Pudiera ser que lector o lectora, de alta sensibilidad y también de alta capacidad, ante la proximidad del aniversario del natalicio del Niño Dios, piense que no procede, en estas fechas, escribir de muertes, pues nacimiento y muerte se contradicen. Añado que la contradicción en general no es mala, pues en lo contradictorio, entre oposiciones, está la verdad; pueden ser lo mismo aunque al revés, con tocamientos de extremos o de extremeños según Muñoz Seca, que da igual.
¿No son la vida y muerte, acaso, las dos caras de una misma «monada» (o moneda)? ¿Qué sería la una, la vida, sin la otra, la muerte, aquí en Tierra de efímeros, y no allá en el Paraíso que es eterno? El transhumanismo aparenta seriedad, siendo en realidad una sandez. Y lamento escribir esto, aunque me queda el consuelo del sabio y pobre escritor que, sentado en un sillón de escay, escribió a gritos: «Lo que escuece, cura».
Y ahora cuatro argumentos cultos para superar lo contradictorio: El primero: el de Norbert Bilbeny, incluido en su libro Moral barroca (Anagrama, 2022), que escribió de la «unidad de contrarios», que suena al efesio Heráclito, y añadió que, para ser un buen arqueólogo, la primera exigencia es tener una buena imaginación. El segundo: lo del libro de la rabina francesa, Delphine Horvilleur, titulado Vivir con mis muertos. El tercero, lo de Montaigne: «Vivir es aprender a morir». Y el cuarto es la ocurrencia de André Maurois, no confundible con François Mauriac, que aquél, dijo: «Lo mejor para honrar o fastidiar a los muertos, es el bien vivir, y cuanto más bien vivir, mejor».
El último 1 de diciembre de 2024, en la revista número 757 de ABC-Empresa, leí una página entera sobre el tycoon o riquísimo del Business, Warren Buffet, estadounidense, bajo el título: «Consejos para una herencia eficaz». Tal título en principio me alertó, pues el calificativo «eficaz», unido al sustantivo «herencia», me pareció indebido. Jamás en el Código Civil español leí lo de eficaces herencias. ¿A qué se podría referir? me pregunté. Creí, primero, que era una simpleza como las del rico Trump y otros de la misma calaña, cayendo en la cuenta luego que, para muchos, efectivamente, no hay cosa más eficaz que una herencia, cuanto más imprevista mejor, como un premio de la Lotería Nacional, y sin haber hecho cola en Doña Manolita, la de Madrid.
Dado que las cuestiones hereditarias son de interés público, lo de la eficacia hereditaria del americano, en el periódico de «las derechas», como diría la delegada del Gobierno en Asturias desde su aterciopelado sillón -no de escay-, merece lectura y análisis. También, incluso para «las izquierdas», que, en esto, del apetito hereditario, como en otros muchos apetitos de ricos, comparten hambres con «las derechas».
Esto, los consejos de los ricos tycoones, es tan importante que, para dejarlo más claro, la aritmética o los números han de ayudar a las letras. Y así:
1º.- A las izquierdas, como ya dije antes, también tienen interés en lo de la eficacia de las herencias. Prueba de ello es que el periódico que fue de ellos antes -ahora lo es de Sánchez- El País, el domingo 20 de octubre de este mismo año, en el suplemento de Negocios, dedicó cuatro páginas a los magnates.
Acaso por ser El País un periódico que «tira» hacia la izquierda, como los toros al burladero, es de subtítulos más pesimistas que el derechista ABC, pues subtituló: «La peliaguda hora de la sucesión». O sea, que si las derechas, con optimismo, escriben de herencias eficaces, las izquierdas, con pesimismo, escriben de lo peliagudo, siendo un pelín, sólo un pelín, más agudos. Y en esas páginas de El País, también hay referencias muy interesantes, que tendremos más adelante que desarrollar, siendo ejemplo de ello, lo que una sabihonda vasca -las vascas, por matriarcales, a diferencia de los vascos, son muy sabihondas- también profesora de Deusto, explica cosas serias entre pamplinas. Y un experto en dirección y estrategia de empresas, afirmó: «Un error en el que nunca se debe incurrir es hacer rivalizar a los posibles herederos». ¡Qué cosa más terrible! ¡Qué profundidad!
2º.- En la Actualidad Económica, suplemento dominical del diario El Mundo, el de la semana de 25 de febrero al 2 de marzo, muy al comienzo, hay una especie de editorial de alto nivel, aunque un poco embarullado, pues se menciona a Wilfredo Pareto y a Amartya Sen, junto a Juan Roig y Amancio Ortega. En ese suplemento dominical no se escribe de herencias, sino que se hacen preguntas como la siguiente: ¿Qué es ser rico en España?
Podría dar mi respuesta a la última interrogante, pero no deseo dar más trabajo a la Justicia, que ya bastante tiene con lo de Pedro Sánchez y la defensa imposible de los llamados «Consumidores y Usuarios» frente a la Banca, siempre y toda Gran.
Por esas páginas de La Actualidad Económica sabemos asuntos muy a tener en cuenta por los inversores, aquí lectores y lectoras: Que Vicky Foods cruza los Pirineos; que hay un Megaproyecto logístico en Seseña; que hay prisión por el «caso Pescanova»; que Tous está buscando nuevos socios, y que Cosmen, en Alsa, va por Mobico.
