Así es el Palacio de los presidentes de Asturias: todos los secretos que guarda su interior

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

Edificio de la sede de Presidencia del Principado de Asturias, también conocido como el Palacio de Presidentes
Edificio de la sede de Presidencia del Principado de Asturias, también conocido como el Palacio de Presidentes TOMÁS MUGUETA

El edificio es uno de los centros políticos más importantes de Asturias

29 may 2023 . Actualizado a las 10:05 h.

Uno de los edificios más emblemáticos de Oviedo es el palacio de Presidencia. Situado en la calle Suárez de la Riva, haciendo esquina con Marqués de Santa Cruz, el edificio alberga las oficinas del presidente del Principado de Asturias y de los miembros del gabinete y de comunicación del gobierno. En él se llevan a cabo reuniones, conferencias y otros eventos relacionados con la gestión del gobierno autonómico, además de recibir autoridades y personalidades que visitan la región. Se trata por tanto de uno de los centros políticos más importantes de Asturias, pero lo más llamativo son los tesoros que guarda en su interior. Para ello conocemos el inmueble de la mano del actual presidente del Principado, Adrián Barbón, quien no es el dueño del mismo, sino «el administrador temporal».

Antigua delegación del Banco de España en la capital asturiana

El imponente edificio de la antigua sucursal del Banco de España de Oviedo, en 1928. Fue asaltada durante la revolución de 1934 y ahora es sede de la Presidencia del Gobierno asturiano
El imponente edificio de la antigua sucursal del Banco de España de Oviedo, en 1928. Fue asaltada durante la revolución de 1934 y ahora es sede de la Presidencia del Gobierno asturiano

La sede del Gobierno nació hace ya más de 100 años como delegación del Banco de España en Oviedo. En este edificio, construido entre 1917 y 1925 de la mano de José de Astiz, la entidad bancaria nacional controlaba la emisión de billetes de todo el territorio español, y también «planteaba la opción a los antiguos bancos de emisión de permanecer como bancos comerciales, sin facultad de imprimir, o integrarse en la red de sucursales del Banco de España». La sucursal estuvo operativa hasta finales de los años 70, momento en el que cambia a la actual localización, a la calle Toreno, después de derribar el chalé de Concha Heres.

Tras quedar en desuso, el edificio pasó a formar parte del patrimonio de la familia Masaveu, «quienes lo vendieron al primer Presidente del Principado de Asturias y Presidente de la Preautonomía, Rafael Fernández». El mandatario asturiano se hizo con el inmueble, dado que en aquel entonces el Gobierno de Asturias estaba situado dentro de la propia Junta General. Al tratarse de un espacio en el que «había mucha gente trabajando», el político socialista ve la necesidad de que el ejecutivo contase con más sedes.

A partir de ese momento, en 1984, los arquitectos Nieves Ruiz y Fernando Nanclares llevan a cabo una reforma «muy importante». Convierten el antiguo Banco de España en Oviedo en la Administración del Principado de Asturias, donde además se albergó durante un tiempo la Consejería de Presidencia, así como la de Interior y Administración Territorial del Principado. Con esta obra que duró dos años se remodelaron los espacios, «hubo despachos que se convirtieron en sala», con el objeto de que el inmueble fuese «muy funcional». «A lo largo de los años también hubo muchas modificaciones y ahora el edificio no tiene nada que ver seguramente con sus inicios», asegura el presidente del Principado, Adrián Barbón.

Algunas salas del edificio llevan el nombre de expresidentes del Principado

Placa situada a la entrada de la sala de Sergio Marqués
Placa situada a la entrada de la sala de Sergio Marqués TOMÁS MUGUETA

El Palacio de Presidencia alberga varias estancias. Cada una, con un mobiliario completamente diferente, está destinada a un uso distinto. De todas ellas solo cuatro reciben el nombre de alguno de los presidentes que tuvo el Principado. Se trata de una especie de homenaje a los antiguos mandatarios que se puso marcha en el 35 aniversario del edificio. La sala mayor de la Presidencia es la del presidente Rafael Fernández, puesto que fue quien compró la misma. Situada en la planta baja del inmueble y anexa a la sala de prensa, en ella se llevan acabo las ruedas de prensa, la atención a los medios de comunicación y actividades «de todo tipo».

Tapiz con el escudo de Asturias
Tapiz con el escudo de Asturias TOMÁS MUGUETA

Lo más llamativo de esta sala es el enorme tapiz de color azul marino, adornado con filigrana, que lleva en grandes dimensiones el escudo de Asturias. «Fue un encargo que hizo el presidente Vicente Álvarez Areces. Cuando sucedió la pandemia descubrí que estaba guardado en el sótano y, como yo soy muy de símbolos, lo saqué y lo coloqué aquí porque es un trabajo precioso y hay que lucirlo», cuenta el jefe del Ejecutivo, Adrián Barbón.

