La «faba» debería ser una «sartén»: lo que recogía el proyecto y no se hizo en la obra final
OVIEDO
La memoria descriptiva de la glorieta de la Cruz Roja, aprobada por el Ayuntamiento de Oviedo, dibuja un espacio que no se ha tenido en cuenta al completo durante la reordenación
09 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La reordenación de la glorieta de la Cruz Roja de Oviedo, apodada por su forma como la «faba», debería haber sido una «sartén». De esta forma viene reflejado en la memoria del proyecto, en la que se detalla a lo largo de más de 1.200 folios lo que tendría que haber sido la obra final. Fuentes cercanas al proyecto señalan que a pesar de que existen varias desavenencias entre el folio y la realidad, algunas de ellas todavía tendrían solución con obras menores. Sin embargo, la plaza debería haber tenido una forma cóncava respecto a la calzada y no lisa, por lo que se trata de una variación irreversible que recogía el documento y que finalmente se dejó pasar por parte de los técnicos responsables de la obra.
La memoria del proyecto recoge que «la superficie de la plaza es alabeada y crea un plano de apoyo ligeramente cóncavo. La parte más baja de la plaza es el centro geométrico del elipsoide, dónde se ubica el árbol de gran porte». No se trata de un apunte menor, ya que el diseño de la plaza estaba confeccionado de esta forma para que el espacio peatonal sufriera menos contaminación acústica por parte de los vehículos que circulan alrededor de la glorieta y se tratara de un espacio mucho más amable para el peatón al reducir también la contaminación visual del tráfico rodado.
La obra, licitada en 4,48 millones de euros, terminó adjudicándose por 3,69 millones a Obras Generales del Norte S.A. (Ogensa). Las fuentes consultadas explican que de haberse hecho la obra tal y como se recogía en la memoria que se aprobó por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Oviedo no hubiera supuesto ni más coste ni mayores plazos de ejecución. Las mismas fuentes explican que el punto de inflexión que podría haber detonado este cambio sustancial habría sido el paso del ingeniero y jefe de Infraestructuras del Ayuntamiento de Oviedo, Ignacio Ruiz Latierro, al Gobierno del Principado como director general de Ordenación del Territorio.
Además, el proyecto pinta un paso de cebra que en la N-634 frente al registro de la Delegación Provincial del Instituto Nacional de Estadística, que finalmente no se llegó a reflejar en la obra final. Un detalle, todavía reversible, pero que provoca un cambio sustancial en el flujo de peatones hacia el espacio de la calle Marcelino Fernández, provocando que se vean obligados a entrar en la plaza cuando no tendrían por qué hacerlo para cruzar la calle. Además, el cartel luminoso que se instaló frente al mirador tampoco está recogido en la memoria del proyecto, debido a que dificulta en parte la visión del entorno, que es el objetivo principal de esa zona interna de la plaza.
Respecto al tráfico rodado, y a la espera de una posible futura reordenación de la zona, la memoria recoge que el tráfico que llega a la «faba» desde la Ronda Sur por la N-634 debería desaparecer de la glorieta por una salida en la calle Amparo Pedregal. Sin embargo, para que esto ocurriera debería haberse cambiado el sentido de la calle, ya que ahora mismo sería dirección prohibida para los vehículos. Esta sería otra de las variables que provocaría la aglomeración de vehículos en el interior del espacio. Por último, el proyecto también indica varios puntos de carriles bici que finalmente no se hicieron, como el cruce hacia la subida de calle Víctor Chávarri, provocando que los ciclistas tengan que detenerse en el interior de la plaza.