Europa y el coche chino

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

BYD

22 ago 2024 . Actualizado a las 08:58 h.

Europa ha anunciado por fin que aplicará aranceles a los coches fabricados en China, a partir del 30 de octubre. La medida llega tarde y habrá que ver cómo repercute en las cifras de ventas de estos últimos meses, ya que previsiblemente habrá una avalancha en los concesionarios de las marcas del país asiático para aprovechar los precios actuales de los vehículos, aunque desde China han asegurado que no trasladarán la carga impositiva a sus clientes. Otra cosa serán las posibles represalias sobre los productos europeos que se venden en aquel país, desde el cerdo y sus derivados a los propios coches que exporta nuestro continente. A principios de julio, la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil pidió la retirada de las tarifas impuestas por Bruselas y advirtió de las consecuencias para la economía de la Unión.

Decimos que la medida llega tarde porque Europa ya está inundada de coches chinos, y esta semana tuvo lugar un acontecimiento que lo ilustra a la perfección. Por primera vez atracó en nuestro país —en el puerto de Santander— el buque de carga rodada BYD Explorer NO.1, que transportaba en sus bodegas un total de 1.000 unidades del nuevo BYD Seal U DM-i destinadas al mercado español. Se trata de un híbrido enchufable que está ya a la venta desde 29.990 euros y que se comercializa en dos versiones: Design, con dos motores eléctricos y uno de gasolina que en conjunto rinden 324 caballos, con tracción total y una autonomía de 870 kilómetros (70 en modo cien por cien eléctrico); y Boost, de tracción delantera, que desarrolla 218 CV y amplía su rango a 1.080 kilómetros (80 sin emisiones).

Este modelo ha captado una gran atención en España, convirtiéndose en el coche de BYD que mayor número de pedidos ha generado desde el lanzamiento de la marca. Y llega a bordo de un barco propio de 200 metros de eslora botado el 10 de enero de este mismo año en el puerto de Yantai (China). Una nave con una capacidad de carga de 7.000 vehículos y un innovador sistema de propulsión dual de GNL (gas natural licuado) y combustible convencional. A ver quién es el guapo que lo para.