Una familia dona al museo el ejemplar de Sobrefoz, que fue descubierto en un corral de castañas de esa localidad
19 may 2021 . Actualizado a las 11:33 h.El Museo Arqueológico de Asturias ya tiene en su poder la espada de Sobrefoz, un instrumento realizado hace más de tres milenios. La espada ha sido donada al museo por María Victoria Blanco del Dago junto a ocho útiles de piedra.
Se trata, en opinión de la directora del Arqueológico, María Antonia Pedregal, de un «objeto único» que fue hallado en el año 1878 en una cuerria o cercado para almacenar castañas en el concejo de Ponga. De ahí pasó a formar parte de la colección de Sebastián Soto Cortés y su rastro se pierde hasta 1998, cuando un aparejador vecino de Cangas de Onís, Maximino Blanco del Dago, la descubrió cuando estaba realizando reformas en una vivienda próxima al palacio de Labra, casa familiar de Soto Cortés.
La familia de Blanco del Dago, que falleció en 2012 y dejó claro su deseo de que la espada fuera donada al Museo asturiano, ha cumplido ese deseo.
El ejemplar mide unos 70 centímetros de longitud y un modelo poco habitual de hoja pistiliforme y de origen atlántico, con empuñadura en forma de U. Durante la presentación, en la que también estuvo presente el presidente del Principado, Adrián Barbón, el excatedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, Miguel de Blas ha señalado que es una espada «con muy pocos paralelos» puesto que a su juicio no hay ejemplares de este tipo en el norte de España.
En la tesis doctoral de De Blas, publicada en 1983, se detallaban las circunstancias del hallazgo de la pieza y de la antigüedad que le atribuyen los especialistas.
Los expertos destacan su carácter atlántico por sus paralelismos con piezas halladas en Galicia, el occidente de Francia y las islas británicas. La espada de Sobrefoz ilustra un periodo del que se poseen muy escasos testimonios, ninguno de la entidad de esta pieza. La calidad de su factura técnica y la excelente conservación de su cuerpo metálico hacen pensar que procede de un depósito votivo o funerario relacionado con algún personaje importante de la época.
Con su llegada al Museo Arqueológico, la valiosa pieza podrá someterse a estudios tipológicos y metalográficos que aporten datos hasta ahora desconocidos. Del mismo modo, se abre la posibilidad de profundizar en el conocimiento de las técnicas metalúrgicas practicadas durante la Edad del Bronce en Asturias, y de verificar si los armeros que la fundieron y forjaron utilizaron el cobre que durante siglos proporcionaron las minas de El Aramo o El Milagro a los artesanos prehistóricos.