
A lo largo de la historia ha habido múltiples luchas entre los mandamases por dominar el mundo. La principal muestra de fuerza se ha escenificado, por lo general, a través del campo militar mediante guerras, pero en los últimos tiempos han acontecido enfrentamientos en campos tan diferentes como son la carrera espacial o, en la actualidad, la inteligencia artificial. En este último caso, y sin previo aviso, ha aparecido como un cohete DeepSeek, un modelo chino barato, gratuito y de código abierto que va camino de comerse a ChatGPT (su propietario, Nvidia, perdió el pasado lunes 600.000 millones de dólares en capitalización bursátil, que ni más ni menos ha sido la mayor caída de toda la historia). No es una anécdota ni hay que restarle importancia a que en la investidura de Donald Trump los invitados más fotografiados no fueran personalidades tan conocidas como son los banqueros o empresarios de importantes multinacionales. Los nuevos archimillonarios se encuentran en otra esfera y usan lo virtual (Zuckerberg por Meta, Bezos por Amazon, Musk por X y Pichai por Google). Así se explica el interés por Tik Tok en Estados Unidos ante posibles accesos a información no autorizada. No somos tampoco ajenos en otros lugares, como la Unión Europea, sobre si a través de nuestros teléfonos móviles navegamos por entornos totalmente seguros o si más bien tenemos instalados, con una falsa apariencia de privacidad garantizada, troyanos que controlan nuestras vidas, nos ofrecen lo que nos gusta y nos seducen a pasarnos horas y horas delante de las pantallas. Los algoritmos nos guían a ciertos contenidos concretos y si seguimos sin ningún tipo de regulación corremos el riesgo de sufrir ataques indeseados al sistema democrático.
Cada vez que visito una conocida web que ofrece en tiempo real el recorrido en directo de un vuelo observo que junto a él hay un montón de aviones viajando por el cielo. Todos los medios de transporte han sido un progreso para la humanidad y la aviación, sin duda alguna, también ha contribuido en ese avance. Sin embargo hay una parte negativa relacionada con el medio ambiente, y ante el auge de conexiones aéreas se empieza a pensar en España a restringir o a prohibir enlaces para trayectos cortos (el PSOE y Sumar acordaron reducir los vuelos domésticos en rutas que dispongan de una alternativa ferroviaria de una duración inferior a dos horas y media y siempre que no estén conectados con aeropuertos que enlacen con rutas internacionales). Hace trece años vivía en Munich con un hombre muy concienciado con la naturaleza, y debo decir que admiraba de él muchas cosas pero sobre todo su coherencia. Se marchó a Túnez a una reunión que se celebraba un fin de semana, pero ante los altos índices de contaminación que desprenden los aviones, decidió estar en el país africano todo un mes. Le parecía un derroche ecológico un viaje de ida y vuelta en tres días. Me acordé mucho de él cuando leí que el Real Madrid había viajado (la semana pasada para disputar el partido que le tocaba en la jornada de la liga) a Valladolid (169 kilómetros) en avión (25 minutos de vuelo). Se da la circunstancia de que el patrocinador principal del club blanco es Emirates, que además de anunciarse en las camisetas y por cuestiones publicitarias y de imagen, le interesa que los jugadores se desplacen siempre en el lujoso y personalizado Airbus A-380 (se estima que tiene un precio de 400 millones de euros). Por tanto, no es una anécdota que pasen cosas de este tipo. Mientras se le pide a la ciudadanía que se conciencie de la importancia de cuidar el planeta y de que cada uno actuemos en función de nuestras posibilidades reciclando o haciendo uso del transporte público, quienes más ejemplo deberían dar por su relevancia mediática y por todos los medios que tienen a su alcance son, lamentablemente, los más irresponsables e irrespetuosos con la naturaleza.
Comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en lavozdeasturias.eslavozdegalicia.es