Sala de Tini Areces, en la sede de Presidencia del Principado de Asturias
Sala de Tini Areces, en la sede de Presidencia del Principado de Asturias TOMÁS MUGUETA

Otra sala que lleva el nombre de un expresidente es la de Vicente Álvarez Areces. Situada en la segunda planta, está habilitada para albergar visitas de diversa índole y en las que participen un gran número de personas. Además, en ella se alberga la sala de videoconferencias, que se puso en marcha durante la pandemia y «ha venido para quedarse». También en este piso se encuentra la sala del mandatario asturiano Sergio Marqués, en la que se llevan a cabo todo tipo de reuniones.

Un despacho de más de medio siglo

Despacho de Belarmino Tomás en la sede de Presidencia del Principado de Asturias
Despacho de Belarmino Tomás en la sede de Presidencia del Principado de Asturias TOMÁS MUGUETA

Una de las estancias más simbólicas de la sede de Presidencia es la que lleva el nombre de Belarmino Tomás. Situada en la planta baja, en ella se alberga el despacho de este político asturiano que presidió el Consejo Interprovincial de Asturias y León (diciembre de 1936 - agosto de 1937), así como el Consejo Soberano de Asturias y León (agosto - octubre de 1937). El estudio estaba instalado en la casa Blanca de Gijón, sin embargo, el presidente Vicente Álvarez Areces «consiguió» que el Ministerio de Defensa cediese el mismo al Gobierno de Asturias.

En esta estancia se conserva el mobiliario original, que comprende el escritorio y un armario situado a la izquierda del mismo, si se observa de frente. Además, se han añadido muebles de la época para decorar la sala en la que destaca el cuadro de la foto de familia de Belarmino Tomás. Una instantánea en la que figura un «jovencísimo» Rafael Fernández, quien por aquel entonces era consejero, con el tiempo se casó con la hija de Belarmino y poco después se convirtió en el primer presidente del Principado de Asturias.

Cuadro de la familia de Belarmino Tomás, quien fue presidente del Consejo de Asturias y León durante la Guerra Civil
Cuadro de la familia de Belarmino Tomás, quien fue presidente del Consejo de Asturias y León durante la Guerra Civil TOMÁS MUGUETA

Otro dato histórico importante que alberga esta sala que se utiliza para recibir las visitas de los ministros y recibir actos solemnes son los grabados que aparecen en una de las paredes del mismo. «Se trata de una campaña de propaganda para movilizar a la ciudadanía realizada por el ilustrador Germán Horacio, quien trabajó durante la República y la Guerra Civil a favor del Frente Popular, tras el encargo del Consejo de Asturias y León». En total son diez láminas y cada una tiene su propio mensaje como «pesadilla» o «héroe».

El despacho del Presidente del Gobierno

Despacho del presidente del Principado, situado en la sede de Presidencia
Despacho del presidente del Principado, situado en la sede de Presidencia TOMÁS MUGUETA

En la primera planta del edificio de Presidencia se encuentra el despacho del presidente del Gobierno de Asturias. A su entrada se sitúan dos esculturas de Amador Rodríguez que hacen como «una especie de leones de custodia» y esta lleva por nombre Pedro de Silva, en honor al mandatario que inauguró el edificio. Nada más entrar en esta sala, que desde un primer momento mantuvo su uso, se halla la mesa que está orientada para que «lo primero que vea el presidente es quién entra y para que así quien entra vea al presidente».

Colección de boligrafos del presidente del Principado, Adrián Barbón, que está colocado en su despacho
Colección de boligrafos del presidente del Principado, Adrián Barbón, que está colocado en su despacho TOMÁS MUGUETA

En el propio escritorio se encuentran los objetos «fetiches» del presidente del Principado, Adrián Barbón, como son los bolígrafos. «Es una cosa que colecciono», confiesa, antes de señalar los libros encuadernados por Rodríguez Vigil, «que me gusta tener de recuerdo». Aparte de varios documentos, también destaca la presencia de la obra Asturias: 40 años, que está situada «para no perder de vista el tiempo en el que vivimos». Además hay una rosa y un corazón de los colores de la bandera de Ucrania, «que es un regalo de los niños ucranianos».

