Pedro Urraca fue premiado por Franco y llegó a ser comisario principal
04 mar 2020 . Actualizado a las 13:40 h.Hoy hace exactamente 74 años que el entonces presidente de la Generalitat catalana, Lluís Companys, fue ejecutado por la policía franquista. Y fue un policía español de ascendencia ovetense, Pedro Urraca Rendueles, quien lo detuvo cerca de la localidad francesa de Nantes, lo llevó hasta la frontera de Irún y allí lo entregó a las autoridades españolas con la complicidad del régimen de Vichy. Antes, le hizo una foto para que la Cruz Roja viera que no lo había maltratado.
De poco sirvió. Después de ser trasladado y torturado en Madrid, Companys fue conducido al castillo de Montjuic, que cumplía las funciones de prisión, juzgado en consejo de guerra y fusilado al alba. Era el inicio de una dura posguerra, el 15 de octubre de 1940.
La historia de Pedro Urraca es oscura. Una de sus nietas, Loreto Urraca, confiesa a este periódico que nunca supo la verdadera historia de su abuelo hasta que fue mayor. En realidad, ella no quería escucharla y, cuando se interesó, ya era demasiado tarde para conocerla de su boca porque el exespía había muerto. No obstante, Loreto Urraca, que es consciente y muy crítica hacia el terrible pasado de su abuelo, decidió escribir una novela biográfica que recrea en cierto modo esa vida: Entre hienas (Editorial Funambulista, 2018).
Lo que sí se sabe da por sí mismo para una novela. Hijo de la ovetense Concepción Rendueles, como confirma la escritora, Pedro Urraca se casó con una francesa, Hélène, y trabajó para la Gestapo en Francia al parecer bajo el irónico seudónimo de Unamuno, entre otros, persiguiendo y delatando a refugiados republicanos. No sólo detuvo a Companys: en su lista de investigados figuran también Tarradellas, Mariano Ansó, o el mismo Azaña. Incluso fue, al parecer, responsable de la detención del que fuera jefe de la Resistencia en Francia, Jean Moulin.
El propio Ramón Serrano Súñer, ministro de la Gobernación, había enviado al país galo a su secretario de la famosa DGS para que localizara a los rebeldes republicanos. Las autoridades de la zona de ocupación alemana recibieron una lista con 800 nombres para su detención y entrega a las autoridades franquistas, un material muy valioso para Rendueles.
Al finalizar la guerra, fue condenado por el Estado francés pero se refugió en Bélgica, donde vivió cómodamente trabajando en la embajada española. Más tarde volvió a España, fue premiado por Franco y llegó a ser comisario principal. Se jubiló en 1969 y falleció veinte años más tarde.
Fichado por la CIA
Un documento fechado por la CIA en febrero de 1952 habla de la tarea del cazador de republicanos en Bruselas. Al parecer, seguía siendo espía: «Pedro Urraca Rendueles, más conocido en los círculos de inteligencia como Pedro, ha sido asignado a la legación española de Bruselas desde 1946, como representante de la inteligencia española».
Los papeles, recientemente desclasificados, confirman que había colaborado con la Abwehr, la agencia de espionaje alemana, y que seguía trabajando en Bruselas como espía de «actividades soviéticas y comunistas en Europa».