Artemi y su pareja llegaron al local a las 5.40 horas, dos horas antes de la apertura. El joven fue objeto de numerosas críticas en redes sociales
28 mar 2018 . Actualizado a las 14:19 h.«Fui con mi pareja, lo decidimos la noche antes mientras cenábamos. Nos acostamos pronto y madrugamos un poco más de lo habitual». Lo dice Artemi, el primero en la cola para acceder al Starbucks que se ha inaugurado el martes en Oviedo. Artemi es un joven de 30 años, natural de Langreo y actualmente estudia Química y Ciencias Políticas. Él y Matty (su pareja) llegaron a la puerta del local a las 05:40. «Esperábamos que no hubiese nadie». Pero una chica se les había adelantado por diez minutos. «Solemos ser asiduos a estas cafeterías cuando estamos en Madrid. Al ser la inauguración en Oviedo, y el único en Asturias, nos pareció buena idea ser de los primeros; sin ningún tipo de pretensión». La hora de apertura se acercaba y la cola crecía, cada vez más gente. Para hacer más llevadera la espera y mitigar el frío, los trabajadores del establecimiento les sacaron unos cuantos chocolates calientes. A las 07:30 abrieron las puertas, y en la cola había más de cien personas. Tras una espera de casi dos horas, la pareja accedió al Starbucks ovetense. «Pedimos un mocca blanco y un chocolate caliente, estuvimos unos cuarenta minutos». A los tres primeros les obsequiaron con una taza y un paquete de café, luego dieron una taza a los restantes cincuenta primeros. «La espera ha merecido la pena. No ha sido muy larga y hemos pasado un buen rato hablando con la demás gente, nos hemos reído mucho. Ha hecho un poquito de frío, pero nos sacaron un chocolate que hizo más liviana la espera. No me arrepiento».
Artemi fue tuiteando diferentes momentos: la espera en la cola, la entrada al local, el regalo... Pero ni se imaginaba el revuelo que había ocasionado. No tardaron en llegar las respuestas, ataques y comentarios contra él. Cientos de personas le criticaban -a él y a todos los que hacían cola- e insultaban por esperar a la apertura del Starbucks. «Hoy me han atacado por todo. Son ataques indiscriminados, es lamentable. Muchos, además, amparados en el anonimato, se creen que la libertad que dan las redes sociales es una carta blanca para ofender e insultar». Artemi reconoce que los insultos y ofensas no son algo que le guste leer, que algo siempre llega y duele. «Me da lástima esa gente. Yo soy feliz siendo como soy y haciendo lo que hago, procuro siempre ser respetuoso con los demás y los que me conocen lo saben». Se siente sorprendido por el alcance y repercusión que ha tenido en las redes, Reconoce que no todo han sido ataques; otros muchos le han escrito solidarizándose, a estos les da las gracias. «He denunciado las ofensas más graves a través de la propia aplicación de Twitter, pero no sé si es un buen medio para atajar estas situaciones. Twitter está plagado de haters y perfiles falsos, y a los responsables no parece importarles».
Trata de encajarlo todo de la mejor forma posible, no quiere centrarse en lo negativo. «Me quedo con lo positivo, suelo pasar de lo negativo y trataré de responder con ironía. Estos ataques no van a enturbiar la experiencia; que, sin duda, volvería a repetir».
Las colas se han ido generando durante todo el día a las puertas del Starbucks, no sólo a primera hora. Por la tarde han sido más habituales y mayores. Aquí se podían ver a auténticos enamorados de estas cafeterías, la mayoría adolescentes, junto a un gran número de curiosos. Mientras, una anciana se acercó curiosa a la puerta y preguntó : «¿Qué regalan aquí?».