En el despacho del Presidente del Principado hay una mesa de reuniones
En el despacho del Presidente del Principado hay una mesa de reuniones TOMÁS MUGUETA

Justo detrás del escritorio se encuentra una pequeña librería y elementos con cierto valor simbólico para el presidente asturiano. Entre ellos destaca la cruz de Salas, uno de los primeros signos de la cruz de la Victoria; una lámpara de mina, «en representación de la mi cuenca»; una fotografía de Adrián Barbón con Pablo García, su «maestro político, presidente de honor de la FSA y primer alcalde democrático»; y una instantánea con sus sobrinas, Cayetana y Martina. También hay pequeñas esculturas como la del «histórico socialista» Julián Basteiro o la de Margarita Salas, así como una talla de Santa Bárbara. De la misma manera, está presente una reproducción del expresidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln. «De él admiro la valentía que tuvo para abolir la esclavitud», dice.

Vista de la parte personal del despacho del presidente del Principado
Vista de la parte personal del despacho del presidente del Principado TOMÁS MUGUETA

En el propio despacho del Presidente también se encuentra una mesa de reuniones. Está situada en un espacio en el que destaca la Maternidad de Nicanor Piñole, obra que tenía el presidente Juan Luis Rodríguez Vigil, y un cuadro de los mineros asturianos de 1984 de Mariano More. Además, en una de sus esquinas se encuentra la parte más personal del despacho, en la que se pueden ver fotografías del presidente en las que aparece con personalidades políticas como Miguel Ángel Revilla, Gimena Llamedo o Adriana Lastra. También figura el título de Vaqueiro de Honor, la reproducción del coche de Cohete Suárez o unas madreñas en miniatura, entre otros objetos.

Además, a diferencia del resto de salas, «lo más guapo que tienes aquí son las vistas». «Ves el cambio de estaciones y además hay una cosa que me gusta mucho de Presidencia, que, como no es un edificio aislado —en otras autonomías están dentro de recintos cerrados—, es abierto y da a la calle, pues oyes todos los ruidos, desde el trasiego de la gente diaria hasta cuando pasan los autobuses o una manifestación. Y eso es bueno porque permite a los presidentes no perder de perspectiva lo que pasa en la calle», destaca Adrián Barbón.

La sala más importante del edificio

Sala del consejo de Gobierno, en la sede de Presidencia del Principado de Asturias
Sala del consejo de Gobierno, en la sede de Presidencia del Principado de Asturias TOMÁS MUGUETA

En su día esta fue habilitada en la primera planta por el presidente Sergio Marqués. Sin embargo, no fue hasta el mandato de Tini Areces cuando se convirtió en sala del Consejo de Gobierno, que en su origen se situaba en frente del despacho. Esta estancia «es la más importante en cuanto a órgano», puesto que en ella se reúne el presidente, el vicepresidente y el resto de consejeros. Está orientada a la Junta General y en una de sus paredes luce un cuadro de Manuel Calvo de lo más colorido. Además, cuenta con una escultura de Amador Rodríguez, que es igual a las situadas en el despacho de Presidencia.

Un pasillo con los retratos de los expresidentes del Principado de Asturias

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, en el pasillo en el que lucen los cuadros de los exmandatarios
El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, en el pasillo en el que lucen los cuadros de los exmandatarios TOMÁS MUGUETA

Al igual que en el resto de edificios de carácter político, la sede de Presidencia cuenta con un pasillo en el que aparecen colocados por orden los retratos de los diferentes presidentes del Principado de Asturias que ya han terminado su mandato. En primer lugar se sitúa el cuadro del ovetense Rafael Fernández, presidente de la preautonomía y luego de la autonomía entre 1982 y 1983. A continuación se encuentra el gijonés Pedro De Silva, que fue regidor entre 1983 y 1991. Le sigue el piloñés Juan Luis Rodríguez Vigil, que estuvo al frente del Ejecutivo desde 1991 hasta 1993, momento en el que el avilesino Antonio Trevín ocupó el cargo hasta 1995. De ahí a que su estampa figure en el puesto número cuatro.

Seguidamente se encuentra el óleo del gijonés Sergio Marqués, presidente de Asturias hasta 1999. En el caso del gijonés Vicente Álvarez Areces, quien estuvo en el Gobierno desde 1999 hasta el año 2011, se trata de una fotografía. También el retrato de Francisco Álvarez Cascos, cuyo mandato duró diez meses, es una instantánea, puesto que «aún no ha decidido si quiere una fotografía o un cuadro». La última incorporación es la de Javier Fernández. Se trata de un óleo que representa al gijonés, quien fue presidente del Principado desde el 2012 hasta el 2019.

Todos estos cuadros, aparte de representar parte de la historia política de Asturias, llevan a la reflexión. «Yo cada vez que los veo pienso que la Presidencia es algo temporal y como todo tiempo tiene su fin. Entonces se trata de aprovechar cada momento y ser consciente del honor que es ser presidente. También es una forma de recordar a los antecesores porque un pueblo que no recuerda su historia es un pueblo que comete muchos errores», confiesa el presidente asturiano Adrián Barbón, quien tuvo la idea de colocar los retratos en el pasillo que lleva hasta su despacho puesto que estaban colocados en la sala de espera.

