
Siempre he opinado que la mayoría de edad en España debería rebajarse a los 16 años. Considero que hay un limbo legal entre esa edad y los 18 que no tiene ningún sentido. En mi etapa en el instituto, entre los años 2000 y 2004, me crucé con muchos compañeros (y alguna compañera también) que eran muy malos estudiantes y que solo querían cumplir los dieciséis años para no tener que volver a las aulas.
Lamentablemente ese tipo de decisiones conllevaba que abandonaban los estudios sin obtener la ESO, lo que era evidente que les iba a marcar negativamente en su futuro, pero también es verdad que en aquellos años el PP aprobó (en solitario con su mayoría absoluta) aquella mal llamada Ley de Calidad que nos retrocedía a épocas pasadas y en las que Pilar del Castillo se mostraba partidaria de que esas personas que no querían estudiar se incorporaran al mercado laboral (principalmente a la construcción, que tal y como decía José María Aznar estábamos haciendo más viviendas en España que en Alemania, Francia, Inglaterra e Italia juntas). Algo parecido pasa también con la ley de autonomía del paciente, que salvo excepciones, a los 16 años te permite decidir incluso sin el conocimiento de tus progenitores.
Sé que hay quien considera que no es fácil encontrar una edad porque cada persona es un mundo y su grado de madurez es diferente, pero yo no entiendo por qué dos años antes se puede tomar una serie de decisiones trascendentales y otras tienes que esperar dos años. Estos días se está hablando solamente del voto en las elecciones. Yo no solo creo que efectivamente hay que hacerlo, pero también con cualquier otro derecho y obligación que tiene toda persona mayor de edad una vez que ha finalizado la patria potestad o tutela de su madre y su padre (responsabilidad jurídica de tus actos, derechos sociales y libertad de tomar tus propias decisiones, derecho a votar y a ser votado, todos los permisos de conducción de vehículos [hay algunos casos que se pueden obtener a partir de los 16], capacidad laboral plena, acceso a disponer de cuentas bancarias y a tener propiedades, posibilidad de comprar y consumir bebidas alcohólicas y tabaco, etcétera).
Muchas personas eligen hacer turismo en fechas como en las que nos encontramos ahora. Para quienes optan por extender sus vacaciones más allá de los días meramente festivos a veces se decantan por destinos lejanos a sus casas. Determinados países, por la situación política y social que atraviesan, sufren prejuicios y mala prensa y ello les conlleva una disminución de potenciales visitantes (se busca lugares seguros, que den confianza de que no habrá ningún problema en la estancia).
No son pocos los análisis que he leído estos últimos días en los que se dice que uno de los lugares que ha pasado a perder significativamente turistas es Estados Unidos. Se están difundiendo avisos que alertan de que en los controles de entrada de los aeropuertos te puede tocar una inspección aleatoria en la que deberás dar explicaciones a los comentarios que haces sobre Donald Trump en redes sociales.
Es algo insólito que ocurra esto en una democracia, y más si se trata de la más antigua del mundo. Si ya es absurda esa famosa pregunta de si tienes la intención de asesinar al presidente norteamericano que contiene el cuestionario que te reparten en el avión, lo de que se entrometan en tu intimidad y busquen mensajes críticos con un dirigente político es ya la repanocha. Además es que no tiene ningún sentido.
Al igual que con los aranceles, el endurecer el ingreso en Estados Unidos a quienes cumplen con las exigencias es un tiro en el pie, porque la intención de esos turistas es la de gastar dinero, como también para quienes van a estudiar, a trabajar o de viaje de negocios. Imagino que es poco o nada probable terminar en la denigrante cárcel de la que presume el salvadoreño Nayib Bukele, pero una ciudad como Nueva York, que soy de los que digo que hay que ir a visitarla al menos una vez en la vida (aunque la tengamos más que vista en las películas) se puede ver muy perjudicada si se difunde que cualquier turista está en riesgo de tener algún tipo de problema con agentes policiales.
Comentarios