La obra se adjudicó en el año 2006. Doce años después, y tras el anuncio de varias alternativas que nunca llegaron a materializarse, el esqueleto de las instalaciones sigue en pie
05 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.En 2006, Oviedo era una ciudad rica. Al menos en apariencia. En realidad, las facturas se acumulaban en los cajones y las deudas se incrementaban a un ritmo vertiginoso, pero el equipo de gobierno conseguía financiación y eso llevaba al alcalde, Gabino de Lorenzo, a anunciar proyectos de lo más variopinto. Muchos no tenían más recorrido que esa declaración pública de intenciones y otros tantos se empezaban pero se quedaban a medio camino. Este afán por edificar llevó a De Lorenzo a proyectar la construcción de una red de spas en la capital del Principado. No se concluyó ni uno solo de los cinco previstos -La Corredoria, La Florida, Rubín, Montecerrao y Ciudad Naranco-, aunque el esqueleto de este último todavía puede contemplarse en la falda del monte.
Doce años después de que se adjudicara la obra, y pese al anuncio de varias alternativas para esas instalaciones, lo único que realmente se sabe es que el ayuntamiento, por sentencia del Tribunal Supremo, tendrá que pagar 3,28 millones a Naranco Wellnes -la constructora que estaba integrada por Jesús Martínez Álvarez Constructores, Contratas Iglesias y El Caleyo y que se dio en quiebra-. La Junta de Gobierno Local autorizó la semana la pasada la ejecución de la sentencia, por lo que deberá realizar el pago en los próximos meses.
En esos doce años, y una vez fallido el proyecto inicial, los distintos equipos de gobierno han propuesto varias alternativas. Todas ellas se han ido cayendo, hasta los 500.000 euros presupuestados en 2018 para demoler la estructura. Esa ha sido una de las partidas que el tripartito -Somos, PSOE, e IU- ha aplazado tras recortar en 25 millones las inversiones anunciadas para este año con el objetivo de cumplir la regla de gasto.
La obra en el Naranco está paralizada desde el año 2009. En un principio, el presupuesto anunciado para el complejo era de 11 millones, aunque los trabajos realizados ascendieron solo a 3,28 millones (que son los que tiene que pagar el ayuntamiento). Tras varias amenazas, y después de retirar a la empresa la fianza de 500.000 euros, fue Agustín Iglesias Caunedo, alcalde en aquella época, el que decidió romper con la constructora al alegar incumplimiento de contrato.
Ese mismo año, Caunedo anunció que en lugar del spa se construiría un «polideportivo u otro equipamiento deportivo». Un año después, el equipo de gobierno añadió que en las instalaciones también podría incluirse una zona cultural, y se citaba la posibilidad de que fuese una biblioteca.
El tiempo siguió pasando y el esqueleto del spa seguía igual, erguido en la falda del Naranco, deteriorándose y acumulando maleza. Durante unos meses incluso fue utilizado para dormir por un vagabundo. También era frecuente la presencia de jabalíes en la zona. El caso ya estaba en los juzgados y eso dificultaba la toma de medidas, pero desde el ayuntamiento siguieron anunciando ideas.
En 2015, la Junta de Gobierno aprobó un proyecto que recogía la construcción de un minispa, dos piscinas y un circuito de running. Ese mismo año también se anunció la posibilidad de construir un pabellón deportivo en el que se celebrasen conciertos. La última solución planteada está incluida en el plan de «Turismo de Naturaleza en Oviedo», que ofrece varias alternativas, entre ellas la de levantar un aparcamiento de autocaravanas. Como en todas las iniciativas anteriores, todo quedó, hasta ahora, en papel mojado.
La parcela en la que iba a construirse el SPA mide 41.000 metros cuadrados, esta vallada, y además del esqueleto de hormigón solo está rodeada de maleza.
Gimnasio privado
Justo enfrente del fallido spa, en una parcela de 5.000 metros cuadrados del Colegio Loyola, una empresa privada anunció a finales del año pasado la construcción de un gran polideportivo, con un presupuesto de 7 millones. En su día, el alcalde la ciudad, Wenceslao López, aseguró que este proyecto no interfería en los planes municipales de levantar un complejo deportivo.