Historia del único un brigadista internacional que llegó a España directamente desde el gigante asiático para luchar junto a los republicanos
17 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Se llamaba Akin Chang, tenía 24 años y llegó de Shanghai. A partir de ahí, su aventura bien podía haberla escrito Julio Verne. ¿Quién era y cómo llegó para combatir en frente de Oviedo durante la Guerra Civil? Muchos de los aspectos de su vida son un misterio, pero lo es cierto es que Chang no formó parte de un grupo de voluntarios asiáticos que lucharon en las Brigadas Internacionales en el bando republicano, sino que se integró directamente en un batallón minero asturiano.
Una pareja de Taiwan, Hwe-Ru Tsou y Len Tsou, encontró por casualidad en Nueva York un álbum de fotos del batallón Lincoln donde aparecían, para su sorpresa, hombres con rasgos claramente asiáticos. Desde entonces, indagaron durante décadas en las vidas de aquellos y otros voluntarios, dónde lucharon y qué fue de ellos después de la guerra. Encontraron al menos un centenar y lo documentaron en el libro Los brigadistas chinos en la guerra civil. La llamada de España (1936-1939), publicado en 2001 en Taiwan y en 2013 en España.
Pero volvamos a la historia de Aking Chang, o Agen Chen, según otras transcripciones fonéticas de su nombre chino. Según los autores, fue el único brigadista que llegó de la convulsa China de los años treinta. Había sido un líder sindical huido de la policía del entonces poderoso Kuomingtan, el partido nacionalista chino enfrentado a los comunistas en su guerra civil. Amenazado, por tanto, en 1937 se embarcó a toda prisa en un barco que partía rumbo a Europa, donde las cosas tampoco estaban precisamente pacíficas.
Es en ese carguero donde un cocinero vietnamita (la leyenda posterior dice que era nada menos que Ho Chi Minh; es cierto que éste fue pinche de cocina en un barco pero muy improbable que coincidieran, por las fechas) le habla de la lucha de los republicanos contra el fascismo en España y eso al parecer le entusiasma lo suficiente como para querer luchar en las Brigadas Internacionales. Pero el destino del barco era Asturias, de forma que al desembarcar (y sin hablar una palabra de español) se alista en un batallón minero.
No tuvo suerte. Al parecer, al poco de llegar al frente asturiano fue capturado en Mieres por tropas franquistas y encarcelado en el campo del monasterio de San Pedro de Cardeña, a 10 kilómetros de Burgos. Con la caída del Frente Norte en 1937, ese campo de reclusión y trabajos forzados fue utilizado para internar a prisioneros, sobre todo asturianos, vascos y cántabros, así como unos 1.000 brigadistas internacionales desde abril de 1938, donde sufrieron un trato extremadamente duro.
En el documental franquista Prisioneros de Guerra (1938) filmado y dirigido por el exlegionario García Viñolas en el antiguo convento de San Pedro de Cardeña y otros lugares, se ve a miembros de las Brigadas Internacionales y republicanos que estaban allí recluidos. «Estos hombres vinieron a España traídos por el oro soviético para luchar contra Franco…». Así comienza el documental en el que se reconoce que los presos son forzados a realizar trabajos de reconstrucción, y aparecen en distintas escenas. En San Pedro ocupa parte de este reportaje Chang, que escribe caracteres en chino: su nombre y procedencia. Pero el realizador aprovechó para traducir libremente el texto como «Viva España, arriba España».
Una asociación de exbrigadistas sugiere que sólo había un prisionero chino en el campo burgalés, pero en algunos documentos gráficos se ve claramente a un grupo de asiáticos reunidos. Esto puede ser debido a que Chang era el único que llegó directamente de China; la mayoría de los demás eran chino-norteamericanos del batallón Lincoln.
El campo de San Pedro cerró en noviembre de 1939 y los presos que quedaban fueron trasladados al campo de Miranda de Ebro o expulsados de España. Algunas fuentes señalan que Chang fue liberado y pudo pasar al sur de Francia en 1942; otras dicen que su pista se pierde en Madrid y que había escrito sobre su deseo de unirse a los comunistas con el Octavo Ejército de Ruta de Mao cuando volviera a China, pero los investigadores desconocen si tuvo éxito.