En la tragedia de Valencia, el Gobierno le ganó al PP desde el primer momento eso que ahora se llama el relato. No se habían calmado todavía las aguas cuando los teletipos y las noticias de radios, televisiones y diarios cargaban ya toda la responsabilidad únicamente contra el presidente valenciano, Carlos Mazón. La culpa era exclusivamente suya por haberse ausentado de una reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) mientras comía con una periodista. Mazón fue arrojado de inmediato a la hoguera por ese motivo y fue responsabilizado de las más de 200 muertes.
El señalamiento instantáneo de Mazón tapó, sin embargo, las responsabilidades en este caso de otra dirigente política: la todavía vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Si Mazón pecó de inacción inicial ante la amenaza de la dana, Ribera directamente no hizo nada durante toda la jornada. No tuvo ningún papel en la tragedia, a pesar de ser la máxima responsable de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Y el Gobierno no declaró la emergencia nacional a pesar de la amenaza de ruptura de la presa de Forata. Ribera se limitó a hacer una llamada a última hora al valenciano Mazón y eludió cualquier tipo de responsabilidad en lo ocurrido, mientras preparaba el examen para ser designada comisaria y vicepresidenta de la .
El tiempo ha ido decantando los hechos y Ribera ha pasado de acusadora a acusada por la riada y sus mortales consecuencias. El PP ha recuperado parte del relato perdido en los primeros días y lo que ocurre es que Ribera tiene ahora dificultades para pasar el examen del Europarlamento, en el que los diputados del PP europeo le exigen que dé explicaciones sobre su papel en la dana y le piden que, antes de ser nombrada comisaria, se comprometa a dimitir si acaba siendo encausada por la tragedia de Valencia. Es probable que Ribera acabe superando el examen final, pero desde luego no es esa la mejor manera de entrar en el Gobierno de Europa. Asegura el PP español a sus compañeros del Partido Popular Europeo que si Ribera se ha mostrado incapaz en la gestión de la crecida de las aguas en España tampoco puede ser comisaria europea. Un relato de los hechos que deja en muy mal lugar a la vicepresidenta tercera.
Los socialistas ponen el grito en el cielo por la estrategia del PP de no cargar en exclusiva las responsabilidades en el presidente de la Generalitat y compartirlas con la ministra de Transición Ecológica, ausente e inactiva mientras se fraguaba la catástrofe. Reprocha el PSOE al PP una falta de patriotismo por no apoyar ciegamente la designación de una española para ocupar un puesto relevante en la UE. Pero olvidan los socialistas que ellos hicieron exactamente lo mismo cuando el Gobierno del PP propuso a Miguel Arias Cañete como comisario. Entonces, fue Pedro Sánchez quien dio la orden a los suyos de votar en contra del exministro del PP. Y aquella orden se cumplió.
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