La familia propietaria de la antigua clínica Santa Rita de Colloto quiere deshacerse del centenario edificio
18 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El que en su día fuera el sanatorio mental de mujeres Santa Rita, ubicado en el Camino Real de Colloto, está en venta por 1.250.000 euros. En esta clínica tan pionera para su época se trataban, como decía su anuncio, enfermedades nerviosas, alcoholismo o drogadicción. Aplicaba curas de reposo, electroterapia, hidroterapia y disponía sala de lectura y música, capilla y jardines para las enfermas. Durante la Guerra Civil fue ocupado por las tropas republicanas y, finalmente, acabó cerrando en los años 50 del siglo pasado.
Se trata de un edificio singular construido hace más de un siglo, siguiendo el modelo de grandes casonas ovetenses de la época como Villa Magdalena o, especialmente, el palacete de La Lila. El proyecto data del año 1902, aunque dado su buen funcionamiento, fue posteriormente ampliado. Tiene 12 habitaciones y 4 baños, con una superficie construida de 844 metros cuadrados, así como una parcela de 2.640 metros.
La propiedad pertenece «desde hace generaciones a la familia del fundador del antiguo sanatorio». El pabellón Villa Pilar, construido a partir de la capilla en perpendicular a la carretera y que aún permanece en pie, aunque transformado casi totalmente en su interior, llegó a contar con veinticuatro habitaciones independientes con ventanales.
Según señalan sus propietarios, «con el paso del tiempo, en la finca hubo otros elementos de edificación que fueron desapareciendo». Entre ellos destacaba un garaje y un gran lavadero y tendedero cubierto, situado por detrás del pozo, aún existente.
Durante la Guerra Civil desapareció la galería que cerraba la parte posterior de la casa y «ocurrió uno de los hechos que marcan la historia de este palacete», ya que sus ocupantes fueron desalojados por el ejército republicano que instaló en la finca a sus tropas.
La capilla está reconocida como un templo público en el que asistían a misa vecinos de Colloto y acogió numerosas celebraciones religiosas.
Era costumbre en la época que los propietarios de casas de indianos plantaran un magnolio y una palmera, como recuerdo al continente donde hicieron prosperar sus negocios. La palmera de mantiene en pie en el jardín posterior a la casa principal.