Los árboles de la disputa entre David Broncano y Pablo Motos por refrendar el liderazgo de la tele nocturna no dejan ver el bosque de otros programas que luchan silenciosamente contra gigantes sin haber tenido nunca aspiraciones de alcanzar los registros de La 1 de TVE o los logros de Antena 3. En una cadena como La 2, que un viejo eslogan de hace muchos años dedicaba «para una inmensa minoría», va fraguándose desde el principio de esta temporada la consolidación lenta de un clásico como Cifras y letras, que cada día gana seguidores divergentes de las corrientes mayoritarias.
Este mítico formato de los noventa, presentado ahora por Aitor Albizua, encaja en los formatos culturales del canal y ha ido creciendo en la programación con una mecánica tan elemental como efectiva: componer palabras y hacer operaciones matemáticas. Pero, además, ha saboreado lo que otros tantos concursos experimentan, la importancia del afecto que el espectador siente por algunos participantes. En este caso, el joven estudiante de matemáticas Álvaro Gamboa se ha convertido en un fenómeno en redes sociales por su agilidad mental y su carisma, lo que ha permitido que, a su paso, el programa haya llegado a sus mejores registros. Este lunes, con 625.000 seguidores y 4,9 % de cuota, tuvo su segunda mejor noche y mucho más de lo que La 2 podría soñar.