
Las tiendas dirigidas por mujeres alimentan el crecimiento económico de una zona de la ciudad que suma dos décadas de expansión y disfruta de una juventud robusta
08 abr 2019 . Actualizado a las 11:37 h.Lo que comenzó como un pequeño asentamiento cerca de Vallobín ha crecido hasta convertirse en una de las zonas más pujantes de Oviedo. La expansión de La Florida, un lugar que se halla en plena adolescencia, no tiene un límite claro. Numerosos jóvenes llegan atraídos por la tranquilidad, la amplitud de sus calles y el efecto llamada que presenta el dinamismo de un barrio que no llega a veinte años de existencia. En esta fase expansiva que vive la zona, las mujeres han tenido un papel clave a través de la apertura de nuevos negocios, establecimientos que enriquecen una oferta comercial que no para de crecer. Ellas mandan en un barrio que goza de una buena juventud.
Espacios sin cubrir
Poco más de quince años le han bastado a La Florida para pasar de ser una zona poco habitada a convertirse en una de los ámbitos de mayor crecimiento de Oviedo. El enorme desarrollo urbanístico del barrio, auspiciado por una población joven que llega en busca de tranquilidad y de una amplitud que no le ofrecen otras zonas de la capital del Principado, no parece tener un límite a corto plazo. La demanda de viviendas y la apertura de nuevos negocios gracias a estos jóvenes que echan raíces en el barrio son un reclamo perfecto para personas procedentes de toda Asturias que buscan un nuevo hogar.
Debido a su localización y al terreno disponible para edificar, ofrece muchas posibilidades de construir nuevas viviendas, colegios y locales alternativos con las que completar una oferta ya variada de establecimientos y espacios comerciales, de ocio y lectivos. A pesar de esta amplia oferta, existen algunas necesidades todavía no cubiertas en el barrio. La construcción de un instituto que acoja a los niños de la zona es una de las principales reclamaciones, ya que el más cercano es el de La Ería.
Mujeres al mando
El papel de las mujeres en este desarrollo del barrio es incuestionable. De los nuevos negocios que abren en la zona, la mayoría están dirigidos por ellas. Este es el caso de Nerea González, que regenta un local de estética. Esta gijonesa abrió hace dos años y vive de primera mano el papel dinamizador de las mujeres en el barrio. «Las mujeres fomentan el barrio y que la zona siga creciendo. La mayoría de las tiendas nuevas que se abren aquí las dirigen mujeres», explica. La esteticista también destaca la variedad en la procedencia de los nuevos inquilinos del barrio y su gran crecimiento en tan poco tiempo. «Al principio todo era prado, pero comenzaron a construir edificios para la gente que venía aquí a trabajar desde todas partes de Asturias», comenta.
La pequeña empresaria también apunta al gran número de parejas jóvenes con hijos como uno de los factores diferenciales del barrio, una zona en la que los negocios alternativos tienen un papel muy notable en la oferta comercial. Uno de estos novedosos locales es la tienda de productos ecológicos El Bosque de Villarina. Rosa de Juan dirige el negocio, que abrió hace cinco años. Destaca el papel emprendedor de las mujeres como forma de generar riqueza y oportunidades laborales. «Si no hay trabajo, hay que crearlo», sostiene. Esta ovetense ha vivido la enorme expansión de un barrio al que no se le augura techo. «Todavía tiene margen de crecimiento», considera. La tienda que regenta es una forma de representar una filosofía de vida que comparte con los clientes a través de los productos que oferta. Una gama que conecta con el pasado, según su descripción. «La gente mayor está encantada de volver a probar la comida que consumían antes», afirma.
Carácter propio
Pasado y presente también se dan la mano en Ma Petite Patisserie, un local pastelero que aúna tradición y modernidad. Aymar Baliela dirige este negocio, que trabaja bajo encargo. Funciona de una forma muy distinta a habitual en una pastelería convencional. Es un tipo de iniciativa que sería imposible de concebir en el centro de la ciudad. «El centro no permite trabajar por encargo, ya que tienes que estar siempre ofreciendo el producto al minuto», explica. Su factor diferenciador es el tipo de repostería que comercializa: pastelería tradicional de otros países, como brownies o los famosos macarons. En el establecimiento se puede encontrar una oferta muy colorida cuya decoración sorprende por su estética afrancesada y con gusto por el detalle.
Estos establecimientos, en los que la mujer tiene un papel protagonista, reflejan el rumbo del barrio. Dinamismo, juventud y originalidad mueven los hilos de La Florida, donde el factor femenino ha sido clave en alimentar el proceso expansión sin pausa que ya dura dos décadas. Es un crecimiento al que no se le ven límites. Las aportaciones y el esfuerzo de sus vecinas han contribuido de forma decisiva a la historia del éxito de este barrio, que vive su juventud en plena forma.