Los vinilos vuelven a estar de moda: estas son las últimas tiendas de LP que quedan en Oviedo

LA VOZ DE OVIEDO

En la capital asturiana solo quedan dos negocios especializados en la comercialización de discos de 12 pulgadas a 33 rpm
16 mar 2023 . Actualizado a las 16:17 h.Los vinilos nacieron a finales de los años 50. Durante décadas fueron el medio más popular para la reproducción de material musical hasta que la aparición de los casetes y los cedés truncaron su éxito. A partir de ese momento, los LP fueron perdiendo su espacio en la industria de formatos sonoros hasta quedar completamente obsoletos. Esto llevó a que a principios de 1990 la producción a gran escala de discos de 12 pulgadas a 33 rpm cesase. Sin embargo, 20 años más tarde, estos consiguieron resurgir de sus cenizas y volvieron a ocupar las estanterías de aquellas tiendas que a diario son transitadas por los apasionados de «la buena música» y del clásico sonido de los tocadiscos tradicionales. Unos negocios que a día de hoy se cuentan casi con los dedos de la mano en nuestro país. Concretamente, en Oviedo tan solo sobreviven dos.
Una de las tiendas de la capital asturiana donde se compran, venden e intercambian vinilos es Discos Alta Fidelidad. Esta abrió sus puertas en el año 2007 de la mano de Alberto Izquierdo en la calle Padre Suárez; sin embargo, tras entrar a formar parte de la empresa Antonio Menéndez, con quien el ovetense ya había trabajando previamente en la venta de discos, se trasladaron a la calle Otero, lugar en el que actualmente mantienen su actividad. «Siempre nos gustó mucho la música y, sobre todo, los vinilos», asegura Izquierdo, quien en el 2002 empezó a comercializar discos por internet. En este punto, Menéndez señala que «con la irrupción del cedé era muy difícil hacerse con vinilos porque prácticamente no se fabricaban o si se hacía era en pocas cantidades, pero como nos apasionaban decidimos apostar por ellos».

Aunque como todos los principios fueron difíciles, puesto que al año siguiente de que Discos Alta Fidelidad empezase a funcionar llegó la gran crisis del 2008, el negocio ha conseguido sortear todos los contratiempos e ir creciendo poco a poco. A día de hoy mantiene un alto volumen de vinilos. «Solo en tienda tenemos unos 10.000 discos», resalta Alberto Izquierdo, antes de detallar que cuentan con LP nuevos y de segunda mano. Además, «cuando se celebra el Record Store Day, que es el día internacional de las tiendas de discos independientes —este año es el 22 de abril—, tenemos lanzamientos exclusivos que solo encuentras en tiendas como la nuestra, como puede ser un vinilo de Taylor Swift o de los Rolling Stones», añade.
En este punto, Alberto Izquierdo resalta que «se trata de ediciones exclusivas que no se pueden reservar, así que ese día que también hacemos una fiesta aquí con los clientes; antes de abrir la puerta ya tenemos cola, habrá casi 50 personas esperando». Y es que «mucha gente está acostumbrada a buscar en internet, pero en cambio aquí te encuentras discos que no te acordabas de ellos y es realmente una sorpresa», afirma .«Hay discos que te encuentran a ti. Es un sitio que si tienes contacto verbal puedes aprender unos de otros», apostilla su compañero, Antonio Menéndez, quien señala que en la tienda también cuentan con libros musicales, así como CDs y singles de vinilo «que son discos de unas dos o cuatro canciones».

Lo cierto es que en Discos Alta Fidelidad puedes encontrar vinilos de Nirvana, The Beatles, The Smiths, Radiohead, Jazz Messengers o hasta de Bob Marley, entre otros muchos artistas. «Tenemos discos de todo tipo de estilos. Estamos especializados en pop rock alternativo porque es algo que nos gusta mucho a los dos. Es algo que vivimos y muchas ediciones originales de esos vinilos eran muy difíciles de conseguir», asegura Alberto Izquierdo. «También tenemos mucha música negra como jazz, blues o punk, así como música de los 60 especialmente», añade Antonio Izquierdo. «Al fin y al cabo, tenemos de todo porque somos una tienda de una ciudad. Aparte de nuestros gustos tenemos que adaptarnos al cliente y ofrece un amplio abanico de posibilidades», reconoce Izquierdo, a quien Menéndez le recalca: «no nos cerramos a nada».
De todos los vinilos que han vendido Alberto y Antonio, uno de los que más valor tiene es el Picture Disc de David Bowie, al que le dieron salida en uno de los Record Store Day celebrado hace aproximadamente 10 años. «Al principio no se tenía ni idea de cuántos se iban a fabricar, pero nosotros llegamos a vender como unos 12 o así. Era un single que costaba 13,95 euros y se llegó a vender en internet por 300 euros», rememora Izquierdo, antes de confesar que 1989 de Taylor Swift también fue un auténtico éxito. «Era una edición en color, la pusimos a la venta y pasó totalmente desapercibida. Ni siquiera se llegó a agotar cuando lo sacamos, aunque sí que es verdad que con el tiempo conseguimos darles salida. Costaba 31,95 euros y ahora cuesta en internet 1.000 euros, que es un precio real», relata.

