El grito desesperado de una familia que vive en una casa en ruinas en Trubia: «Nos han dicho que va a derrumbarse»

Marcos Gutiérrez REDACCIÓN

OVIEDO

Zhanna Vityebska junto a uno de sus hijos en su casa
Zhanna Vityebska junto a uno de sus hijos en su casa

Zhanna Vityebska vive con su marido, su hijo de tres años, su hija de dieciséis y sus padres en una casa de Perlín que compraron hace tres años. Al poco, comenzaron a apreciar grietas, humedades y suelos levantados. Varios aparejadores y arquitectos han advertido del riesgo que asumen a cada minuto que pasan en la casa. «No pido nada más que un lugar al que ir a vivir»

06 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Zhanna Vityebska, de origen ucraniano, lleva dos décadas en Asturias. En ese tiempo hizo su vida en Oviedo, pero su marido y ella siempre tuvieron el anhelo de irse a vivir a un pueblo, para que su hija y el pequeño que estaba a punto de llegar crecieran en la naturaleza, rodeados de verde y aire puro.

Hace tres años creyeron que este sueño empezaba a tomar forma, al dar con la que creían que iba a convertirse en la casa de sus fantasías en Perlín (Trubia). Sin embargo, un vendedor con tan pocos escrúpulos como vergüenza priorizó el dinero a la buena fe y la seguridad de una familia que ahora se encuentra que tiene que vivir en una propiedad que prácticamente se cae a pedazos.

Zhanna vive en su hogar con su marido, su hijo de tres años, su hija de dieciséis y sus padres. Desde hace meses sienten que un riesgo terrible se cierne, literalmente, sobre sus cabezas, ya que al poco tiempo de irse a vivir a su nuevo domicilio comenzaron a apreciar la aparición de desperfectos e, incluso, grandes grietas y goteras. Paralelamente, denuncian que no han conseguido apoyos, ni por parte del ayuntamiento de Oviedo, ni del Gobierno del Principado. Ni siquiera para poder acceder a una vivienda de emergencia.

Una casa «muy guapa, muy bonita y recién pintada», sobre el papel

«Siempre viví en Oviedo, pero me gustaba la idea de comprar una casa en el pueblo, porque estaba embarazada y quería que mi hijo viviera en la naturaleza», explica Zhanna Vityebska. Remarca que estuvieron buscando casa «mucho tiempo», hasta que encontraron una «muy guapa, muy bonita y recién pintada».

Todo eso fue «hace tres años». Sin embargo, hace aproximadamente medio año, le comunicaron a la persona que les vendió la casa que «estaban saliendo grietas por la parte de fuera». Éste, sin embargo, «no quiso saber nada».

Asimismo, durante unos días que «empezó a llover muy fuerte» notaron que se formó «un charco de agua en la cocina» de grandes dimensiones. La mujer explica que «cuando comenzó la guerra vino familia lejana de Ucrania y llegamos a tener once personas en casa». «Nunca pedí ayuda y los mantuvimos como pudimos», apunta.

El estado de la casa de Zhanna Vityebska
El estado de la casa de Zhanna Vityebska

Sin embargo, esta familia no se podía permitir «afrontar abogados y juicios, porque cuesta mucho dinero». Pasado el tiempo, estos familiares «regresaron a Ucrania». Tanto ella como su marido se pusieron «en contacto con arquitectos y aparejadores para que vieran la casa». «Me asusté», reconoce, ante el rápido deterioro que estaba experimentando su domicilio.

La familia pagó «2.000 euros a un aparejador, que dijo que iba a derrumbarse y que había que gastar mucho dinero» en arreglarla, por lo que no merecía la pena planteárselo. Zhanna Vityebska explica que, además de grietas y humedades, se apreciaban en la casa «suelos levantados, puertas que no cerraban...».

«Una aparejadora vino a poner diez puntales en la cocina para que no se nos derrumbe»

«Cinco personas nos han dicho que va a derrumbarse», afirma. «Una aparejadora nos ayudó y vino a poner diez puntales en la cocina para que no se nos derrumbe el piso de arriba», comenta.

Lamenta que «el propietario ni se puso en contacto». La lástima es que la casa les «encanta, pero no con estas patologías». Y es que sospecha que el suyo es uno de esos típicos casos en los que unos propietarios «compraron por 10.000 euros y vendieron por 70.000» un inmueble que remozaron «lo justo» para que su deplorable estado no llamara la atención a primera vista.

El estado de la casa de Zhanna Vityebska
El estado de la casa de Zhanna Vityebska

Paralelamente, esta familia sigue «pagando hipoteca» y sin una solución, mientras su casa se deteriora a marchas forzadas. Esta mujer explica que le ha enviado correos al presidente del Principado, Adrián Barbón, y al alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, «sin repuesta».

Y es que denuncia que, pese a no ser potentados precisamente, los ingresos que reciben por su trabajo su marido y ella hacen que superen los límites para acceder a una vivienda de emergencia. «Somos millonarios para ellos, porque mi marido es electricista y yo camarera». «No pido nada más que un lugar al que ir a vivir, ¿por qué no podéis darnos un alojamiento?», se pregunta.