Si la guerra Broncano-Pablo Motos se trasladara a la noche de Fin de Año, las dos Españas arderían por situarse en los dos polos opuestos. De un lado, los seguidores de Broncano, cada vez más armados con una artillería de jóvenes; y del otro, Motos, acompañado por las hormigueras obreras que llevan toda la vida viendo la misma televisión. Pero las uvas en Antena 3 se las volverá a comer Pedroche junto a Chicote, así que el duelo no será el mismo. Y, aunque hasta ahora, el vestido o no vestido de la presentadora era un reclamo seguro para la audiencia, me atrevo a decir que en el 2024, camino de este cuarto de siglo del nuevo milenio, a la gente le va a dar igual cómo luzca esa noche. Se ponga lo que se ponga, interesará ese medio minuto en que las familias van haciendo zapping (qué palabra ya viejuna) para ver qué se cuece en el resto de cadenas. El liderazgo de Broncano es difícil que tenga contestación en Fin de Año, y eso que Lalachus no comparte, ni de lejos, la misma simpatía para la mayoría de los seguidores de La revuelta. Pero el duelo televisivo va más allá, y hay auténticos hooligans que desean que la televisión pública y Broncano arrasen frente a la cadena de Pablo Motos. David va a ganar por goleada, apuesto. Y Pedroche volará en caída libre con su estilismo, porque quien ha perdido realmente la oportunidad esta vez ha sido Telecinco. Los Mozos de Arousa, queridísimos por toda España, este año sí hubieran dado la campanada.
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