Estamos todos listos

Álvaro Boro

OPINIÓN

Los capitanes del equipo de la Liga Genuine del Real Oviedo tras lanzar el chupinazo dando comienzo a las Fiestas de San Mateo 2024, este viernes en Oviedo
Los capitanes del equipo de la Liga Genuine del Real Oviedo tras lanzar el chupinazo dando comienzo a las Fiestas de San Mateo 2024, este viernes en Oviedo Paco Paredes | EFE

14 sep 2024 . Actualizado a las 12:09 h.

Señoras y señores, damas y caballeros, todos y todas, ya han empezado las fiestas de San Mateo. Oviedo está en fiestas, que es como si lo estuviese toda Asturias, qué menos. Las horas antes del pregón y del chupinazo, la ciudad experimentaba el ansia que precede a la mamandurria. Los ciudadanos se miraban unos a otros recordando la última imagen sobrios en muchos días. «Si no me veis tomando algo, ye que toy muy malu». Al vermú en el Antiguo estaban los de siempre, más alguno más que se animó a la previa mateína y al calor del sol.

Desde el balcón habló Rosa Menéndez, que pareció que se dedicaba a esto del espectáculo en lugar de la investigación; aunque haber sido presidenta del CSIC creo que es una mezcla de ambos mundos. Los del Real Oviedo Genuine lanzaron el chupinazo, al que yo llamo volador, porque aquí me niego a decir cohete; que me lee alguno de Cangas y me hacen persona non grata. Para cuando quise darme ya tenía un pañuelo al cuello y un mojito en la mano, no me pregunten cómo ni de dónde, pero ya me dejé arrastrar por la música y la gente.

Hay una teoría en la que yo creo, aunque necesita ser más contratada: hizo tan bueno porque así lo pintó ISRA en el cartel de este año, él puso el color al inicio de las fiestas. «Libertá para los que toman algo».

Cuando pasé por Porlier tuve una extraña sensación, no eran esas casetas insulsas y monótonas, como de feria del libro de provincia rancia, pero tampoco eran los chiringuitos. Una especie de simulación parcial, con cosas muy bonitas y llamativas, a la que voy a llamar pseudochiringuitos Que sin ser lo mismo, palian un poco la pérdida de esa cosa tan de la idiosincrasia de San Mateo como eran los chiringos. Hasta me pareció ver la presencia de Manolín dándolo todo sin muleta, pero al final era un conocido mío de Felechosa.

Desde aquí quiero hacer un llamamiento a todos mis conocidos, y a los que no, para que se acerquen a San Mateo. Las fiestas no son de nadie más que del pueblo, y pocas posturas más subversivas y revolucionarias en este momento que entregarse al hedonismo y la fiesta. Y si no me hacen caso, ellos se lo pierden.