La propuesta de la empresa contempla medidas especiales para San Julián de los Prados y la Fábrica de Armas de La Vega
23 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La última modificación del proyecto del Bulevar de Santuyano hace especial hincapié en la protección del patrimonio histótico de la zona. Los redactores han introducido cambios significativos para ajustarse a los 18 millones que marca el presupuesto. Entre otras medidas, han recortado la profundidad del lago o reducido la zona arbórea y la destinada al ocio. Pero también han incorporado un apartado en el que se especifica la forma de actuar durante esos trabajos. Las zonas en las que se tendrá especial atención serán San Julián de los Prados y la Fábrica de Armas de La Vega.
Con anterioridad al inicio de las obras, la empresa adjudicataria de las mismas deberá realizar un Estudio del Patrimonio Histórico-Artístico Arqueológico de aquellas áreas del ámbito donde se prevean obras de movimiento de tierras, de manera que «el conocimiento de los posibles restos arqueológicos-paleontológicos permita la adopción de medidas correctoras, bien de documentación o de protección de los mismos», detalla el proyecto. El Estudio del Patrimonio requiere contrastar los datos técnicos del proyecto con los resultados que se obtienen tras el trabajo de campo.
Las tareas de trabajo de campo permitirán diagnosticar el impacto que podrían sufrir determinadas entidades patrimoniales mediante un proyecto, para así proponer las medidas correctoras necesarias para que ese impacto se pueda evitar o compensar. El estudio deberá ser realizado por arqueólogos.
El segundo paso del estudio, consistente en esos trabajos de campo, se realizará en fase de obra mediante «la prospección superficial, intensiva, visual y de cobertura total de los terrenos afectados por las diferentes actuaciones». En base a los resultados obtenidos del trabajo de campo, se procederá a la elaboración del Informe Técnico correspondiente y a su presentación a la entidad competente, determinando las medias y pasos siguientes a realizar. La empresa también llevará a cabo prospecciones arqueológicas en las zonas acordadas con Consejería de Cultura del Principado de Asturias para identificar posibles yacimientos, mediante sondeos o, preferentemente, otras técnicas no invasivas de detección.
En cuanto a medidas concretas de protección, el documento contempla el reconocimiento detallado del trazado, en coordinación con la Consejería de Cultura, antes del comienzo de las obras. Además, procederán a señalizar los elementos inventariados tras la prospección arqueológica superficial, a fin de evitar el paso de maquinaria o el movimiento de tierras.
Adicionalmente a todo lo relacionado con la identificación y señalización, el proyecto contempla la realización de un control acústico y vibraciones producido por las actividades, maquinaria y obras, tanto en el ambiente exterior como trasmitidas al interior de la Iglesia de San Julián de los Prados. La finalidad de este control es la verificación del cumplimiento de la distinta normativa existente sobre contaminación acústica, tanto municipal como autonómica, estatal o europea.
En conclusión, la empresa destaca que son de especial relevancia las fases de obra en que se ejecutan demoliciones, excavaciones o rellenos y compactaciones del terreno, debiéndose tomar durante las mismas las medidas necesarias de auscultación, seguimiento y control.
Próximos pasos
La semana pasada la empresa adjudicataria presentó las modificaciones, y ahora el proceso sigue su curso. Deberá ser el director del proyecto, adscrito a Urbanismo, el que valide los cambios propuestos por la compañía. El técnico está revisando la documentación y, aunque no hay una fecha fijada, fuentes municipales señalan que no debería tardar mucho tiempo. Una vez superado ese trámite, saldría a licitación pública. El objetivo de Somos es que esto se produzca antes de las elecciones municipales del 26 de mayo.