También La Bomba Records es especialista en la venta de vinilos. En esta tienda situada en las inmediaciones de la estación del tren de Oviedo, cuentan con «unos 3.000» discos de 12 pulgadas a 33 rpm. «Tenemos también entre 4.000 y 5.000 singles, aparte de contar con libros, películas y casetes que funcionan muy bien. En otros países, en casi todas las tiendas hay una sección exclusiva para ellos», asegura Diego Rey, propietario del negocio que abrió sus puertas en el 2001. «Después de vender en el Rastro y en El Fontán como otros muchos vendedores que empezaron con tiendas de discos, y tras andar por ferias de todo el país para tomar un poco el pulso al negocio de cómo podía estar, apostamos por ello, ya que vimos que era una buena oportunidad de trabajo porque, aunque el mercado se había quedado sin oferta con el cierre de las tiendas, seguía habiendo demanda, y además es mi pasión», asegura.
De la amplia diversidad de géneros y grupos musicales que atesora La Bomba Records, los más demandados son los clásicos como Velvet Underground, Creedence, Led Zeppelin o Nirvana. «Es el consumo más generalista, más grande y el que más reclama la gente joven», destaca Diego Rey antes de resaltar que aún conserva el primer disco de Alejandro Sanz, así como «alguna cosa extranjera» que puede costar hasta 300 euros. «Aquí no es muy frecuente tener piezas de 1.000 euros para arriba», confiesa el comerciante, quien se dedica tanto a la venta como a la compra, así como a viajar al extranjero para hacerse con piezas que en España «no hay porque no se llegaron a fabricar o porque son muy difíciles de conseguir».

Perfil del cliente de una tienda de vinilos
Unos vinilos que son adquiridos por «una gran variedad» de clientes, que tanto en Discos de Alta Fidelidad como en La Bomba Records tienen un perfil muy similar. Por un lado están los fieles clientes, «que coleccionan discos desde muy pequeños y por tanto son consumidores de vinilo empedernidos», tal y como resalta Antonio Menéndez. De la misma manera, «viene mucha gente más preparada». «Un chaval de 20 años ya sabe de un grupo alemán de los 60, de un grupo de Indonesia… Van descubriendo estilos porque en internet uno puede formarse solo», reconoce Diego Rey.
También están aquellas personas que «habían abandonado el formato y volvieron de nuevo a él». «Hay gente que vendió sus vinilos en los 90 para comprarse CDs y ahora los venden para comprar vinilos», asegura Alberto Izquierdo. En esta misma línea, Diego Rey afirma que quienes regresan lo hacen «un poco bastante arrastrados por sus hijos o incluso hay abuelos cuyos nietos ponen discos en casa y vienen a regañadientes, aunque se les nota que les trae buenos recuerdos la música, porque hubo una época en la que era el único modo de entretenimiento».

Asimismo, hay «muchos» jóvenes que se adentran en el mercado y empiezan a consumir «porque lo ven como una novedad y les gusta cada vez más». «Cuando se toma una moda viene del revival y, en este caso, del que ponen en la radio, como Madonna o Prince. Pero la mayoría de la gente nueva es que ha bajado al trastero y se ha encontrado con los discos y el equipo», asegura Diego Rey, antes de señalar que «hace 10 años era una pujanza muy fuerte de gente joven que recuperaba discos que al principio eran difíciles de vender o de grandes grupos como Bruce Springsteen, Dire Straits o Michael Jackson, porque los pocos que quedaban dentro del vinilo ya tenían todos sus discos». «Se han vuelto a hacer muchas ediciones nuevas y ha sido principalmente por los jóvenes», apunta.
Además, a estas tiendas de vinilos entran «muchos turistas». «Aquí en cuanto llega el verano empiezan a aparecer franceses, ingleses, alemanes, gente del País Vasco o incluso de Málaga que quieren hacerse con algún LP. Es gente que viene todos los años porque es cierto que los discos nuevos los tenemos en internet pero los de segunda mano, no», destaca Alberto Izquierdo, quien reconoce que «al fin y al cabo estamos abiertos a todo tipo de públicos». «No es habitual encontrar una tienda de discos tan grande como esta, ni siquiera en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, donde hay cuatro o cinco», resalta.
«Oviedo no deja de ser una ciudad pequeña y por tanto solo de la venta física no viviríamos»
A diferencia de otros negocios, Discos Alta Fidelidad y La Bomba Records han salido reforzadas de la pandemia por el coronavirus. «Fuimos uno de los sectores menos perjudicados porque como la gente se quedó en casa, su válvula de escape fue leer libros o escuchar música. Además, como tenían tiempo, recuperaron los equipos y descubrieron algo que habían olvidado, haciendo que mucha gente se aficionase a volver a comprar discos. Incluso hubo personas que compraron discos aún no teniendo vinilos», asegura Antonio Izquierdo, antes de señalar que durante el confinamiento pusieron en marcha la página web, puesto que «Oviedo no deja de ser una ciudad pequeña y, por tanto, solo de la venta física no viviríamos», reconoce. En el caso de Diego Rey, este vendió muchos vinilos por correo. «Nosotros trabajamos en plataformas y durante ese tiempo creció mucho el mercado. La gente, como no podía gastar en otras cosas, entonces la música explosionó», asegura.

