
El congreso celebrado hace unos días en Xixón nos ha elegido para dirigir en Asturies este gran sindicato que es Comisiones Obreras durante los próximos cuatro años y desarrollar los objetivos marcados en la ponencia. Empezamos el nuevo mandato con la organización más fuerte y cohesionada, y una enorme responsabilidad como primer sindicato: tenemos más delegados y delegadas que hace cuatro años defendiendo a la clase trabajadora en las empresas. Un respaldo que demuestra que somos una herramienta útil para construir una sociedad mejor.
También somos conscientes de que los cambios en el modelo productivo y en el mercado laboral nos obligan a evolucionar constantemente en el modo de organizar el conflicto y los intereses de la clase trabajadora, y de relacionarnos con las empresas y la sociedad. Asumimos ese desafío. Porque también sabemos que donde está el sindicato las personas trabajadoras tienen más garantías de que se respeten sus derechos.
Los retos son muchos y no sobra el tiempo. La Asturies que queremos necesita crear empleo estable y con derechos (la reducción de jornada es un objetivo en el camino del pleno empleo), impulsar la economía y proteger a las personas. Y a corto plazo tenemos necesidades apremiantes: consolidar un modelo productivo anclado en la industria e impulsado por la I+D+i, evitando que la transición energética sea injusta con territorios y personas, blindar los servicios públicos y avanzar en igualdad.
La transición hacia un modelo industrial sostenible presenta también oportunidades, y apostar por energías renovables supone un elemento de revitalización industrial, con empleo de calidad, fomentando la innovación, siempre teniendo en cuenta las condiciones de trabajo y de la mano de los territorios. Sin olvidar la protección del medio ambiente, porque para asegurar un futuro mejor es esencial compatibilizar los nuevos proyectos dinamizadores con la preservación del entorno. El turismo es un importante sector en alza, y tenemos la oportunidad de impulsar un turismo de calidad y social, alejado de los modelos depredadores, con empleo decente, desterrando el fraude y la explotación.
Avanzar en derechos, mejorar los sueldos, combatir la desigualdad, eliminar el abuso y el fraude, luchar contra la precariedad laboral que sufren algunos sectores como la hostelería, o aquellos especialmente feminizados, como el trabajo doméstico y el de cuidados… seguirán siendo objetivos de nuestra acción sindical diaria. También la seguridad laboral, porque el trabajo no puede costarnos la vida. El estrés, la presión y la sobrecarga de trabajo no solo se están traduciendo en más problemas de salud mental, también en más muertes. La salud laboral y la prevención de riesgos son un asunto vital. Lucharemos contra la invisibilización de gran parte de los accidentes laborales y contra el tratamiento de las enfermedades profesionales como enfermedad común.
Vamos a exigir al Principado el máximo rigor en la contratación pública. Hay que establecer un catálogo de cláusulas sociales que dignifiquen el empleo y las condiciones laborales en el conjunto de actividades públicas subcontratadas. Entendemos que sin igualdad no hay democracia. Y en ese camino sin retorno hay mucho por avanzar: desarrollar la figura de las agentes delegadas de igualdad; dignificar social y laboralmente los trabajos realizados por mujeres; negociar y desarrollar protocolos frente al acoso sexual: combatir la discriminación múltiple, la feminización de la pobreza y todas las formas de violencia.
Los derechos sociales como garantía democrática es uno de los ejes principales de nuestra propuesta. Es esencial contar con un modelo de sanidad público con suficiencia financiera y una gestión eficaz; debemos velar por la educación pública, universal y gratuita, que refuerce su carácter social y laico; y agilizar los procesos de tramitación y valoración de la dependencia, asegurando la excepcionalidad de las prestaciones económicas. La Administración pública tiene que garantizar servicios presenciales, llevar a cabo una transformación digital inclusiva y avanzar en la mejora de las condiciones laborales.
También vamos a implicarnos en el pacto de cuidados asumido en la concertación social. Y seremos exigentes con las políticas de vivienda: defendemos el derecho a una vivienda digna, asequible y adecuada, como derecho subjetivo y no al servicio del negocio especulativo. Y aquí planteamos el impulso del parque público (construcción y rehabilitación de vivienda vacía); la limitación del precio máximo de alquiler, con intermediación pública; y la movilización de viviendas desocupadas privadas para alquiler social garantizado.
Por lo que se refiere a las rentas mínimas, consideramos que Asturies debe asumir la gestión integral del ingreso mínimo vital, mejorar las cuantías del salario social básico y desarrollar la «historia social única». También seguiremos reivindicando el pleno reconocimiento de los derechos civiles, laborales y sociales de las personas migrantes.
Como primera fuerza sindical, nuestra responsabilidad es asegurar que las transiciones ecosocial, digital y demográfica se desarrollan sin dejar a nadie atrás. No olvidamos las comunicaciones e infraestructuras, cuya política ha de estar regida por el objetivo de vertebración territorial, con atención preferente a las comarcas mineras y al medio rural. Y mantendremos nuestra apuesta por el diálogo social, porque se ha demostrado que contribuye a avanzar en derechos, reforzar el sistema democrático y los servicios públicos, y prevenir conflictos laborales.
CCOO no va a mirar para otro lado. Somos el primer sindicato y tenemos un compromiso con la clase trabajadora y con Asturies.
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