Me interesaron especialmente las páginas 17 a 21 del suplemento en las que se hace un reparto territorial de los más ricos de España, figurando 10 en Asturias y 29 en Galicia. ¡Jolín la diferencia! Me consoló no figurar en las listas, pues, en caso contrario, ejercitaría acciones legales contra la empresa periodística por acción deshonrosa y de descrédito hacia mí.
Antes de entrar en la enjundia de los buenos consejos del tycoon Warren Buffet, también conocido como el Oráculo de Omaha, se debe señalar que su patrimonio está estimado en unos 143.500 millones de dólares, lo cual da autoridad a sus consejos para herencias eficaces. Al parecer Buffet tiene tres hijos, de edades «avanzadas», de 72 años, de 69 y de 66 años, siendo él, Warren, un jovencito de 94 años.
Si para un español lo hereditario hispánico es complicado, más aún lo será entender lo hereditario norteamericano, pues es hijo de la Gran Bretaña, el llamado Common Law. Lo nuestro es más sencillo pues viene de Roma, mucho de sus patricios y un poco, lo justo, de la plebe, pues los restantes fueron esclavos, que nada tenían hasta que eran manumitidos. Hace años, antes de la caída del Muro, hubo muchas historias de Roma en clave comunista y de lucha de clases, ahora están de moda historias de Roma en clave feminista, más de «materfamilias» que de «paterfamilias».
Por tantas complicaciones, el artículo del ABC del 1 de diciembre no se entiende bien, lo que es una pena dado el interés de los lectores y lectoras por las herencias eficaces, conociendo como conocen tan bien por experiencia y padecimiento las otras herencias, las ineficaces. Parece que el autor del artículo, un tal John Müller, se hubiese armado un lío con los consejos de Warren, pensados para el Common Law, caso de los fideicomisarios de un Trust.
Ya vayamos a los consejos del americano:
I.- El testamento:
Warren Buffet dice que lo fundamental es «leer en vida el testamento a los afectados», lo que presupone hacer testamento y no morir de esa manera tan fea que es morir intestado, o peor ab-intestato. Esa fealdad se puede dar en América del Norte y en España también. Lo contrario, el hacer testamento, allí y aquí, supone un esfuerzo importante, que consiste, estando bien de cabeza y muy vivo y coleando, pensar en la muerte, muerte en la que muy pocos se plantean, pues parece como si los que desapareciesen de la Tierra fueran los demás. Vivir bien y pensar en la muerte es incompatible. Vivir mal y pensar en la muerte es compatible.
La idea de muerte a muchos espanta y da miedo, luego espanta y da miedo hacer el testamento que tiene algo o bastante de brujería y/o magia: «Para después de la muerte». Recientemente una señora notaria, apellidada Cechini, ha dicho con optimismo que cada vez hay menos miedo a testar. Si lo dice tan cualificada dama, yo nada debo «(a) puntillear». Aclaro que yo ya hice mi testamento, pues pude entonces hacerlo ante mí mismo por dispensa reglamentaria, casi como la pontificia según los cánones. Y si ahora quisiera hacer otro, que no quiero, debo ir a un notario, lo que me da pereza y me provoca bostezos.
Y respecto a los notarios, muy importantes aquí y muy escasos y diferentes en América del Norte, hay que tener en cuenta que son los autorizantes testamentarios, lo cual ya señala el diferente nivel, pues unos, los notarios son los que autorizan y otros, llamados otorgantes, son los que simplemente otorgan la llamada «última voluntad», que puede ser última o no, pues depende. Diferencia de clases que ha de quedar muy clara entre unos y otros.
Y el proceso de esa última voluntad puede ser tortuoso, pues exige varias fases: Que una persona tenga claro lo que quiere para después de su muerte; que sepa explicarlo; que el autorizante, no el otorgante, con más o menos luces, la entienda; y que lo entendido -se requiere «buenas entendederas»- lo sepa expresar por escrito el recibidor o notario. Este proceso, además de largo, debe ser lento, para evitar en lo posibles adefesios y contra la voluntad, aunque al testador muerto ya le dará igual.
En estas Fiestas, también Ferias, en las que estamos, y por ellas, aquí freno y paro, anunciando una segunda parte más enjundiosa y práctica que ésta, la primera, pues a los consejos de Warren Buffet, teóricos para herencias eficaces, se añadirán comentarios a eso de que «Los ricos intentan hacer pasar sus problemas por los de la mayoría».
Esas solemnes palabras últimas, sin especificar a qué tipo de mayoría se refiere, si simple, absoluta, cualificada o reforzada fueron pronunciadas por el señor Consejero de Hacienda, Fondos Europeos del Principado de Asturias. El señor Consejero, de redonda cara, fue muy bien preguntado por el periodista, casi como si de Teología se tratare, sobre “el infierno fiscal” de Asturias, y la fiscalidad de las sucesiones. Esto último es muy importante, pues no pagar el impuesto de sucesiones, es una de las maneras para llegar a ser tycoon, tycoon de aquí, no de allí como Buffet.
II.- Leer el testamento en vida de «los afectados»
Continuará y seguiré escuchando en las madrugadas las músicas de mi emisora favorita que es «Radio Mega 80 Asturias» (La Mega FM, la de «ponemos música en tu vida» y que anuncia un desguace en Lugones junto a la Porche.
Comentarios