Además, aunque el auge de las plataformas musicales «afectó al negocio durante los primeros 10 años porque la gente estaba obligada a consumir un formato para escuchar música», tal y como reconoce Diego Rey, este no ha supuesto un gran mazazo para el negocio como tal, sino todo lo contrario. «Nosotros lo vemos como una herramienta, no como el enemigo. Te permite no equivocarte a la hora de comprar un disco. Antiguamente los comprabas sin haberlos escuchado, simplemente lo hacías porque conocías al artista y te llevabas alguna que otra decepción», asegura Antonio Menéndez.
«El modo que teníamos nosotros de escuchar los discos eran intercambiándolos con nuestros compañeros de clase, y aprovechabas para grabar las cintas. También en algunos programas de radio a altas horas de la noche ponían alguna canción. Pero claro, ni todo lo bueno es esto ni lo otro, porque a los discos les tienes que dar realmente una oportunidad», añade Alberto Izquierdo, a lo que Menéndez apunta que «hay que reescucharlos porque algunos hasta la quinta o sexta vez no te hacen clic. Pasa lo mismo que con las películas, los libros o los conciertos».

No obstante, saben de primera mano lo que es vivir una crisis económica. «De hecho, este negocio siempre ha estado en crisis y te acostumbras a trabajar a contracorriente», asegura Alberto Izquierdo. En esta misma línea, su compañero de fatigas asegura que «una tienda como esta implica echarle muchas horas». Además, «como los discos nuevos no solo los tenemos nosotros, sino también todos los demás, es la competencia al céntimo», lamenta Antonio Menéndez. Y, por si fuera poco, «ahora el mercado está dividido en cuanto a la forma de consumir música», apunta Diego Rey.
Beneficios que reporta escuchar vinilo
Pero al fin y al cabo, la pasión por los discos de vinilo gana. Y es que, «aunque mucha gente se queja de que solo escuchas medio disco —cada cara son 20 minutos— y tienes que darle la vuelta, es la única forma de disfrutar de la música», asegura el propietario de La Bomba Records. En esta misma línea, Alberto Izquierdo asegura que «nosotros estamos acostumbrados a escuchar música en todos sitios, pero nunca le prestamos atención y eso es una de las grandes cosas del vinilo». Además, «si compras un disco muy usado a veces se queda pegada la aguja pero tiene su gracia porque ese proceso artesano de poner el disco, darle la vuelta o limpiarlo hace que disfrutes más todavía», confiesa Diego Rey antes de resaltar que «el sonido no tiene nada que ver con el digital porque con el vinilo disfrutas de todos los instrumentos».
Además, los discos de vinilo guardan una serie de informaciones en su interior como las letras de las canciones, los créditos, etc. «Te das cuenta de quiénes tocan o quién produce el disco y empiezas a hilar con otros, y es lo guapo», asegura Antonio Menéndez, quien señala que la portada de los mismos también son «una auténtica pasada». «Es increíble cómo se mezclan diversas artes para transmitir la filosofía del grupo musical», apunta.

Aparte de ser otra forma de escuchar música, los vinilos son «algo bonito de coleccionar». «Hubo una época dentro de la producción musical que parecía que el que pagaba por un artículo era tonto, porque te lo podías bajar todo gratis por internet, pero la gente se dio cuenta de que necesitas un arraigo a un artista. No puedes decir que eres fan de un artista y tener toda su música en un pendrive o la nube, porque te quedas sin internet o se estropea y qué pasa», asegura Alberto Izquierdo. Una premisa que comparte su compañero Antonio, quien resalta que «los artistas también tienen que vivir». «Que todo el arte sea gratis no está bien», añade. «Al final es el producto estrella del artista. Tener un disco, bien sea CD o LP, te acerca más a él», apostilla Diego Rey.
Todo esto hace que tanto como Diego Rey como Alberto Izquierdo y Antonio Menéndez sigan peleando para mantener más viva la esencia de La Bomba Records y Discos Alta Fidelidad, respectivamente. «Hace tiempo que decidimos que nos vamos a dedicar a esto y seguiremos. La música es lo que tiene, que te evoca muchos recuerdos, situaciones, sobre todo las canciones. Además, a día de hoy realmente es un nicho de mercado con mucha visibilidad. Ahora están las redes sociales donde la gente tiene costumbre de comprar un discos y mostrarlo a los demás y eso nos viene muy bien porque antiguamente solo funcionaba por el boca a boca», asegura Izquierdo. También Rey está «muy contento» de poder dedicarse a su hobbie. «Esto es muy satisfactorio. Yo nunca compré un disco por internet, salvo que te falte una pieza y lo tenga un uruguayo y por tanto no hay otro remedio, pero entrar a la tienda y rebuscar es un vicio», confiesa.