Darnos con un canto en los dientes

Diego Valiño
Diego Valiño REDACCIÓN

OPINIÓN

Jaime Mayor Oreja, en Vigo en el año 2022
Jaime Mayor Oreja, en Vigo en el año 2022 Oscar Vázquez

06 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Van a venir muy bien estos días de descanso extra por el Puente de La Constitución para olvidar algunos comentarios más propios del medievo, aunque lo preocupante no es tanto que exista gente desconectada de la realidad sino que son posibles aspirantes a ocupar responsabilidades muy importantes.

Me deja muy mal sabor de boca pensar que Jaime Mayor Oreja estuvo al frente del Ministerio del Interior cuatro años o que fue la alternativa no nacionalista más factible para convertirse en Lehendakari. No hay por donde coger su intervención en el Senado (lamentablemente se convirtió en la sede de una cumbre antiabortista) a favor del creacionismo y en contra de la ciencia (pero allá él con sus tesis que, como no puede ser de otra manera, está en su derecho de defenderla).

El problema de este tipo de personas es que se rodean de buenos contactos, sobre todo con grandes posibilidades económicas, y lo demuestran en cualquier sitio donde se dejan ver (me comentaron varios asistentes en Sevilla al 41 Congreso del PSOE que miembros de Hazte Oír, apoyados por autobuses, se hicieron notar. Obviamente para poder hacer algo así se requiere de recursos económicos). Podemos darnos con un canto en los dientes que todavía somos más las personas que no concordamos en absoluto con esos sectores ultras.

En X (antiguo Twitter) a través de muchos perfiles se podía leer textos como que «yo creo en la Teoría de la Evolución porque está respaldada por evidencias científicas y no por creencias». No todo está perdido y, por suerte, el actual Gobierno de España ha incorporado a 22 asesores científicos a sus ministerios (elegidos entre 1.600 candidatos). Es el camino para afrontar los retos que nos vienen, como por ejemplo la mala noticia de que el Polo Norte se derrite a un ritmo sin precedentes que podría provocar una catástrofe climática a partir de 2027.

No nos tomemos a la ligera un problema tan grave que puede afectarnos más pronto que tarde si no actuamos en la dirección correcta, y para ello es elemental que los negacionistas no lleguen a ejercer responsabilidades políticas que nos pueden costar muy caro. También es elemental seguir apoyando la Universidad pública, tanto en su vertiente formativa como en la investigadora, antes de que sea muy tarde revertir la crítica situación en donde gobierna la derecha (en la Comunidad de Madrid es notorio la falta de compromiso e interés del gobierno regional que preside Isabel Díaz Ayuso en financiarlas convenientemente en beneficio de las privadas, que ya suman la cifra de catorce).

Sin ciencia no hay futuro. No me acabo de enterar muy bien de lo que ha ocurrido en Corea del Sur, pero por lo menos el país parece que recobra la normalidad aunque persista la inestabilidad política, con un Presidente que no controla el parlamento del país. En este sentido se ha llevado su primer revés serio Emmanuel Macron, que ha visto que su apuesta por Michel Barnier se ha ido a pique (crece el descontento social, con los agricultores y los transportistas como principales actores de las protestas).

Tras el triunfo de esta moción de censura, no es moco de pavo que Francia y Alemania, que son los dos principales motores de la Unión Europea, se encuentren en un momento de incertidumbre a las puertas de que regrese Donald Trump a la Casa Blanca. En el lado opuesto se sitúa España, que en opinión de los analistas se prevé que sea el país desarrollado que más crezca este año (la OCDE calcula un crecimiento del 3% en 2024 y del 2,5% para 2025). El propio Ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha dicho que será «cuatro veces superior al de la zona euro y se mantendrá también por encima en los próximos dos años».

Sin duda alguna, y viendo lo que nos rodea, podemos darnos con un canto en los dientes (todavía está pendiente de confirmarse, de manera oficial, que saldrán adelante los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene), aunque en un mundo tan globalizado la pregunta que cabe hacerse es hasta cuándo durará esta buena marcha de las finanzas españolas.