La Vega y el viejo HUCA, dos asignaturas pendientes

Beatriz Blasco REDACCIÓN

OVIEDO

El antiguo hospital en Oviedo
El antiguo hospital en Oviedo

La reordenación urbanística de las dos zonas más importantes aún por urbanizar definirá el modelo que Oviedo quiere para el futuro

04 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Si 2024 fue el año del desbloqueo, el próximo debería ser el del despegue definitivo para dos de las operaciones urbanísticas más importantes que aún tiene pendientes Oviedo: la transformación de los terrenos de la antigua fábrica de armas de La Vega, en la salida norte de la ciudad; y el destino del viejo Hospital Central, hoy abandonado y con sus edificios cada vez más deteriorados.

Respecto a La Vega, este año se firmó un acuerdo a tres bandas entre el ministerio de Defensa (como propietario de los terrenos), el ayuntamiento y el Principado, que supone la creación de zonas verdes, vivienda pública y un polo de innovación y permitirá poner a disposición de la capital asturiana una superficie de 120.000 metros cuadrados en un emplazamiento estratégico. El acuerdo recogía los términos concretos entre las tres administraciones para tramitar los instrumentos de planeamiento y gestión urbanística necesarios para recuperar La Vega y estableció el objetivo común de reordenar los terrenos y reintegrarlos en la ciudad.

Una parte del patrimonio histórico industrial, algunas de las naves, se mantendrá, pero el resto será derribado para los nuevos edificios. La caída de los muros conectará varios barrios de la ciudad ahora separados, como son La Tenderina, Ventanielles y Pumarín. El convenio contempla la cesión onerosa de los terrenos, actualmente en manos del Ministerio de Defensa, al Ayuntamiento de Oviedo. Todos salvo la nave de cañones, que el Principado se compromete a comprar por un máximo de 4,5 millones de euros, y los espacios que se van a destinar a la construcción de viviendas y que serán explotados por Defensa.

Todo ello a cambio de que el consistorio promueva, redacte y tramite todos los instrumentos de planeamiento urbanístico necesarios; se encargue de realizar los estudios arqueológicos, medioambientales y de protección de patrimonio cultural y monumental; tramite «con agilidad» las licencias de obra de demolición y urbanización, así como las de segregación de parcelas; y asuma «a su costa» los proyectos y obras de urbanización y demoliciones, especialmente lo referido al nuevo trazado para el Bulevar de San Julián de los Prados.

El futuro del HUCA

Lo que ocurra con la enorme tarta de suelo del viejo HUCA parece otro cantar. Aún está muy verde un proyecto de recuperación, si se exceptúa el uso que se cederá a la Universidad de tres de los inmuebles (Maternidad, Consultas Externas y Silicosis) para que traslade algunos estudios y libere, a su vez edificios de Llamaquique que se destinarían a la administración de Justicia.

El resto sería carne de piqueta ya que, además ahora no genera más que dolores de cabeza al Principado y de rebote al ayuntamiento. Cerrados desde hace más de una década, los edificios están ya muy deteriorados debido a la acción del clima y, sobre todo, a la acción de los vándalos. Unos han ido robando todo lo aprovechable, en especial todo lo que tuviera metal, mientras otros se han dedicado a destruir gratuitamente puertas y ventanas.

De momento, la zona es un foco de insalubridad y peligro, tanto para los que campan a sus anchas como para los vecinos del entorno. Ni la vigilancia, ni los precintos, ni los avisos amenazantes han servido de mucho. Por otra parte, no está nada claro qué quiere hacer el Principado con los terrenos que le corresponden -otros los tiene que ceder el Estado- y si la zona servirá para algo más que la especulación inmobiliaria.