Así se vivió el apagón masivo en Oviedo: «Preocupa la vulnerabilidad tan grande que tenemos. Con nada nos pueden hacer polvo»

Carlos M. Riesco OVIEDO

OVIEDO

Montaje con los entrevistados que cuentan cómo vivieron el apagón eléctrico
Montaje con los entrevistados que cuentan cómo vivieron el apagón eléctrico C.M.

El corte de luz se vivió de forma muy dispar en la ciudad: desde observar una «histeria colectiva» a destacar la «tranquilidad» y prudencia de los conductores

29 abr 2025 . Actualizado a las 17:30 h.

Este lunes volvimos a vivir un episodio histórico en nuestro país. Y ya van varios en los últimos años: desde una pandemia mundial hasta un apagón masivo en varios países de Europa, pasando por una erupción volcánica o la DANA en Valencia. Este corte de luz, al igual que el coronavirus, ha afectado a todo el conjunto del país y, por lo tanto, al Principado de Asturias y su capital, Oviedo, donde esta mañana de martes sus habitantes han manifestado cómo vivieron un suceso tan inesperado como impactante.

Las impresiones sobre este hecho y la reacción de la población ante él no son unánimes y varían según a quien le preguntes. Quique González, en su caso, afirma que vio «un poco de histeria colectiva». Este asturiano, por su trabajo, está muchas horas en la calle y el apagón le pilló durante su jornada laboral, cerca de la Plaza España. Explica que lo que menos comentaba la gente «era lo que pasó realmente» y decían que el culpable de la situación «era Putin o Israel». Sin embargo, bajo el criterio de Alejandro Díaz, una de las cosas que más le gustó fue «la tranquilidad y cómo circulaban los coches» en esta situación. «Tenía miedo de que sin semáforos hubiese caos, pero no lo vi en ningún momento», asegura aliviado este gijonés.

Respecto al resto de su día, Quique cuenta que fue bastante estándar. «En lugar de comer calentando la comida normal, comí bocadillo. Nada más», apunta entre risas. De todos modos, él estaba ya en cierta forma preparado para un suceso así: «Yo de toda la vida hice espeleología y cosas así. Entonces, siempre tengo un minibotiquín y cosas útiles», asevera. Aún así, tras este hecho le «preocupa la vulnerabilidad tan grande que tenemos, con nada nos pueden hacer polvo», sentencia.

Quique González
Quique González C.M.

A Alejandro también le pilló el apagón durante su jornada laboral. En su caso, fue en un descanso y cuando intentó volver a entrar a las oficinas no pudo porque las puertas eran autómaticas. Tuvo que usar la entrada de la parte de atrás que abrió el vigilante del edificio. Para volver a Gijón, donde reside, no tuvo problema ya que utiliza el autobús, pero estuvieron durante casi dos horas en el trabajo sin poder llevar a cabo ninguna tarea. Aún así, tuvo alguna dificultad para comunicarse con sus allegados: «El WhatsApp iba y venía, pero bueno, por la tarde fui a ver a mi madre, estuve con ella un rato y después, como ya había vuelto la luz, me fui para casa», cuenta.

Alejandro Díaz
Alejandro Díaz C.M.

Sobre esta situación explica que «te preocupas por saber lo que ha pasado, pero el ambiente era muy tranquilo». Respecto al kit de supervivencia que la Unión Europea recomendó tener en casa semanas atrás, Alejandro se muestra dubitativo: «No, tampoco pienso en comprarlo ya. Pero bueno, pues no sé, me lo pensaré tal vez», apunta.

En el caso de Andrés López, el apagón también llegó durante su jornada laboral. «Al principio se paró pensando que eran interrupciones del servidor de la empresa, pero al final la gente empezó a informarse, en el sentido de que decían que en Gijón también ocurría, con lo cual pensábamos que era algo a nivel de empresa. Hasta que ya la gente que accedía a Internet y veía las noticias de que era general en España», explica.

Andrés López
Andrés López C.M.

Esta situación sorprendía a este ovetense, que afirma escuchar las reacciones de la población con sorpresa. «Oía los comentarios genéricos de la gente y todo el mundo pensaba que era un ataque realizado informáticamente contra España. De hecho, se veía un bulo desde Finlandia a Estados Unidos que yo alucinaba». Aún así, esto hace consciente a Andrés de que «puede pasar en cualquier momento, evidentemente. Yo, afortunadamente, como la familia la tenía medio controlada, pues estaba tranquilo. No tenía que coger un transporte público para volver a casa o quedarme en un tren de cercanías o en un ascensor. Sí pensé mucho, empáticamente, en esa gente porque en el fondo eran desconocedores de lo que estaba ocurriendo»

Respecto a adquirir un kit de emergencia para posibles situaciones que se puedan dar en el futuro, Andrés ha cambiado de opinión con este apagón que sucedió el lunes: «Sinceramente, cuando lo oí no soy una persona atacada y, razonablemente, no voy a hacer lo primero que me dicen, pero ahora creo que, pensándolo, va a haber que tenerlo. No va a quedar otra porque ayer vi un supermercado en el que al principio parecía que iba a volver la normalidad pero llegó un momento que la gente se fue, se cerraron comercios y la gente se agobió un poco. Claro, porque estaba pensando en las mercancías que había en los frigos y es mucha pasta. Entonces hay que estar preparados, igual sí, para entre 48 y 72 horas por lo menos», explica.

Por último, a Concepción Álvarez el apagón le llegó estando en casa y fue su hija quien le avisó de lo que estaba pasando. «Al principio pensaba que era cosa mía, después vi que no, que era cosa del barrio y finalmente, que ya no iba ni el móvil ni nada mi hija se acercó y me dijo que era en toda España y parte de Europa», cuenta. Esta ovetense explica que relacionó rápido este acontecimiento con las informaciones de hace semanas que aconsejaban contar con un kit de emergencia en casa: «Yo lo asociaba con lo que nos habían dicho de que estuviéramos preparados, que tuviéramos velas y otras cosas. A ver si era esto que ya se lo olían... Y bueno, pues parece que no, menos mal. Pero estuvimos en un momento diciendo: "¡A ver si ahora dan un pepinazo por ahí!". Yo que sé, piensas en lo malo...», relata.

Concepción Álvarez
Concepción Álvarez C.M.

«Ya avanzada la tarde me llamó mi hijo, que vive en Galicia, y me dijo que ya tenían luz y ahí ya respiré. Yo si lo tengo que definir sería como una incertidumbre tal, que no me dejaba vivir, pero por lo demás bien. No me pilló en un ascensor ni nada de nada, pero hoy aún no tengo Internet y tenía que hacer una recado que aún no he sido capaz», asegura. Respecto a adquirir en un futuro un kit de emergencia, cuenta que en su casa ya tienen «más o menos de todo, lo único que nos hacía falta en mi caso era agua», concluye Concepción.