Les resbalan

OPINIÓN

Paula Leiton Arrones durante la semifinal femenina de waterpolo entre Holanda y España en los Juegos Olímpicos de París 2024
Paula Leiton Arrones durante la semifinal femenina de waterpolo entre Holanda y España en los Juegos Olímpicos de París 2024 AFP7

16 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que estamos en el mes de excelencia del año para irnos de vacaciones es habitual que subamos a las redes sociales nuestras mejores fotos. No creo que haya nada que criticar al respecto. No obstante, hay quien piensa que cada vez más publicamos una vida irreal que puede conllevar a efectos psicológicos nocivos. Es verdad que en nuestro timeline el algoritmo nos invita a visionar imágenes y vídeos de gente en eventos o lugares de ‘alto standing’ que en determinados casos nos puede generar envidia, pero lo que desconocemos en muchas ocasiones es si esas personas que muestran esos contenidos son realmente felices viviendo en esos entornos. Esta semana se ha anunciado la separación de Álvaro Morata y Alice Campello y no han sido pocas las crónicas televisivas en las que, tirando de los perfiles de ambos en redes sociales, no se explican el final de su matrimonio usando como fuente el relato sobre su relación que ponían en Instagram. Al igual que hay youtubers bganando mucho dinero con sus streamings también los hay que han encontrado una rentable manera de ganarse de la vida con vídeos que considero que no aportan nada, pero por lo que se sea tienen una abultada cantidad de seguidores. Hay un camarero de Sevilla, que se llama Cristian Ventura, que se graba vestido de traje y portando una bandeja en mano por la calle y, hasta que llega al lugar donde le va a servir a un cliente una copa, le dice a toda persona con la que se cruza «con permiso, señores, buenas tardes» (he de decir que prefiero mil veces ver su elegancia que el asco de influencers como Chloe López, que no sé si por iniciativa propia o por si seguir una chorrada de reto viral se quitó las bragas que portaba para dejarlas en una panadería de un Mercadona). Quien sí ha dado una lección en toda regla del caso que hay que hacer es Paula Leitón. En el anterior artículo hice un repaso de la buena labor de las y los deportistas españoles en París y no cité al equipo de Waterpolo femenino. Por no mentir diré que no vi ninguno de sus partidos ni conozco a ninguna de sus jugadoras hasta que empecé a ver los comentarios ofensivos contra esta jugadora por su físico. «Me dan absolutamente igual los comentarios. Acabo de ganar un oro olímpico que es el sueño que tengo desde que soy una enana. Me resbalan». Nunca mejor dicho («el insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe», que diría Diógenes de Sínope).

El pasado domingo tuve una sensación muy angustiosa por el fuerte calor. Hice un breve recorrido andando por la mañana por Oviedo/Uviéu y aún yendo por zonas sombreadas, la temperatura y la sensación térmica eran tan elevadas que me costaba trabajo dirigirme a mi destino (al día siguiente leí que había fallecido un hombre de 70 años en la Pista Finlandesa sobre las dos de la tarde). Los expertos señalan que uno de los efectos que notaremos del cambio climático es que en las ciudades nos encontraremos cada vez más con situaciones parecidas. Por tanto, es vital que se realicen planes para paliar sus efectos, y no son pocos los lugares donde precisamente se está actuando en sentido contrario. En Madrid, por ejemplo, se calcula que desde que gobierna José Luis Martínez Almeida en la ciudad se han retirado 80.000 árboles. Apenas ha habido repoblaciones en estos cinco años, señal de que le resbala bastante ese asunto al PP madrileño (aunque hablemos de salud física y mental, no de algo ornamental para embellecer un barrio determinado). En las urbes todo suma calor: los edificios, las calles asfaltadas, la proliferación del hormigón, el tráfico y los sistemas de climatización elevan las temperaturas (incluso en la noche), así que hay que buscar maneras de rebajar los grados y las podas o talas de árboles no parecen ser las más indicadas. Con lo que sí estoy sorprendido, y me alegro un montón que así haya sido, es la poca cantidad por ahora de incendios que ha habido este verano en España (porque las condiciones climatológicas han sido favorables para que pirómanos volvieran a hacer de las suyas). Ojalá sepamos cuidar de nuestro entorno y de nosotras y nosotros mismos cada vez mejor.