Los poetas Gamoneda y García Nieto, homenajeados en Oviedo durante el Día Mundial de la Poesía

La Voz OVIEDO

OVIEDO

Antonio Gamoneda lee un poema tras descubrir una placa instalada en su casa natal
Antonio Gamoneda lee un poema tras descubrir una placa instalada en su casa natal J.L.Cereijido

El Ayuntamiento ha dedicado unas placas en su honor en la calle Melquíades Álvarez, en la casa natal del primero y en la vivienda en la que residió el segundo

21 mar 2022 . Actualizado a las 14:08 h.

Los nombres de los poetas Antonio Gamoneda y José García Nieto han quedado grabados en la céntrica calle de Oviedo Melquíades Álvarez, que cuenta desde hoy con sendas placas ubicadas en la casa natal del primero y en el vivienda en la que se residió el segundo. El Ayuntamiento de la capital asturiana ha organizado este tributo a ambos escritores con motivo del Día Mundial de la Poesía, al que ha asistido el propio Gamoneda y familiares de García Nieto, que han estado arropados por miembros de la Corporación municipal y por seguidores de sus obras.

Tras el descubrimiento de la placa, instalada en el número 25 de la citada vía, Gamoneda -nacido en Oviedo, en 1931, pero leonés de adopción- ha agradecido al consistorio ovetense tal «inteligente iniciativa» al coincidir el acto con la efeméride en torno a este género literario, algo que, a su juicio, debería celebrarse «todos los días del año».

Galardonado en 2006 con el Premio Cervantes de literatura y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, Gamoneda ha recitado dos de sus poemas, uno de ellos una breve composición en lengua asturiana, bajo el título «Enantes del día». El poeta y ensayista ha querido recordar todas las colaboraciones que ha realizado con el tenor Joaquín Pixán, con quien ha compuesto varios poemas y canciones en bable. «Me ha consolado mucho», ha dicho al respecto. El autor de «Arden las pérdidas» y «Libro del frío» también ha leído otro poema inspirado en los cuadros de Johannes Vermeer y Peter Brueghel, que alude a una fiesta que «podría ser la de cualquier aldea asturiana».

Tras él, ha tomado la palabra Paloma García, hija de García Nieto (1914), quien ha agradecido el homenaje que el Ayuntamiento a rendido a su padre, fallecido en 2001 y autor de una amplísima obra poética y que cultivó también la prosa, el teatro, el periodismo y la crítica literaria. «Siempre llevó Oviedo en el corazón», ha subrayado tras leer unos versos de una de las obras que el Premio Cervantes de Literatura 1996 dedicó a Asturias.

El acto, celebrado frente a la Iglesias de San Juan el Real, ha arrancado con la intervención del alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, quien ha puesto en valor la dilatada carrera de estos dos «insignes ovetenses».

Gamoneda, catalogado por los expertos como una de las voces más hondas y singulares del panorama literario español, alejado de modas y generaciones, es considerado uno de los poetas más próximos a José Angel Valente.

Comenzó a escribir en su juventud, aunque sus primeros poemas aparecieron publicados en la década de los 60, es el caso del poemario escrito en 1947 «Sublevación inmóvil» (1960) o «Blues castellano» (1982) escrito a finales de los 60 y que no editó hasta los años 80 porque la censura lo prohibió. Crecido en León, adonde se trasladó a los tres años con su madre y de donde no se ha movido desde entonces, fue distinguido con el máximo galardón de las letras hispanas por la hondura y calidad de obras como «Libro del frío», «Arden las pérdidas» o «Libro de los venenos».

García Nieto también fue director de la revista Garcilaso, publicación que fundó en 1943 y que contribuyó al desarrollo de la poesía española de la posguerra con nombres como los de Gerardo Diego, Vicente Aleixandre y Dámaso Alonso. Considerado como una de las figuras más señeras de la corriente neoclásica, su obra hace referencia constante a los valores tradicionales. Fue uno de los creadores y máximo representante de la corriente seguidora de Garcilaso de la Vega, conocida como corriente garcilasista. Entre sus libros de poesía, destacan «Víspera hacia ti» (1940), «Tú y yo sobre la tierra» (1944), «Dama de soledad» (1950), «Geografía es amor» (1954), «Elegía en Covaleda» (1959), «Memorias y compromisos» (1966), «Los cristales fingidos» (1978) o «Mar viviente» (1989). Entre los reconocimientos que recibió a lo largo de su vida figuran, entre otros, el Premio Adonáis de Poesía, el Fastenrath de la Real Academia Española, y el Nacional de Literatura en 1951 y en 1957. En 1996 se le concedió el Cervantes, máximo galardón de las letras españolas, informa Efe.