Prevenirse para el verano

Juan Miguel Fernández REDACCIÓN

OPINIÓN

Bomberos de Asturias trabajan para extinguir las llamas en un incendio forestal
Bomberos de Asturias trabajan para extinguir las llamas en un incendio forestal Xuan Cueto | EUROPAPRESS

09 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Estamos a las puertas del invierno. El frio se resiste pero aparecerá, y confiamos que luzca la benefactora nieve. Las lluvias han obrado el desastre en alguna parte. Puede parecer una locura pensar ahora en el verano, pero dentro de tanta locura que contemplamos día a día tampoco pasará nada por añadir una más. No se trata de reservar ahora nuestro lugar de vacaciones o de comprar ropa ligera para los días de calor. No se trata de eso. Se trata de pensar si hemos dispuesto algo para cuando el calor nos asole y cuando imploremos que llueva para remojar el suelo reseco.  

Aún tenemos en la retina las devastadoras imágenes de Valencia. Hemos comprobado la solidaridad reinante en todo el país salpicada con actos de pillaje. Con toda la perplejidad vivimos los choques políticos que pretenden el desprestigio del contrincante. ¡Cosa de locos! Todo se olvidará más pronto que tarde. 

El año pasado en algunos municipios de Asturias se sufrieron quemas brutales favorecidas por fuertes vientos. Olvidado por completo. Los incendios forestales se repiten un año sí y otro también. Las montañas que nos circundan, un terreno que debería estar cubierto de un manto de especies arbóreas, no son más que un paisaje descarnado y sin vida. 

Las lluvias torrenciales, el calor abrasador, el viento huracanado o los argayos enormes son fenómenos de la naturaleza cada vez más frecuentes. Se puede culpar a la fatalidad, pero las consecuencias son visibles. Permanecer impasibles es de locos y nada bueno nos traerá. 

A Valencia acudieron miles de personas con el ánimo de ayudar. Se emplearán miles de millones para rehacer todo lo dañado. Se levantarán puentes y edificios, se construirán de nuevo las carreteras, surgirán miles de coches nuevos y tras el periodo de sufrimiento la vida volverá a su ritmo. Lo que no se podrá, por muchos millones que se empleen, es evitar el miedo de la población a que algo parecido vuelva a suceder

Podemos ponernos interesantes y argumentar las derivas catastrofistas del cambio climático. Hablar de los cauces de los ríos, del nivel de los mares, del deshielo de los polos, de la capa de ozono. O podemos sumarnos a las teorías negacionistas siguiendo la doctrina del primo de Rajoy y que nuestros descendientes arreglen el desaguisado. ¡Cosa de locos! 

En Asturias se incrementará la plantilla del servicio contra incendios y alguna partida habrá en los presupuestos para limpieza de los montes, como siempre ridículas. El fuego hay que prevenirlo porque combatirlo es cosa difícil. Decían los viejos que las quemas se evitan en invierno y las riadas en verano. Cuando un monte se quema, además de derramar dineros, algo nuestro se quema.