La Policía Municipal triplica el número de actuaciones en el último año, aunque apenas impone sanciones. El concejal de Seguridad Ciudadana asegura que «la solución no es estrictamente policial»
04 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El Ayuntamiento de Oviedo estrecha el cerco al botellón. La campaña puesta en marcha por el equipo de gobierno ha servido para intensificar el número de actuaciones por parte de la Policía Municipal, que casi se ha triplicado en el último año. A pesar de ello, la cifra de sanciones impuestas es mínima, ya que desde el Ejecutivo local explican que el objetivo es «disuasorio». La situación ha mejorado y el problema se ha controlado, aunque desde el consistorio evitan cualquier tipo de triunfalismo y reconocen que «la solución no es estrictamente policial».
Según fuente policiales, en el año 2015 se realizaron en Oviedo 69 actuaciones para controlar el botellón. La cifra aumentó hasta las 175 el año pasado y, en lo que va de 2017, ya se han realizado otras 60. Las zonas que más gente aglutinan para la realización de este tipo de prácticas son el Parque de la Rodriga y la calle La Regla. Desde la puesta en marcha de la campaña de control por parte de tripartito, los agentes fijaron rutas para controlar los puntos en los que los jóvenes solían reunirse para hacer botellón. Además de los ya citados, también suelen actuar en la zona de los Juzgados, en el Campillín o en Oviedo Antiguo. A esos controles rutinarios se suman intervenciones en respuesta a las denuncias de los vecinos.
Generalmente, cuando las autoridades llegan, la gente se dispersa, motivo por el que se abren muy pocas diligencias. Las mismas fuentes policiales aseguran que, cuando se llega al extremo de sancionar, es debido a otro tipo de conductas, como puede ser orinar en lugares públicos o por desacato a la autoridad. Si los jóvenes dejan de beber y se dispersan, los policías no suelen sancionar.
El ayuntamiento evita «triunfalismos»
Ricardo Fernández, concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Oviedo, considera que la valoración de estas actuaciones es «positiva» pero pide «prudencia» y asegura que «hay que ser comedidos». En su opinión, la solución al problema del botellón «no es estrictamente policial». Fernández explica que este tipo de comportamientos sociales chocan con «el derecho» de los vecinos a descansar. «Es una cuestión de salud de los que practican el botellón pero también de los vecinos a los que afecta su comportamiento», sostiene.
El principal problema que genera el botellón está ligado al consumo de alcohol, y la solución «abarca distintos ámbitos», explica el responsable de Seguridad Ciudadana. Y ahí encaja el Plan Municipal de Prevención de la Drogodependencia. En cuanto a la actuación policial, el concejal defiende que «no puede haber dejación de funciones por parte de la administración pública», y aunque asevera que «no se trata de reprimir», deja claro que «no podemos mirar para otro lado». Por ello, asegura que «seguiremos trabajando en la misma línea».
«Creemos que la situación ha mejorado», apunta Fernández, quien recuerda que «hay sitios con problemas recurrentes, por lo que seguiremos persistiendo». En cuanto a que el número de sanciones sea mínimo pese al incremento de actuaciones, el edil argumenta que «el objeto es disuasorio», ya que «nos interesa que se sepa que se actúa, pero no poner el acento en las multas, sino que se obstaculicen determinadas conductas». Eso sí, deja claro que «no cuestiono la actuación de los agentes».
Labor asistencial
No ha aumentado el número de sanciones, pero sí que se ha intensificado la «labor asistencial» durante esta campaña. Es decir, la policía ha incrementado el número de actuaciones en las que ha traslado a personas que estaban haciendo botellón a centros de salud. En muchos casos, menos de edad. También ha aumentado el número de llamadas a los padres.