El salario mínimo pagará IRPF

Fernando Salgado
Fernando Salgado LA QUILLA

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Alejandro Martínez Vélez | EUROPAPRESS

13 feb 2025 . Actualizado a las 08:55 h.

En la tribuna política gana quien cosecha más titulares favorables. Vence y convence quien es capaz de condensar en pocas palabras sus propuestas y sus decisiones. En momentos de polarización como este, la brocha gorda se impone a la pincelada fina, la consigna a los argumentos, la verdad absoluta a la verdad matizada. Utilicemos ese criterio para determinar quién gana y quién pierde en el último encontronazo entre los dos socios de Gobierno.

El martes, mientras la vicepresidenta Yolanda Díaz se disponía a vender la subida del SMI —700 euros más al año—, la vicepresidenta Montero soltaba una bomba de racimo: «El salario mínimo tributará por primera vez en la historia». Victoria regalada a Feijoo y derrota de Sánchez, que no previó el efecto políticamente destructivo de la decisión. Poco importa que el líder conservador, a la hora de hacer caja, tergiverse la medida y afirme que Hacienda se quedará con la mitad de la subida. No es así y lo sabe: ocho de cada diez perceptores del SMI seguirán exentos y los dos restantes, medio millón en términos absolutos, pagarán 300 euros al año como máximo. En el 2018 pagarían, con idéntico salario, 1.324 euros, pero ¿a quién le interesa, salvo que se llame María Jesús Montero, echar la vista atrás? Agua pasada no mueve molino ni moviliza votantes. De nada sirve tampoco que Sánchez presuma de haber subido el salario mínimo un 61 % y siempre con la oposición del PP. Argumentos fútiles frente al aserto irrebatible de los damnificados:

—El señor columnista puede decir misa, pero antes yo no pagaba nada y este año, si Sumar no lo remedia, sí pagaré.

Cierto. Cada vez que el salario mínimo subía un peldaño, el mínimo exento del IRPF lo acompañaba. Este año, Montero se ha plantado y Yolanda, cabreada, le ha recordado un principio irrenunciable de la izquierda: «La justicia social empieza por arriba, no por abajo». La terquedad de Sánchez en este asunto parece incomprensible: ¿por qué penaliza los salarios más bajos que, como mucho, solo aportarán 150 millones de euros al erario público? Nadie repara en una cuestión clave: elevar el mínimo exento del IRPF significa bajar el impuesto a todos los contribuyentes. Ninguno, incluidos los ejecutivos de remuneración estratosférica, pagará un solo céntimo por su primer tramo de renta. En consecuencia, para liberar del impuesto a los perceptores del SMI hay que rebajar el IRPF de los demás contribuyentes en 1.350 millones. De ahí el coste total estimado: 1.500 millones. Pero esas son minucias, porque la calle ya ha dictado sentencia: gana Yolanda Díaz, que defiende a los débiles, y pierde Sánchez, que pretende esquilmarlos.

Resumo el resultado de la guerra por el relato: triunfo de Feijoo sin despeinarse, victoria pírrica de Díaz en el contencioso con los socialistas y doble derrota de Sánchez. Otro mal día para la izquierda.