
Los profesionales creen que las paradas antiacoso de autobús son «un brindis al sol» y plantean alternativas
22 feb 2018 . Actualizado a las 23:39 h.Las paradas de autobús antiacoso siguen generando polémica. La intención del alcalde de Vigo de implantar el modelo en la ciudad gallega, como ocurre en lugares como Bilbao o Terrasa, ha propiciado que otras localidades hayan exigido la copia del sistema. En Oviedo, ha sido el PP el que ha registrado una moción para que las mujeres puedan bajarse del autobús urbano en cualquier lugar del recorrido y así evitar posibles situaciones de acoso en horario nocturno. En los últimos días se han escuchado voces a favor y en contra de la medida. El último en pronunciarse ha sido el sector de los taxistas, que propone la creación de un bono con descuentos financiado por el ayuntamiento para dejar a las mujeres en las puertas de sus casas.
Desde la Asociación Local de la Federación Asturiana del Taxi argumentan que si con la medida se pretende proteger a las mujeres «tendría que darse la circunstancia de que el portal de sus domicilios se ubicara en el recorrido que efectúa el autobús y el chofer esperara a que entrara en el portal. E incluso así no estaría del todo protegida, ya que el portal de una vivienda no siempre ofrece garantía absoluta de que no se haya colado un energúmeno con ganas de hacer daño». Por ello, consideran que solución es «un brindis al sol de las ocurrencias que, de vez en cuando, embargan a nuestros representantes políticos en el afán de cazar moscas a cañonazos»
Por ello, proponen «una medida menos traumática y más eficiente». «Destinen ustedes una partida económica que se traduzca en la confección de bonos, tarjetas monedero o el soporte que prefieran y que se puedan descontar al utilizar un taxi», plantean. Según defienden, este transporte sí les va a dejar delante del portal de su casa con menos riesgos para la integridad física de la mujer. Y añaden otra ventaja: «no habría agravios comparativos entre la mujer que vive en la demarcación por la que pasa la línea del autobús y la que vive a cuatro manzanas de la parada más próxima».
Pero además, los taxistas dejan claro que «esta medida tampoco solucionaría el problema». «Sería uno más de los paliativos que se utilizan para seguir engañando a las mujeres y recordándoles que están en el punto de mira de cualquier imbécil o psicópata con aviesas intenciones. Países de la arcadia feliz escandinava tienen un ratio de acoso superior a los de ámbito mediterráneo y no se plantean medidas tan rocambolescas como esta, optan por la educación y erradicar los roles trasnochados en la soledad de los hogares», sentencian.