Las decisiones

OPINIÓN

Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijoo en Madrid.
Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijoo en Madrid. Fernando Sánchez | EUROPAPRESS

25 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

No hace mucho participé en una tertulia en televisión en la que las dos personas que debatían conmigo se declaraban admiradores de Isabel Díaz Ayuso. Imagino que el conjunto de sus devotos no la aplauden por la gestión que lleva realizando desde que preside la Comunidad de Madrid, sino por su sobreactuación como lideresa de la oposición al Gobierno de la Nación (Alberto Núñez Feijóo se está dejando ningunear por ella para evitar un enfrentamiento parecido al que le costó su puesto a Pablo Casado). El último episodio es que hoy no acudirá al Palacio de la Moncloa a entrevistarse con Pedro Sánchez (aunque la dimisión de Iñigo Errejón ayer ha eclipsado todo), lo que a mi entender es una alta irresponsabilidad por el cargo que ocupa. Hizo todo lo posible para evitar que el resto de sus compañeras y compañeros de partido que presiden otras comunidades fueran a hablar de sus necesidades y reivindicaciones con el Presidente del Gobierno pero, afortunadamente, ninguna ni ninguno de ellos secundó sus pasos. ¿Qué se estaría diciendo si esa misma petición la hubiera dicho el Lehendakari o el President de la Generalitat de Cataluña/Catalunya? Seguro que se les hubiera llamado de todo. Obviamente Ayuso juega en otra liga y con otros intereses que ni mucho menos tienen que ver con mejorar la vida de las y los madrileños. Tengo la sensación, lamentablemente, de que los escándalos de su pareja no le perjudicarán para nada (como ya ocurrió con los 7.291 mayores que fallecieron en la residencia donde vivían sin ser trasladados a un hospital). El PP no le exigirá tampoco explicaciones y seguro que la estrategia seguirá siendo la de desviar la atención usando informaciones pseudoperiodísticas sin contrastar ni probar (como hicieron con la querella contra el PSOE que no ha sido aceptada por la Audiencia Nacional). Creo que cualquier caso de corrupción es muy grave, aunque me resulta todavía peor que a veces se prefiera mirar para otro lado y no tomar decisiones drásticas. Aunque se han establecido muchos controles en las diferentes administraciones, hay quien consigue sortearlos (no siempre es fácil prevenir las trampas, pero no debería ser difícil actuar contra esas personas una vez que se conoce la corruptela). Hasta la fecha no le puedo reprochar absolutamente nada al PSOE en relación al caso Koldo, porque siendo totalmente repugnante lo que se va conociendo, admiro que a la Comisión Ejecutiva Federal no le ha templado el pulso de expulsar del partido a quienes han tenido algún tipo de responsabilidad en la trama (empezando por José Luis Ábalos, que ocupó la Secretaría de Organización). ¿Cuándo va a hacer el PP lo mismo?

Que estamos ante una ola reaccionaria en todo el mundo es algo que se lleva alertando desde hace tiempo. Quedan pocos días para las elecciones en Estados Unidos y según las encuestas hay un empate entre Kamala Harris y Donald Trump (viéndolo desde nuestra óptica es totalmente patético simulando como que trabaja en un McDonald’s). Uno de los debates más tensos tiene que ver con la política migratoria, pero esto no es una preocupación exclusiva en América. En los debates de las pasadas elecciones europeas me dejó de muy mal sabor de boca que Ursula Von der Leyen (y Dolors Montserrat en España) no fuera contundente en cerrar la puerta a cualquier acuerdo con partidos extremistas de derecha. Es verdad que dentro del conjunto de comisarias y comisarios que tomarán posesión en diciembre no habrá nadie representando a la ultraderecha, pero también es verdad que el peso de formaciones políticas del estilo de Giorgia Meloni y Viktor Orban ha ido creciendo en los 27 (entre otras cosas, por el discurso contra la migración). Espero que no haya ninguna tentación de copiar el centro de retención construido por Italia (dentro de Albania) por parte de más países europeos (ni que cuente con el beneplácito de la Presidenta de la Comisión, que ha alabado los pasos dados por la primera ministra italiana). Afortunadamente hay un importante contrapeso, que capitanea España, para revertir esta decisión que, muy torpemente, criminaliza a la migración con un discurso contrario a los derechos humanos. También ha sido una buena noticia que la justicia italiana haya puesto freno a las primeras deportaciones a ese lugar, que viéndolo desde arriba se asemeja bastante a la estructura que tenían los campos de concentración. Ojalá que las decisiones que se tomen estén siempre marcadas por el respeto a las personas, que no vienen a robar ni a quitar nada, sino a buscar una vida digna.