
Como es lógico, la Revolución de 1934 genera mucha actividad en sus aniversarios: publicaciones, actos, no solo en Asturias, aunque no en todo el estado como se merecería, ni en reconocimiento al nivel del acontecimiento. El final de 1934 estuvo marcado por detenciones, como la de Ramón González Peña, considerado máximo dirigente de la insurrección en Asturias. También se realizó la búsqueda de los fondos sustraídos de la sucursal del Banco de España en Oviedo, o la icónica imagen de Largo Caballero detenido en la Cárcel Modelo de Madrid, y después su proceso judicial. De los miles de detenidos, juicios y condenas a muerte, todas fueron conmutadas, excepto dos. Se cumplieron 90 años de la ejecución del Sargento Vázquez por su participación en la Revolución. Fueron innumerables los casos de ejecuciones extrajudiciales, como los conocidos Mártires de Carbayín.
Tras la Revolución de 1934, represión y unidad. Centros de tortura donde los prisioneros se organizaban y movilizaban como podían, contra la injusticia y buscando hacer público su sufrimiento. Con la cárcel y la represión también vino la solidaridad y la denuncia. El día a día de la política española estaba marcado por lo ocurrido en octubre, y la izquierda perseguida intentaba recomponerse. Aquellas organizaciones y personas que no habían sido capaces de unirse para el éxito de la Revolución se vieron en los mismos aprietos. Esta fue una lección fundamental, que generó unidad y mantuvo vivo el lema de «Unión de Hermanos Proletarios».
De las muchas denuncias de torturas y arbitrariedades cometidas por las fuerzas gubernamentales. Existieron varias publicaciones que denunciaron públicamente lo que estaba sucediendo en las cárceles, cuartelillos y centros de detención e interrogatorio. Fue una espiral de violencia que superaba todo lo imaginable hasta la fecha y que ponía en entredicho la legalidad republicana. Actos de venganza de los uniformados, pero también una forma de terror hacia la clase trabajadora en un contexto de lucha de clases.
En febrero de 1935 se difundió la publicación avalada por 547 presos de la cárcel Modelo de Oviedo, firmada con fecha del 24 de enero. Se trata de un testimonio de más de medio centenar de prisioneros, entre ellos Javier Bueno, director de «Avance». Se conservan diversas ediciones de la publicación. Paco Ignacio Taibo II menciona en sus libros el papel de Álvarez del Vayo en dicho escrito. También menciona otras dos investigaciones: la de los diputados Marco Miranda, Gordón Ordás y Fernando de los Ríos, y una publicación elaborada por la CNT.
Con el título «Los presos de Asturias ¡Acusamos...!», se maquetó un librillo en el que se denuncian los abusos sufridos, con nombres y apellidos, detenciones arbitrarias, palizas y torturas. La publicación puede ser consultada completa en la web de la Universidad de California en San Diego, en el siguiente enlace: https://library.ucsd.edu/dc/object/bb9022769v/_1.pdf , un relato de testimonios que habría merecido una reedición actual y un reconocimiento de la sociedad asturiana. Muchos podrían encontrar en los apellidos a sus parientes directos y una historia que sus descendientes desconocen. También existe una versión reducida, sin introducción, que también puede encontrarse en internet. Esto refleja que la publicación fue impresa y difundida en diferentes ámbitos, no solo en Asturias, sino también en Barcelona, y es de suponer que en otras partes del estado, teniendo difusión por tanto.
Es especialmente interesante la enumeración de nombres completos, junto con otros datos en muchos casos, como edad, origen y ocupación, lo que refleja que los revolucionarios no eran solo mineros, sino que se enumeran todo tipo de profesiones. El relato de lo sufrido por cada uno de ellos, el lugar, y una cantidad de detalles que dificultan cualquier intento de ocultar lo que estaba sucediendo. También alguno de los métodos de tortura empleados con nombres como el «trimotor», el «tubo de la risa» o el «baño maría». Si bien la lista de victimas es masculina hay una mención para Maruja Lafuente por la vejación sufrida al ser hermana de Aida. El escrito fue trasladado al fiscal general de la República, como figura al final del mismo. A 20 de febrero de 1935 ya había 10.000 procesados en mas de mil sumarios. Como cantaba una copla lanzada por una ventana de la Cárcel Modelo de Oviedo: «Que a estos verdugos que nos maltratan los venceremos sin vacilar».
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