El Club San Mateo acumula un envidiable palmarés y su entrenador, Lodario Ramón, promete más éxitos: «Mi objetivo es poner en la élite a cada chico que preparo»
12 nov 2019 . Actualizado a las 11:28 h.Levantaba pesas en el garaje de la casa en la que se crió en Fabero (León). Una actividad que complementaba con una serie de ejercicios que llamaban la atención a todo aquel que ponía el ojo sobre él. Saltos mortales, carrera, natación y otras actividades que le permitían aprovechar cuanto tenía a su alrededor para hacer deporte. Este tipo de ejercicios tan poco ortodoxos triunfan hoy dentro de la disciplina del crossfit y aquel adolescente que asombraba a la gente de su pueblo, Lodario Ramón, de 65 años, ha logrado formar a una larga lista de campeones. En 1988 fundó en Oviedo el Club San Mateo de Halterofilia, que tiene en la actualidad unos 25 deportistas de categorías olímpicas y paralímpicas compitiendo para estirar un palmarés que ya supera las 700 medallas nacionales e internacionales.
«Siempre disfruté del deporte», comenta Lodario Ramón, apuntando a la pasión como una de las mejores formas de alcanzar el éxito. Un amor por la halterofilia que le llevó a triunfar como levantador y que fue pasando a sus discípulos. Primero en Fabero, donde ya ayudó a varios deportistas a alcanzar la élite nacional. Y después en Oviedo, tras haber entrenado en un centro de alto rendimiento en Madrid y haber conseguido plaza en la Policía Nacional. Fue su trabajo, de hecho, lo que le trajo a la capital de Asturias tras un breve paso por San Martín del Rey Aurelio.
Entonces, cuando tenía 34 años, se acercó por el Palacio de los Deportes para poner en marcha una de las entidades deportivas más laureadas de la ciudad. Cuando llegó Ramón Lodario, no obstante, se dio cuenta enseguida de la necesidad de abrir la halterofilia a los más jóvenes. «La mayoría de las personas que tenían entre 25 y 30 años», cuenta el entrenador para explicar después la decisión de involucrar al barrio de Ventanielles en su proyecto deportivo. «Empezamos a trabajar con un grupo de niños de en torno a los 13 años y los resultados aparecieron rápido», resalta incluyendo a la levantadora Blanca Fernández, campeona de España y de Europa, entre las primeras estrellas del club. Una pionera en elevar el nombre de Oviedo con el levantamiento de pesas, cuyo testigo se ha ido pasando hasta llegar a la actualidad. Alberto Fernández, José Javier Sánchez o Adrián Menéndez son algunos de los atletas que siguen ganando medallas para el San Mateo.
Con todos ellos, Lodario Ramón defiende entrenamientos equilibrados alejados de los excesos. «No hay que hacer locuras, es importante hacer las cosas bien», asegura el preparador, que destaca los beneficios que tiene el ejercicio en los jóvenes. Cuando llegó a Ventanielles en los años ochenta, la marginalidad estaba muy presente en el barrio. El San Mateo lanzó en mensaje claro a los chicos y chicas de la zona: «El deporte enseña a trabajar en equipo, genera muy buen ambiente social, es sano en todos los sentidos y abre puertas para todo».
Una consigna que pronto se convirtió en realidad con el ejemplo de chicos y chicas que aprendieron a cuidarse y apostar por la halterofilia. En retorno recibieron viajes por todo el mundo a competiciones internacionales y los laureles que traen consigo unas medallas que les valieron el respeto y la admiración de su ciudad y de toda la comunidad deportiva.
Unos valores y objetivos que se mantienen a día de hoy y que «nunca cambiarán». «Mi objetivo es poner en la élite a cada chico que cojo», dice Lodario Ramón para agradecer después el apoyo municipal que el club ha recibido de todos los gobiernos municipales que han pasado por el Ayuntamiento de Oviedo. Y promete seguir al pie del cañón promoviendo los valores del deporte y dando brillo al nombre del concejo a través de la halterofilia.