Paso a paso, Pedro Sánchez va aplicando todo el ideario de Pablo Iglesias. «El Gobierno tiene el poder, pero no manda», dijo el exlíder de Podemos ahora reconvertido en empresario mediático. Antes de ser nombrado vicepresidente, dejó claras sus prioridades como actor político: ataque furibundo a los jueces, con la importación del fenómeno del lawfare y la supuesta guerra sucia de las togas, y el control de los medios. «Dame los telediarios y verás», llegó a decir en una de sus múltiples intervenciones públicas cuando aún no había pisado moqueta.
Sánchez también ha cambiado de opinión en esto, con la complicidad de todos los sindicatos, siempre prestos a denunciar las injerencias políticas cuando no gobiernan el PSOE o los nacionalistas. El líder socialista prometió preservar la independencia de RTVE. Pero, como le pasó con el CIS, la agencia Efe, el Banco de España, el INE o el Constitucional, pronto se dio cuenta que le era más rentable un canal público que difunda fielmente los argumentarios de Moncloa. Ya no basta con destinar más dinero al fichaje de Broncano que a ayudar a los enfermos de ELA. Ni buscar presuntos perfiles afines de los que hay que prescindir cuando intentan poner un poco de criterio. Pasó con Álvarez Tornero, el primer presidente del Consejo de RTVE elegido por mayoría reforzada. Y con su sucesora, Elena Sánchez, largamente vinculada al PSOE y que acabó cogiendo una baja médica tras las presiones recibidas.
Ahora, la que se resiste a salir de Prado del Rey es Conchi Cascajosa, que presumió de su carné del PSOE al ser elegida consejera. Y, ante el riesgo de perder el control sobre esa máquina de perder dinero público que es RTVE, Sánchez se enmienda a sí mismo por boca de su jefe de gabinete hasta hace un mes, y rebaja las exigencias para elegir a un nuevo consejo pasando de la mayoría reforzada de tres quintos (210 votos) a una absoluta (176) que le obligará a hacer concesiones a todos los independentistas para no tener que negociar nada con el PP. Quizá así logremos ver la serie de Sánchez en prime time después de Broncano.