El gobierno de Estados Unidos, a través de su Comisión Federal Marítima (FMC) ha amenazado con imponer multas de millones de dólares y restringir el acceso de barcos españoles a puertos estadounidenses como castigo a la negativa -a inicios de noviembre- del gobierno español a que dos buques -procedentes de Estados Unidos y transportando armamento para el ejército israelí- hicieran escala en el puerto de Algeciras (Cádiz).
Decimos no a las amenazas de la superpotencia estadounidense, y apoyamos al gobierno de España en su rechazo a que recalen en nuestros puertos los barcos cargados de armas para mantener el genocidio en Gaza.
¿Es España acaso un atracadero militar estadounidense?
El Maesk Denver y el Maesk Seletar -los dos buques portacontenedores con bandera estadounidense y procedentes del puerto neoyorquino- están integrados en el Programa de Seguridad Marítima (MSP) de la Administración Marítima de los Estados Unidos (MARAD), por lo que pertenecen a la flota de buques comerciales al servicio del Departamento de Defensa estadounidense, y, por tanto, son navíos en misión militar. Se dedican al siniestro comercio de armas, es decir, a alimentar armamentísticamente las acciones genocidas en Gaza.
La justa decisión del gobierno de España
El gobierno español, cuando conoce que los buques Maesk Denver y Maes Seletar -procedentes de Nueva York- iban a hacer escala en el puerto de Algeciras los días 8 y 14 de noviembre, decide denegar su entrada. Como el ministro de Exteriores, José Manuel Albares explicó una decisión en coherencia con la política gubernamental establecida de no conceder licencias de exportación de armamento a Israel.
Ante esta negativa del gobierno de nuestro país, los dos buques tuvieron que desviarse al puerto marroquí de Tánger Med para llevar a cabo la escala prevista.
Ante la insumisión, amenazas de castigo
Quizás la sibilina y amortiguada manera con la que ha aumentado con los años y sin cesar -incluido durante el gobierno actual- nuestra dependencia militar de la superpotencia estadounidense -la principal fuente de guerra del planeta- ha llevado a la administración yanqui a considerar que España es un gran portaaviones anclado al sur de Europa, y también un despliegue de dársenas.
Durante los gobiernos de coalición de izquierdas se ha multiplicado la presencia militar estadounidense en Rota y Morón -reforzando el despliegue del «escudo antimisiles», uno de los proyectos estrella de la era Bush-, y desde esas mismas bases militares en España despegaron aviones yanquis que bombardearon Siria durante la primera presidencia de Trump, y ya con Biden apoyando a Israel en la ejecución del salvaje genocidio contra el pueblo palestino.
Hay 5.243 soldados españoles desplegados fuera de nuestras fronteras en 21 operaciones, en Europa, África, América y Asia. Nunca antes se había alcanzado un nivel semejante de misiones bélicas, que no son en defensa de la independencia y la seguridad de nuestro país sino al servicio de los intereses estadounidenses en casi todos los continentes.
Por eso, ante la insumisión del gobierno español de no aceptar el atraque de dos barcos cargados de armas para Israel, la actual administración de Biden lanza sus amenazas de castigos. Por eso, nosotros denunciamos y condenamos la política agresiva yanqui, y, también por eso, apoyamos y llamamos a apoyar esta justa decisión del nuestro gobierno.
España podrá ser un factor de paz si no está encadenada a la maquinaria militar de la superpotencia yanqui.
Contra Biden y contra Trump, luchemos por la paz
Han pasado un año y dos meses. Ya son casi 45 mil asesinados en Palestina -17 mil menores- más de 4 mil en el Líbano, 2 millones de desplazados y más del 70% de las infraestructuras arrasadas. La determinación de quienes amamos la paz debe ser aún mayor. No vamos a parar hasta conseguir el alto el fuego.
No nos acostumbramos al horror, estamos con el pueblo palestino, estamos con el pueblo libanés, estamos con las crecientes manifestaciones de comunidades judías en muchos países y de israelíes que se oponen al genocidio, y estamos con los rehenes.
Por la paz. Alto el fuego ¡ya! Ni terrorismo, ni genocidio. Que hoy es un grito unánime que une a gente de distintas creencias y culturas políticas: Alto el fuego ¡ya!
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