
La Asociación del Rastro exige al ayuntamiento la instalación de aseos públicos y los viajantes se sorprenden de que «nadie pensó en ello»
03 dic 2020 . Actualizado a las 11:03 h.El cierre de la hostelería debido a las restricciones por la covid-19 genera problemas en los que nadie había pensado y que, para la actividad comercial, resultan vitales. Es el caso de los puestos de mercadillo y los viajantes de comercio. Trabajan durante muchas horas seguidas, a menudo durante un día completo y no disponen de aseos donde acudir al estar bares y restaurantes cerrados.
Ricardo, un comercial de la marca de lanas Katia, lleva la representación de Asturias y Galicia. En los últimos días, cuando acude al Principado, debe realizar visitas por toda la región y se encuentra con verdaderas dificultades para comer, para ir al servicio o incluso para tomar un simple café. Ayer pudo tomar uno gracias a que hay bares que sirven para llevar. «Simplemente no pensaron en ello. Y menos mal que aún nos queda algún área de servicio…», comenta.
Lo mismo ocurre a numerosos compañeros suyos que llegan de otras autonomías desde que se abrió el pequeño comercio de cara a la campaña navideña, ya sean viajantes de ropa, electrodomésticos o juguetes. Otro representante del sector textil que prefiere no decir su nombre añade que es «otro obstáculo más» para el comercio, ya que algunos compañeros optan por no acudir o aplazar sus visitas a Oviedo.
Por su parte, la representante de la Asociación del Rastro del Fontán, Mónica Junquera, ha enviado un escrito de queja al ayuntamiento por el mismo motivo. Según señala, «no existe un aseo donde puedan dirigirse tanto nuestros vendedores (210 familias) como los viandantes» que acuden a comprar al rastro dominical.
Con el fin de la suspensión del mercadillo el pasado día 29 de noviembre, dice Junquera, «se puso en evidencia la necesidad de tener un punto higiénico habida cuenta de que nuestros vendedores pasan allí más de 9 horas», ya que algunos salen de su casa a las 6.30 de la mañana y no regresan hasta pasadas las 16.00 horas.
Esta necesidad, añade, «se puso en conocimiento del ayuntamiento y de la empresa Mercado el Fontán SA», pero tanto la concejalía de Mercados como El Fontán se negaron a ofrecer ese servicio. «Nuestra asociación no tiene opción alguna de instalar W.C. en la vía pública ni resulta competente en materia de organización e higiene en el rastro», dice la portavoz de la asociación, por lo que «la situación resulta indigna», porque algunos se ven obligados a «orinar en el parque del Campillín o en la vía pública».
Como solución, señalan, el ayuntamiento podría, bien instalar W.C. portátiles en la vía pública, abrir un pasillo de acceso a los aseos del mercado cubierto o habilitar los de la biblioteca pública de la plaza Daoiz y Velarde. «Lo que no es una opción es mirar para otro lado», concluye Junquera.