajo bien hecho», asegura visiblemente emocionado el empresario.
Para conocer la historia de Vigil Escalera hay que remontarse a 1935. Fue en ese año cuando la compañía abrió por primera vez sus puertas. Lo hizo en Pola de Siero de la mano de una familia de ferreteros, de ahí su nombre. Con el paso del tiempo, el matrimonio fundador decidió expandir el negocio y apostó por inaugurar una tienda en la calle Rosal de Oviedo, convirtiéndose en «la primera en Asturias en dedicarse a la venta de materiales de construcción». «La mercancía que traían los vagones de tren llegaban desde la estación hasta sus almacenes», cuenta Carlos de Prado, antes de destacar que «se distinguían por tener productos de mucha calidad».
Mientras la tienda de Siero tuvo que cerrar para siempre, la de Oviedo pasó de generación en generación hasta que la familia Vigil Escalera decidió emprender una nueva vida en Sudamérica y, por tanto, el comercio se puso a la venta. A partir de ese momento la empresa cambió de manos en varias ocasiones. No fue hasta 1960 cuando el matrimonio ovetense conformado por Carlos de Prado Secades y Concepción Vega Fernández apostó por coger las riendas del mismo a cambio de un gran desembolso económico.
La pareja volvió a poner la tienda Vigil Escalera «en primer nivel». Lo hicieron gracias a su buen hacer y a la experiencia que ya tenían. Por aquel entonces, Carlos y Concepción ya poseían una empresa de materiales de construcción que llevaba por nombre Prado Collera y que fue fundada en 1928, tal y como recuerda su hijo Carlos de Prado, quien al igual que su hermano Ignacio comenzó a trabajar en el nuevo comercio familiar desde bien joven.
Tras la jubilación del matrimonio, Vigil Escalera pasó a manos de sus hijos. Sin embargo, por motivos personales Ignacio de Prado tuvo que dejar la empresa familiar y a partir de este momento toda la responsabilidad recayó en Carlos, quien consiguió mantener a flote la tienda pese a todas las crisis económicas que se han sucedido en las últimas décadas. «Vivimos momentos muy duros, sobre todo en el 2009, que fue terrible, pero conseguimos salir adelante y además con la misma filosofía de trabajo: ofreciendo productos exclusivos y de la mejor calidad», asegura de Prado.
El exquisito trato con el público, la clave del éxito
Pero si hay algo por lo que destaca este negocio familiar es por su atención al público. «Para nosotros los clientes son lo primero. Y es que ninguna empresa es nada si no tiene un buen cliente, por eso nosotros intentamos atenderles de la mejor manera posible», resalta Carlos de Prado. Por ese motivo los consumidores, cada vez que quieren hacer una reforma en casa o tienen obras, acuden a Vigil Escalera. «Aquí viene gente que le gusta comprar donde siempre ha comprado, que quiere que le atiendan personal y exclusivamente los empleados de toda la vida como Jose, Manolo o Pepe», cuenta.
Ahora, a partir de este viernes día 22 de septiembre deberán buscar una nueva tienda de confianza, ya que las persianas de esta empresa familiar bajarán para siempre. Aunque la empresa «va bien», no hay relevo generacional. «Mis hijos no quieren dedicarse a esto porque ya trabajan en otra cosa. Aparte de eso, pese a que no me gusta hablar de política, es evidente que las empresas de siempre como la nuestra o Calzados Veneto que también va a cerrar no siguen con su actividad por culpa del gobierno regional y central», manifiesta.
Bajo esta premisa, argumenta que a los sucesivos gobiernos no les ha interesado la empresa familiar ni autónomos, siempre han primado sobre todo en los últimos tiempos lo público. «Como no les interesa, pues evidentemente este tipo de negocios se mueren», lamenta. Es por ello que la historia de Vigil Escalera llega a su punto y final. Ahora, le toca a Carlos de Prado seguir escribiendo la historia de su propia vida, «que por decirlo de alguna manera ya la tengo solucionada».
«Como estoy bien de salud y mis hijos ya pilotan solos, quiero disfrutar del tiempo libre. Aparte de estar con mi familia, me gusta mucho la montaña, andar en bicicleta, también canto, toco la guitarra e incluso cocino. Tengo muchas aficiones y como solo se vive una vez pues voy a dedicarme a todo lo que me gusta», sentencia Carlos de Prado, quien a partir de ahora comenzará a mirar para sí mismo.