Un apartamento en el ático

En la parte más alta del edificio, aparte de hallarse el comedor oficial, se encuentra un apartamento que fue ordenado construir en los años 90 por Juan Luis Rodríguez Vigil y en la que el jefe del Ejecutivo lleva a cabo su vida privada. En esta vivienda el actual presidente del Principado, Adrián Barbón, pasó el confinamiento y a día de hoy en algunos casos puntuales se queda a pasar la noche. «Si tengo una reunión que acaba muy tarde o al día siguiente empieza muy temprano pues es cuando duermo aquí, porque yo de normal vivo en Laviana», reconoce. Aunque el político socialista utiliza el inmueble en casos puntuales, hubo presidentes que llegaron a vivir de continuo durante sus respectivos mandatos, como Antonio Trevín o Francisco Álvarez Cascos.

El apartamento, situado en la tercera planta, en un principio «solo tenía una habitación y luego con la reforma se fue ampliando». En la entrada del mismo se encuentra un felpudo en el que se puede leer «Entra tú, Barbón no me deja salir». «Fue un regalo que me hizo una sanitaria cuando insistía tanto a la gente de que se quedase en casa», señala el presidente asturiano, antes de abrir las puertas a este pequeño hotel al que le va dando «un toque personal».

El presidente del Principado, Adrián Barbón, con el libro «Toda una vida» de Miguel Ángel Revilla en su apartamento. El presidente cántabro deja en su obra por testigo de su funeral al mandatario asturiano
El presidente del Principado, Adrián Barbón, con el libro «Toda una vida» de Miguel Ángel Revilla en su apartamento. El presidente cántabro deja en su obra por testigo de su funeral al mandatario asturiano TOMÁS MUGUETA

Una vivienda que consta de una cocina totalmente equipada; varios cuartos de baño; una sala de estar que cuenta con una biblioteca personal, de ejemplares comprados o regalados, como el libro Toda una vida, de Miguel Ángel Revilla, que él mismo dedicó al presidente asturiano; un despacho de trabajo; una pequeña sala de deporte y varias habitaciones que por lo general son pequeñas salvo la principal, «que es muy grande porque así lo diseño Francisco Álvarez Cascos».

Un pequeño museo, de tiempo y estilos muy diferentes

Nada más entrar al edificio nos encontramos con la escalera de subida en la que se encuentra grabado el escudo del Principado de Asturias. Ya a lo largo de todo el inmueble hay varias obras de arte. Algunas de ellas son propiedad del Principado, mientras que otras son cedidas del depósito del Museo de Bellas Artes. Se trata de cuadros o esculturas realizadas por artistas asturianos, única condición impuesta para que sean mostrados en el emblemático edificio. Entre las paredes de la Presidencia figuran Joaquín Rubio Camino, Armando Pedrosa, Faustino Ruíz de la Peña, Orlando Pelayo, Linares, Navascués, Bernardo Sanjurjo, Evaristo Valle, Paulino Vicente, Rubio Camín, Goico Aguirre, Vicente Pastor, Garplans, Elena Rato, Herminio o Francisco Fresno, entre otros.

Un pasadizo subterráneo

Antiguamente en el sótano estaban las cámaras acorazadas del Banco de España. Sin embargo, en la revolución de octubre de 1934 los sublevados asaltaron la sucursal de la entidad, reventaron la caja fuerte y se llevaron un enorme volumen de dinero. Desde entonces ya no queda ni rastro de estos recintos de seguridad. A día de hoy lo único que hay en la planta subterránea son almacenes y un pasillo «normal y blanco» que conecta la sede de Presidencia con la Junta General, facilitando el tránsito de un edificio a otro.

La fachada se tiñe de color

La sede de la presidencia del gobierno de Asturias luce iluminada de morado para conmemorar el 8M
La sede de la presidencia del gobierno de Asturias luce iluminada de morado para conmemorar el 8M

El paramento exterior del Palacio de Presidencia fue objeto de rehabilitación al presentar manchas de humedad, problemas provocados por la suciedad ambiental, así como por el paso del tiempo dado que «llevaba sin pintarse 25 años». Aprovechando las obras de reforma, el equipo de gobierno tomó la decisión de incluir luces al edificio para que este estuviese iluminado no solo de diario sino también en días señalados como por ejemplo el Día de Asturias, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el Día de la Mujer o el Día Internacional del Orgullo LGBT. Jornadas en las que la pared se tiñe de los colores que representan dichas celebraciones como el azul y amarillo; el morado o la gama de arcoíris.