Madres de artistas, nervios y talento llenaron el centro comercial de Oviedo en el que 20 aspirantes se jugaron el pase directo a la gala de Madrid
15 abr 2017 . Actualizado a las 21:02 h.Conseguir un billete para al casting final de La Voz no es nada fácil, y sino que se lo digan a la los 302 cantantes que se han presentado a la fase local en Asturias. Los nervios de los 20 aspirantes que lograron llegar a la final de Gana con tu voz estaban a flor de piel, no solo por lo que supone tener que cantar frente a un jurado profesional, sino por la oportunidad de conseguir el sueño de participar en uno de los grandes talent shows españoles y grabar un sencillo con uno de los mejores productores del panorama musical nacional. Fueron muchos los curiosos que se acercaron al centro comercial Modoo para disfrutar de este evento y apoyar a sus familiares y amigos. Pero no solo los concursantes y sus familiares estaban nerviosos, sino también el jurado formado por Angy Fernández, Jorge González, y el productor musical Tony Sánchez Ohlsson. Sabían que sería muy difícil decantarse por alguno de los artistas, porque como ellos mismos aseguraron «el nivel es muy alto». Para calmar los nervios estaba el presentador Omar Suárez, quién fue el maestro de ceremonias y tranquilizó a los allí presentes. El reportero de Sálvame confesó además que su llegada a Oviedo no fue casualidad, ya que su padre es del concejo de Aller, por lo que se siente también asturiano.
Muchos ya sabían lo que era presentarse a un casting de estas características, como es el caso de Juan Cano. Este vecino de Salas de 35 años parecía estar muy tranquilo, aunque el mismo reconoció que estaba un poco nervioso «por la gente que te ve». Su primera incursión en el mundo de los concursos tuvo lugar en el conocido programa presentado por Teresa Rabal, Veo Veo. A pesar de intentarlo en muchas ocasiones, Cano nunca desistió y sigue disfrutando de la música gracias a la Orquesta Versión Original, de la que es uno de los cantantes. Su compañero José Antonio estaba hoy también con él apoyándolo, aunque reconoció que si llegase a participar en el talent show «me fastidiaría porque ya no lo tendríamos con nosotros en la orquesta». Su madre, Trinidad, fue la primera que lo presentó a un casting y hoy también estaba allí para aplaudirle. «Soy como la Pantoja con Paquirrín, lo apoyo en todo», comenta entre risas.
Tampoco estaban nerviosos el matrimonio formado por Andrés Iglesias y Carolina Idilio. Llegaron a la final interpretando el conocido tema de Marta Sánchez y Andrea Bocelli, Vivo por ella. Él es cantante de ópera y ella de pop, por lo que fue idea de esta última presentarse al casting como dúo. Iglesias sabe lo que es ganar un concurso, ya que hace un par de años se alzó con el premio de Rumbo a la Fama en la categoría de lírico. Para ambos, lo más importante de todo esto es «pasar un buen rato y que te oigan». De llegar a las audiciones a ciegas y tener que escoger un coach, el matrimonio tiene quién claro será el encargado: «Que lo diga ella. Lo dejo a su elección».
Quizás por ser la encargada de abrir la final, Nerea Rego era una de las aspirantes más intranquilas. Para esta bilbaína de 21 años este era su primer casting a puerta abierta, por lo que decía tener «muchísimos nervios». Aunque empezó a cantar como hobbie, esta estudiante de comunicación audiovisual lleva ya un tiempo dando clases de canto. Amante de la música R&B, para esta ocasión tenía preparado el gran éxito de Sia, Chandelier. A la pregunta de con qué coach se quedaría, lo tiene claro. «Melendi. Los otros tres son muy buenos, pero les tira más el flamenco», comenta entre risas.
Junto a ella estuvo Lara Aguado, otra de las aspirantes más jóvenes. Esta cántabra de 23 años decía estar muy tranquila, aunque también reconoció que «cantar frente a un jurado como este impone». Para la fase final tenía bien preparada su propia versión del tema de Cher, Believe, aunque su estilo es también R&B. Para ella, llegar a la final y poder escoger a una coach como Laura Pausini sería un sueño, aunque «va a ser muy difícil. Lo más importante es la experiencia».