Cuando el 28 de febrero del 2013 varios amigos creamos el grupo de Whatsapp «Los Pulpeiros», en nuestro ánimo estaba procurarnos encuentros alrededor de un buen plato de comida más a menudo simplemente para conversar y entretenernos. Estábamos prácticamente todos jubilados y con tiempo suficiente para desarrollar nuestro deseo. El grupo lo formamos quienes hemos pasado toda una vida juntos. Algunos desde la infancia, otros desde el Instituto Alfonso II y todos como estudiantes de la desaparecida Escuela de Comercio de Oviedo. Algunos, la mayoría, finalizaron su formación como economistas.
Paco forma parte del grupo y en aquellos momentos mantenía su actividad política al frente de la AMSO y aunque ciertamente su manera de involucrarse en cualquier propósito es de entrega absoluta, le quedaba aún tiempo para participar con nosotros en bastantes ocasiones.
Lo cierto es que la pertenencia de Wenceslao al PSOE nunca supuso problema alguno por cuanto, siendo todos de perfiles políticos muy diversos, podríamos asegurar que abarcábamos todo el arco ideológico, nunca una conversación política dio lugar a elevar el tono relajado y tranquilo habitual y nunca él hizo amago de proselitismo alguno. Mantenía sus opiniones con firmeza, pero desde el convencimiento propio que todos respetamos.
La llegada a la Alcaldía trajo como consecuencia una menor presencia en nuestras actividades y ciertamente no le perdonamos que diera mayor importancia a su condición de Alcalde que a su pertenencia al grupo. Lo llevó con resignación y se esforzó en acompañarnos con más frecuencia. Aun así, siguió con su particular discreción política y salvo algunas bromas de reproches y quejas que le íbamos trasladando con más humor que realidad fue llevando su doble condición de Alcalde y Pulpeiro.
Wenceslao nació en Oviedo, con ascendencia naveta, creció y se hizo adolescente, al igual que la mayoría de nosotros, en un barrio humilde como el mismo menciona a menudo con orgullo. Vivió su juventud en El Rancho. Estudió en el Alfonso II y posteriormente en la Escuela de Comercio de Oviedo. Estudios que compatibilizaba con el trabajo pues se inició muy joven en el mundo laboral. Esa situación se prolongó y compaginó sus estudios de Económicas y su dedicación a la enseñanza como profesor de informática, que a su vez compatibilizaba con el trabajo en IBM.
A Paco le definen quienes fueron sus compañeros de trabajo como un hombre disponible y dispuesto a apoyar, un diésel por su potencia y resistencia a la fatiga. En resumen, una persona de total entrega en cuantas tareas se proponía llevar a cabo. Era y es eficaz, discreto en sus planteamientos, más dialogante que autoritario, pero firme, muy firme en sus convicciones. Como profesor sus alumnos le consideraban asequible, buen comunicador, capaz de transmitir el conocimiento que por preparación y desarrollo profesional posee. Mantenía una cercanía con sus alumnos tratando de ayudarles en sus tareas y manteniendo un nivel de exigencia adecuado y acorde con sus clases.
No es habitual, encontrar en el espectro político, personajes como Paco Wenceslao, que a su edad, siga manteniendo la ilusión, la frescura y el empuje de un chaval de 18 años. Y sobre todo no lo es, en una época de «profesionales» de la política, que no han ejercido, ninguna otra actividad desde que entran en las juventudes de su partido y, en todo caso, si se se cansan, si los cansan, o directamente los echan, buscan acomodo en los aledaños de la vida pública.
Paco ha tenido una larga, meritoria y fructífera vida civil. Ha llevado para casa muchas y distintas nóminas y ya lo hacía en la época que lo conocimos como estudiante y compañero, causándonos la admiración por el tesón, en que se empleaba, casi niño, en su trabajo y los estudios a la vez. Ya acabados sus estudios, y ostentando puestos de responsabilidad en la empresa privada y en la Universidad, como vulgarmente se dice «no tenía ninguna necesidad» siguió implicado en el compromiso público. Persistió en ello con admirable esfuerzo, que siempre minimizaba, cuando al encontrarnos, se le preguntaba por sus vicisitudes políticas: «Todo bien», era su respuesta.
Los 40 años pasados, desde las elecciones locales de 1979, que perdió frente a Luis Riera, por tan solo 1.696 votos, no cambiaron su compromiso, con su partido el PSOE y con su ciudad, Oviedo. Esta es, una de las virtudes que adornan a Paco, muy poco común en políticos, en muchas ocasiones, mejor tratados que lo fue él por el electorado y por su propio partido. A lo largo de tantos años ha mostrado constancia en la fidelidad a sus ideas y a su partido y también perseverancia, tildada en muchas ocasiones por allegados y ajenos como tozudez. Difícil, hoy día en épocas de transfuguismo, y cambio de chaqueta, encontrar gente así.
*Manuel Lafuente es profesor universitario jubilado y fue presidente del Real Oviedo entre 2002 y 2005
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