El desprendimiento de un techo obliga a desalojar dos pisos de un edificio del centro

L.F. OVIEDO

OVIEDO

Edificio de la calle Santa Susana número 14 de Oviedo
Edificio de la calle Santa Susana número 14 de Oviedo

El ayuntamiento también ha restringido el uso del salón de otra de las propiedades del inmbueble de la calle Santa Susana

03 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El desprendimiento del techo de un piso ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza para los vecinos de todo el inmueble. Un problema en las bovedillas cerámicas que componen el forjado ha obligado al ayuntamiento a desalojar dos viviendas del número 14 de la calle Santa Susana y a restringir la entrada en el salón de otra. Los técnicos municipales sostienen que no existen daños estructurales en el edificio y la comunidad está tratando el tema con el seguro.

Tras recibir un aviso del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), los técnicos municipales realizaron una inspección en el edificio el día 18 de julio. Una vez allí, constataron que en la vivienda 3º B se había producido el desprendimiento de parte del techo del salón como consecuencia «de la rotura del fondo de las bovedillas cerámicas que componen el forjado». Tras su inspección, los técnicos consideraron que se trata de «un proceso patológico derivado de la expansividad del material cerámico».

Una vez analizada la situación en la vivienda afectada por el desprendimiento, los profesionales procedieron a inspeccionar otros pisos del inmueble y apreciaron que el techo de la vivienda 1ºA mostraba una «gran figuración y abombamiento del revestimiento de techo del salón», aunque «de menor gravedad» que en la vivienda del 2ºB.

Por este motivo, el ayuntamiento adoptó la medida cautelar de desalojar las viviendas del 3º B y 1º A y de rescindir el uso del salón de la vivienda 2º B. Además, requirió a los afectados y al presidente de la comunidad «la inmediata intervención de una entidad especializada de control» para que se encargase un estudio y una «exhaustiva inspección» del estado de los techos de la totalidad de las viviendas del inmueble con el fin de determinar «el grado de afección y las correspondientes medidas a adoptar».

Desde el ayuntamiento explican que se trata de «un tema particular» que la comunidad está tratando con el seguro. Sostienen que no hay problemas estructurales y matizan que las bovedillas se usan «para aligerar el peso y como encofrado perdido para hormigonar encima».

Fuentes municipales señalan que este tipo de situación ocurre «muy de vez en cuando», especialmente en edificios de los años 80-90 que están construidos con «ciertas bovedillas de baja calidad». La explicación técnica al problema es que con el cambio de temperaturas los materiales dilatan y fisuran. Habitualmente, los propietarios van reparando las fisuras que se ven pero no reparan las internas, por lo que al cabo de los años se pueden llegar a producir fracturas internas que deriven en desplome de parte de las bovedillas.