
China ha desarrollado un sistema de lanzamiento para ir a la Luna que funciona como una catapulta electromagnética, con el objetivo de enviar recursos lunares a la Tierra. A través de potentes campos magnéticos, generados por materiales superconductores, este sistema aceleraría las cargas útiles, hasta alcanzar la velocidad de escape de la Luna. Se llama velocidad de escape a la mínima velocidad necesaria para que un cuerpo se libere de la atracción gravitatoria de un planeta, satélite, etcétera. La velocidad de escape de la Luna es de 2,38 103 m/s y la velocidad de escape de la Tierra es de 11,2 103 m/s. El desarrollo de esta tecnología de lanzamiento magnético está a cargo del Instituto de Ingeniería de Satélites de Shanghái. Sus aplicaciones potenciales son amplias: transporte de materiales desde la Luna a la Tierra, colocación de satélites en órbitas terrestres bajas y apoyo a misiones interestelares. Además, podría facilitar la construcción de bases lunares y la extracción de He-3, un recurso abundante en la Luna. El He-3 es un isótopo del helio normal (He-4), que tiene 2 protones y 2 neutrones, mientras que el He-3 tiene un neutrón menos. El He-3 tiene el potencial de revolucionar la creación de energía a través de la fusión nuclear. China ha estado invirtiendo fuertemente en su programa espacial, logrando hitos como el alunizaje de una sonda en la cara oculta de la Luna.
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